miércoles, diciembre 28, 2011

Tradiciones decembrinas. La última y nos vamos

Si no he caído víctima de alguna inocentada pasada de lanza, esta nota se publicará en el lugar de siempre y a la hora de siempre... Soy yo quien no estará en la misma ciudad ni con la misma gente. Así que recibáse esto con mis mejores y más perversos deseos para todas las personas que me leen... Donde sea que se encuentren, tomen una copa a mi salud que yo, donde sea que esté, beberé a la suya.

Ahora así, a lo que venimos...

CAMBIOS

de noches y continuidades

Para la mayoría de los pueblos del hemisferio Norte, el cambio de estaciones era la maraca para el cambio de calendario. Así, para muchos pueblos de la América precolombina, el paso del Otoño al Inviernos marcaba el principio y fin de sus ciclos anuales. Prácticas similares y en similares fechas se encuentran en no pocas culturas del Norte de Europa y hasta algunos pueblos mediterráneos.
Otras culturas del Norte de América y Asia, celebraban el cambio de calendario en el paso del Invierno a la Primavera.
Otro asunto es el desfase marcado entre los calendarios agrícolas y rituales, notorio en no pocas civilizaciones indígenas de América (como la mexica o la maya, por citar dos ejemplos). No es extraño, los ciclos de traslación y rotación terrestre, marcan temporadas cíclicas de escases y abundancia en la caza, la recolección y la agricultura; periodos que conformaran la visión que del paso del tiempo se hacen los grupos humanos.

El calendario Juliano-Gregoriano, por el contrario, obedece no a ciclos terrestres o astronómicos, sino a cuestiones de apropiación de ritos ajenos, autocomplacencias del poder y razones políticas. Un muy buen ejemplo de ello son, no se dude, las festividades decembrinas y el cambio de calendario.
El cristianismo primitivo celebraba la natividad entre Abril y Mayo (correspondiendo, recuérdese, a un año de sólo diez meses. Julio y Agosto serán agregados al calendarios hasta bien avanzada la era cristiana), es hasta el siglo III o IV que, con la instauración del catolicismos como religión oficial del Imperio Romano, la fecha de esta celebración es movida a Diciembre, a fin de corresponder con las celebraciones del Dios del Sol que los pueblos mediterráneos conmemoraban en el Solsticio de Invierno.
La elección del 25 de Diciembre por sobre el 21 (fecha aproximada del Solsticio), se debe a que tal era la fecha de nacimiento no de Cristo, sino del emperador romano en el poder al momento de hacer la reforma.
Este ajuste calendárico marcara también el paso de un año al siguiente. Tradicionalmente se asocia el cambio de calendario al día en que, de acuerdo a las costumbres judías, le fue practicada la circuncisión al Cristo recién nacido ("La era cristiana se incia cuando a Jesús le cortaron la p"... Que diría, atinadamente, Lorzagirl).

Mario Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de Antropología


La próxima semana, volvemos a la normal anormalidad del blog...

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miércoles, diciembre 21, 2011

Tradiciones decembrinas 03

Árbol de Navidad
Se sabe que los druidas del Norte de Europa celebraban el solsticio de Invierno (aprox. 21 de Diciembre) como el nacimiento de su dios Frey (dios del sol y la fertilidad). Durante estas festividades un árbol perenne era adornado con los frutos de la última cosecha otoñal y simbolizaba al propio universo, con el Valhalla (morada de los dioses y los guerreros muertos en batalla) en la cima y el Helheim (reino de los muertos) en las raíces.
Esta festividad fue adoptada por los primeros misioneros cristianos para celebrar la natividad (24 y 25 de Diciembre), ellos sustituyeron los árboles Yggdrasil por pinos y los adornos por manzanas (en referencia al pecado original) y velas (la luz divina). Se cree que fue Bonifacio (680-754 d.C.) quien implantó esta costumbre por vez primera en Alemania.
Se sabe que para 1605 ya era una costumbre muy extendida entre los reinos germanos, a partir de los cuales se va extendiendo por Europa de la mano de los matrimonios por conveniencia de los nobles de la época. Se tienen referencias de árboles navideños en Finlandia hacia 1800 y en Inglaterra en 1829. Para 1841 Guillermo coloca uno de estos en el palacio de Windsor.
A España llegaron hacia 1870, junto con el reinado de los borbones y de ahí hacia las colonias americanas.
En algunas regiones de México, principalmente hacia las Huastecas, el árbol es sustituido por una rama de mandarinero o naranjo. Ésta es adornada con papeles de colores y sacada a pasear durante las posadas, quienes la siguen son recibidos en una casa del barrio para hacer ahí la fiesta.

Mario Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de Antropología

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jueves, diciembre 15, 2011

Tradiciones decembrinas 02

PIÑATAS
El origen de las piñatas se remonta a la China medieval, en dónde figuras de animales fantásticos eran elaboradas con bejucos y papeles de colores para acompañar diversos festejos, como los del año nuevo. Estos monigotes eran cargados en hombros por una o más personas y acompañaban distintas danzas ceremoniales, para posteriormente ser colgados y destrozados por lo participantes del festejo, simbolizando el término de un ciclo y el inicio de uno nuevo, la fruta y dulces en su interior representarían, entonces, la cosecha obtenida.
Hasta donde se sabe, la técnica para la elaboración de estas figuras fue llevada a Italia alrededor del siglo XIII, dónde fue empleada como parte del ritual litúrgico de la Cuaresma (Marzo –Abril), coincidente con el fin del Invierno y el inicio de la Primavera. El primer domingo de este periodo era denominado “Día de la Piñata” (del latín pignatta; “olla frágil”). La costumbre se extendió rápidamente por la costa mediterránea, llegando hasta España y Portugal.
Son, justamente, los misioneros católicos de la península ibérica, quienes llevan las piñatas hasta América. Aquí son utilizadas como parte de la evangelización de los pueblos indígenas, representando al mal y los pecados capitales (de ahí su forma de estrella de siete picos).
En la actualidad la piñata ha perdido casi por completo su significado religioso, tan así que es más utilizada para celebrar la navidad (propiamente, en las posadas) y el Domingo de Piñata no existe más en el calendario católico.

Mario Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de Antropología

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jueves, diciembre 08, 2011

Tradiciones decembrinas 01

Nacimientos
(Pesebre o Belén)
La primer instalación representando el nacimiento de Jesús documentada, fue puesta por Francisco de Asís en la celebración navideña de 1223, en la región de Greccio (Italia). En ella únicamente se mostraba el pesebre en el que, de acuerdo a la tradición cristiana, naciera el nazareno y a la sagrada familia (María, José y el recién nacido Jesús).
Tras esta primera instalación, la colocación de “belenes” se popularizó por la península itálica, donde cada parroquia colocaba escenas de nacimiento con figuras de terracota, arcilla o madera. Esto e buena medida, por iniciativa de los monjes franciscanos, quienes llevaron la costumbre al resto de Europa.
En España fue Carlos III (siglo XVIII) quien instauró la costumbre de montar estos pesebres no únicamente en las iglesias, sino en los castillos y casas de nobles y aristócratas. Hasta que se transformó en una práctica popular, independientemente de la clase social.
Fue también la llegada del Borbón al trono ibérico lo que marcaría la introducción de los nacimientos en América. Tras la orden de expulsión de los jesuitas de las colonias españolas, dada por éste, las tareas de evangelización de los pueblos indígenas cayeron en manos de los franciscanos, quienes adoptaron el Belén como una forma de enseñar la doctrina cristiana.

El nacimiento (también conocido como Belén o Pesebre) no es propiamente una representación fidedigna de la época en la que, de acuerdo a la doctrina católica, naciera Cristo, sino alegoría de la natividad, que suele ser acompañada de múltiples anacronismos y simbolismos locales, de acuerdo a la región en la que se monte.
Por regla general, el nacimiento presenta al recién nacido Jesús y a sus padres (José y María) en un pesebre, granero o cueva, acompañados de los animales que, de acuerdo a los evangelios apócrifos, dieron calor al bebe; el buey y el asno. Se suele representar también la adoración de lo reyes y pastores. Además de la estrella de Belén y un ángel. El resto varia de acuerdo a la creatividad de cada quien y a las costumbre de la región.

Mario Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de Antropología

Sí, efectivamente, uno de esos posts que, sacados de mi trabajo en el Museo Nacional de Antropología, hacen que el contador de visitas vaya para atrás...

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