miércoles, abril 29, 2015

NAVEGANTE NOCTURNO

Digamos que a veces él soñaba.
            No era muy dado a dormir. Insomne crónico, ocupaba las noches entre la escritura y los trazos, distrayéndose (mucho) en internet. Pero, a veces, él soñaba...

Se veía navegando tierra adentro.
            Las montañas se transformaban en olas y marejadas y en él en embarcación, guiándose por estrellas únicas... Será que, independientemente de la hora, navegaba siempre de noche.
            Navegaba, entonces, tierra adentro, hasta encontrar puerto... Y será, tal vez, que es cuando estallaba la tormenta que buscaba.

De pronto las montañas olas y las praderas marejadas, eran piel y vello. Las estrellas lejanas lunares y el puerto tormenta y humedad... Y, tal vez, un sabor salado, un poco metálico.
            Y él, navegante, extendía sus manos barcas a través de la espalda marejada hasta llegar a las crestas de los senos olas. Y su boca navío buscaba otra boca puerto y naufragaba en ella, bañándose del sabor de la lengua tormenta.
            Y las manos buques recorrían la espalda maremoto, hasta llegar a las nalgas tsunami y en ellas entretenerse, sólo un poco más allá de lo necesario, antes de bajar a los muslos tifones.
            Y sólo entonces, cuando las manos buques habían recorrido todo el cuerpo marea y la boca navío naufragaba en el cuello puerto, el mástil encontraba la tormenta y en ella se internaba...

Digamos que, a veces, él soñaba.
            Y digamos, también, que de madrugada, a la distancia, entre sueños, ella sentía un sabor salado entre los labios... Y sonreía.

Mario Stalin Rodríguez

Para ti, porque, lo sabes, eres puerto y tormenta.

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jueves, abril 23, 2015

La Otra Versión 19

Entonces, casi dos meses después (siendo exactos, mes y 20 días)...

Recuerden que esta historia tiene sus capítulos anteriores en:
00, 01, 02, 03, 04, 05, 06, 07, 08, 09, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17 y 18










Pues sí, estamos a nada de que lo publicado en Subcultura alcance a lo publicado por acá. Teóricamente podría evitarlo si continúo con un buen ritmo de dibujo y esas cosas, pero, siendo sinceros, me distraigo con facilidad y hay días en que si llego muy cansado a casa o tengo cosas por hacer, simplemente no tomo el lápiz ni en defensa propia... Así que no puedo garantizar un ritmo de dibujo decente (no, ni para simples diez páginas por mes).
Pero... En fin... Todo lo que puedo ofrecer es que, si bien en Subcultura se publican una serie de extras (y hasta algunas páginas con errores de dedo corregidos), aquí se seguirán publicando los capítulos primero y allá declararé las pausas que sean necesarias...

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miércoles, abril 15, 2015

INSTANTES

la espera, el tiempo y lo que viene después

Un instante se define como el tiempo que transcurre entre que el semáforo cambia a verde y suena el primer claxon entre los vehículos de atrás
Terry Pratchett

¿Qué es el tiempo?
            Un instante antes del tiempo, no había tiempo. La frase, intencionadamente efectista es, sin embargo, físicamente correcta. De acuerdo a las teorías más aceptadas en la física moderna, un instante antes del Big Bang no había arriba o abajo, un lado u otro, atrás ni adelante; todo estaba en el mismo lugar y todo tiempo era simultáneo; antes, ahora y después, eran (son, serán) exactamente lo mismo.
            ¿Qué es el tiempo?
            El tiempo es un problema. Existimos, nos dicen, en un universo de cuatro dimensiones, a saber: Ancho, largo, profundidad y tiempo. Sin embargo, mientras somos, relativamente, libres de movernos hacia arriba o abajo, de un lado a otro o hacia atrás y adelante, estamos condenados a movernos en el tiempo en una única dirección posible.
            Hay quien dice, entonces, que el tiempo no existe, sólo la ilusión de éste. Existimos en una sucesión eterna de presentes, el pasado es sólo memoria y el futuro, simple proyección. El propio Einstein reconocía al tiempo como algo relativo, que se estira, compacta o, simplemente, colapsa de acuerdo a qué tan cerca nos hallemos o no de la velocidad de la luz (insértese aquí una mención a la anécdota de los gemelos)
            ¿Qué es el tiempo?
            Aceptemos, de momento y sólo para agilizar el texto, que el tiempo es algo que existe y en lo cual nos movemos… Aunque no todos de la misma forma.

Dos hombres de nombres cambiantes se encuentran en una estación, ambos esperan… Llevan tiempo esperando, aunque a ninguno de ellos le es posible decir exactamente cuánto llevan esperando, tal vez lo intentan y hacen alguna referencia al instante o al pasado… Pero el instante cambia de un parlamento a otro y, aunque anochece, paralelamente y al mismo tiempo, aún es de día.
            Ellos esperan.
            Algunas personas entran y salen de la escena, pero se mueven en otro tiempo, cambian conforme el tiempo cambia y quien antes apreciaba el crepúsculo es, sin solución de continuidad, ciego. El mismo árbol seco, florece sin transición.
            Pero todo eso sucede en otro tiempo, no en el instante eterno de la espera.
            Ellos esperan, por eso no pueden reconocer a quienes, desde otro tiempo, interactúan o buscan interactuar con ellos, no les conocen aún, a pesar de que antes, en este mismo instante, les conocían de toda la vida… No importa, después, en este mismo instante, no han sido presentados aún.
            La espera tiene otro tiempo, un tiempo de instante eterno, congelado, en el que todo ya ha ocurrido y está aún por ocurrir… La espera es otro tiempo y, finalmente, ¿qué es el tiempo?... Más importante aún, ¿de qué hablábamos?... No importa, seguramente de mentiras… Dejemos esto aquí y esperemos, ya mañana vendrá Godot y todo tendrá sentido… O será olvidado.


Mario Stalin Rodríguez

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jueves, abril 09, 2015

“CHOQUE” DE CIVILIZACIONES

Hace poco, el 20 de Febrero de este año, CNN en español publicó una nota sobre la comunidad Musulmana en México... Mauricio Torres, quien labora en ese medio, compartió la nota y por él la conocí.. Y de inmediato recordé esta otra nota, elaborada por mi hace ya la pila de nueve años... Debo reconocer que las cosas han cambiado entre ambos trabajos, por ejemplo, ahora sí existe un dato oficial del INEGI sobre las personas que practican la fe musulmana en México (para cuando yo hice la mía, el único dato era el de los practicantes de otras religiones, como puede inferirise del texto).Ambas notas son distintas, como distintos son los tiempos en que fueron elaboradas y distintos son quienes las redactaron (y estoy casi seguro que no conozco personalmente a la autora de la de CNN)... Creo, sin embargo, que tienen puntos de contacto importantes a pesar de la distancia temporal... Y es por ello (y porque se me antojaba rescatar esto del archivo) que retomo este texto...

La comunidad musulmana en México

Las manifestaciones de protesta contra las caricaturas del profeta Mahoma no son desmedidas, apunta Mohamed Abdulla Ruíz, director del Centro Salafi de México; por el contrario, continúa, las reacciones públicas producidas a raíz de esas manifestaciones, que han llegado a la destrucción de embajadas en otros países, están, incluso, prohibidas por el Islam; “en ningún momento los sabios musulmanes, ni de otras variantes del Islam, han dicho que esté permitido el expresar de manera violenta la repulsión hacia las actitudes erróneas”.
            Junto a Mohamed se encuentra Misa Abdulla Reyes, subdirector del Centro. En tiempos recientes la comunidad musulmana ha llamado la atención de los medios a nivel mundial, mostrando sus reacciones a en todos los rincones del orbe, o en casi todos. Hasta el momento a nadie parecía importarle el punto de vista de quienes, desde México, practican el Islam.

El pequeño departamento de la colonia Jardín Balbuena, al que quien escribe fue invitado para esta plática, abarca mucho más de lo que las desnudas paredes pueden contener; aquí se reúne cotidianamente uno de los múltiples grupos musulmanes del país. Para el INEGI su fe, su ideología de vida, cabe dentro de la categoría de Otras Religiones. Sin embrago, se mueven. Son la comunidad musulmana en México, un grupo disperso y en crecimiento.
            “las escrituras, el Corán no acepta que se haga mofa de los profetas”, declara Abdulla Ruíz; “en este caso, le tocó al profeta Mahoma. Pero no es el único que es susceptible de caer en esta ridiculización y eso para nosotros está prohibido hacerlo y permitirlo”.
            “Si nosotros llegáramos a ver que se hace lo mismo con Noé, con Abraham, con Moisés o cualquiera de los profetas que aparecen en el Corán (los cuales incluyen al propio Jesús Cristo), tebndríamos la obligación, al igual que ahora, de protestar y de pedir que la libertad de prensa, la libertad de expresión no se utilice para ofender a las religiones”, continúa.
            El Islam no es una religión violenta, ni son sus representantes los mártires suicidas que se hacen explotar en las calles de Israel; “el martirio es prohibidísimo en el Islam. De hecho, viene en el Corán, en los dichos del profeta, que el mártir es igual que el suicida y no hay ningún tipo de suicidio permitido en el Islam. Que alguien trate de relacionarlo con una forma de defensa, de lucha, no es ninguna justificación. Hay otras formas de combate, no ese tipo de manifestación que afecta a inocentes”.
            “Si nosotros pedimos respeto para nuestra religión, estamos dispuestos a darlo para las otras religiones”, concluye Abdulla Reyes.
            Al preguntarle sobre los posibles motivos de los ataque al Islam, Misa Abdulla Reyes explica que “es un asunto que tiene muchas aristas; hay cuestiones ideológicas, hay cuestiones de dinero. De personas que tienen el poder de movilizar grandes cantidades de dinero o de gente. No se trata de un debate de conflicto de religiones, los conflictos no son entre religiones; aquí entra todo un entramado de intereses políticos, económicos, militares, etcétera”.
            “Si buscaban algo que dividiera más a los musulmane4s, entre chiítas, sunitas y salafís”, concluye Reyes, “no lo lograron. De hecho, sólo consiguieron unirnos más”.

Musulmanes en México
“Hay una naciente curiosidad por estos sectores. Si alguien creía que tras los recientes sucesos iba a disminuir el interés por saber quiénes son los musulmanes, se equivocó (...) La mayoría de los musulmanes en México son conversos, pero ya somos miles, repartidos por toda la República; no todos son salafís, no todos son sunitas, no todos son chiítas, hay incluso otras visiones del Islam no tradicionales”. Ahonda el director del Centro: “Dice el libro, que quienes crean en Jesús creen en Mahoma... Y dice el Corán que quien crea en ellos y siga sus enseñanzas, podrá entrare por cualquiera de las puertas del cielo (...) Los musulmanes sí somos diferentes, pero la diferencia no es tan enorme; consiste en un profeta, solamente”.
            El Centro Salafi incluye en sus filas a no pocos profesionistas y académicos: “Somos personas como cualquier otra, comemos, vamos al super, etcétera”, comenta el maestro en Criminalística, Misa Abdulla Reyes.

Mario Stalin Rodríguez
Publicada en el (desafortunadamente) no tan extinto Diario La Razón en Febrero de 2006.

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jueves, abril 02, 2015

CAUSALIDADES

CASUALIDADES

Disfrutaba del efecto que causaba en los otros; de la forma un tanto lujuriosa con la que los hombres la miraban, del rastro de envidia con el que otras mujeres le observaban pasar... O, tal vez, era sólo extrañeza; ¿qué tenía ella que llamaba tanto la atención?
            No era una chica de portada; su tipo no correspondía al estereotipo que los medios venden, tirando más bien a pequeña y un poco pasada de peso. Pero algo en ella atraía las miradas hacia ella. Tal vez era su cabellera negra y abundante, tal vez algo en la manera en la que se movía o la forma en la que combina su ropa... Cuando ella salía a la calle, las miradas la seguían.
            Menos la de él...

No solía voltear demasiado. Caminaba ensimismado en sus pensamientos, demasiado ocupado en lo que traía dentro para percatarse de lo que ocurría afuera; será por eso que constantemente chocaba con el mobiliario urbano.
            Si se diera la casualidad y se encontraran por la calle, probablemente chocarían; ella ocupada o llamar la tención de los otros, él en lo que fuera que habita en su cabeza. Chocarían, ella tiraría su bolso y él, apenado, murmuraría algunas disculpas y le ayudaría a levantar sus cosas.
            Sería un encuentro efímero... Y cada uno seguiría su camino.

Sin embargo, a veces, se reúnen.
            Se encuentran sin nombres en una habitación anónima. No hablan mucho entre ellos; no comentan cómo les fue en el día ni preguntan por la jornada del otro.
            Beben algo, pero no lo suficiente como para considerarlo embriaguez... Y entonces se miran.
            Él toma su cara entre sus manos y la besa, pasea su dedos entre su abundante cabellera. Ella revuelve el escaso cabello de su pareja y, lentamente, va bajando sus manos por el torso de él; desabrochándole el cinturón.
            Y se toman mutuamente...

No son encuentros efímeros, a veces duran días. Una vez, sólo una vez, una semana entera.
            Pero terminan.
            Siempre de mutuo acuerdo, cuando el deseo de ella y él acaba.
            A veces él la ayuda a vestirse, otras, la mayoría, sólo se miran a los ojos y sonríen... Nunca se despiden, no con palabras, no con gestos. Sólo toman sus cosas y cada uno retoma su camino.


Mario Stalin Rodríguez

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