viernes, mayo 21, 2021

DÉCADA

 

Hoy, hace diez años, mi madre detuvo su caminar.

            Tal vez algún día tenga la fuerza suficiente para hablar de su última noche... Hoy no.

            Hoy, hace diez años, mi madre detuvo su caminar.

            Pocos días antes habíamos estado toda la familia celebrando el día de la madre... Pocos días antes asistimos juntos a una manifestación contra la “guerra” que marcó el espuriato de Calderón.

            No es casual que recuerde estos hechos cuando recuerdo a mi madre, porque familia y manifestaciones fueron partes importantes de su caminar... Y hoy, hace diez años, mi madre detuvo su caminar.

            Y en parte por ello no quiero hablar de su última noche, sino de sus días y su caminar... Celebrar sus días y su caminar, porque son parte importante de nuestra familia y de nuestras manifestaciones.

            Porque hoy, hace diez años, mi madre detuvo su caminar... Pero sus pasos siguen aquí, en nuestros días y nuestro caminar.

 

Mario Stalin Rodríguez

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domingo, mayo 09, 2021

MATRIA

La historia de mi madre, es una historia colectiva.

            Es la historia de la migración rural a la capital del país a mediados del siglo pasado. Es la historia de los jóvenes soñando un asalto al cielo e intentando, repetida y neciamente, lo imposible... Y es la historia, también, de la represión y de la pérdida de amigues y conocides.

            Y es la historia de la clandestinidad y de ir forjando colectividades, solidaridades y maternidades.

 

Sí, la historia de mi madre es una historia colectiva... Y colectiva fue, también, su forma de ejercer y entender la maternidad.

            De la mano de mi madre conocí otras madres y una cierta maternidad colectiva... De la forma en que ella y otras mujeres, también madres trabajadoras y solas, compartían y se apoyaban... Y así crecimos nosotres, en compañía de otres niñes, entre oficinas y salones, como compañeres y cómplices.

            Compañías que han tomado otros caminos y de quienes nos hemos alejado... Hasta que, algunas veces, nos reencontramos.

            Y de la mano de mi madre y otras madres asistimos, por ejemplo, a la lucha por crear un espacio de cuidado y seguridad para les niñes de las madres trabajadoras de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

            Y de la mano de mi madre y otras madres asistimos, por ejemplo, a las interminables asambleas que intentaban consolidar una representación sindical realmente democrática, ajena y alejada del sindicalismo blanco imperante hasta entonces.

            Y de la mano de mi madre y otras madres asistimos, por ejemplo, a marchas, mítines y plantones contra un gobierno que se mantenía en el poder a través de la represión, la mentira, la corrupción y la compra de voluntades (las mismas herramientas con las que ahora, quienes entonces detentaban el poder, intentan recuperarlo).

 

Sí; de la mano de mi madre y otras madres asistimos, muchas veces sin entenderlo del todo y varias de éstas resistiéndonos a ello (porque éramos niñes), a una forma solidaria y colectiva de construir comunidad y maternidades... Que es, finalmente, una de las mejores formas de asaltar el cielo y construir el mañana.

 

Mario Stalin Rodríguez.

Mayo de 2021

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