miércoles, septiembre 28, 2011

De aniversarios y recuerdos...

En 1968 mi madre tenía 18 años. Dicenquienes le conocieron entonces que llevaba el pelo negro y largo, sujeto casi siempre por una diadema boradad y un morral de cuero, herencia de su hermano mayor muy similar a aquellos que, en la década de los 70 se pusieran de moda entre la juventud de izquierda.
En 1968 mi madre tenía 18 años y sobrevivió al 2 de Octubre en la plaza de las 3 culturas... Sobre su testimonio de aquel movimiento, en 2009, mi hermana Nora y yo reconstruímos un relato de aquellos días.
En 1968 mi madre tenía 18 años... En 2010 fue la primer vez, desde entonces, que por diversas razones no pude asistir a la conmemoración de la matanza del 2 de Octubre... Entonces se sentó frente al mismo teclado que ahora uso y escribió para Lucio, mi sobrino recién nacido...


LUCIO:

Hoy 2 de octubre es una fecha importante, conmemoramos el 42 aniversario luctuoso de una injusta masacre, el primero ya con tu existencia. Los que como yo sobrevivimos honramos la memoria con nuestros compañeros caídos, garantizando que este crimen jamás se olvide, me ha llevado a hacerlos participes a los hijos y ahora a ti mi primer nieto. La fecha cobra importancia porque a través de las balas lograron acallar un gran movimiento de estudiantes soñadores que pedíamos la libertad de los presos políticos apoyamos las luchas obreras, repudiamos a los granaderos, solicitábamos dialogo, hicimos una larga huelga en las escuelas, marchas, mítines, miles de volantes, animados por el apoyo de nuestros padres y el pueblo, hasta que ese día las balas cegaron la vida de muchos y marcaron para siempre nuestra existencia. En ese entonces tu bisabuelita y yo salimos a gatas de la plaza corrimos a refugiarnos, mi fuerza y velocidad ahora disminuidas permitieron salvarme y me han dado la oportunidad de conocerte. A decir verdad te confieso porque me siento un poco triste este año ni tus tíos, ni tu abuelo, ni yo asistimos a la marcha, diferentes circunstancias nos han aislado de la lucha social y la militancia cuestión que lamento y que me llevo a escribirte esto ahora, por si no hay mas adelante oportunidad adecuada de explicártelo personalmente, tus padres saben mucho y son concientes, ellos disiparan las dudas que te surjan, sólo te pido que tengas presente que el:

2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA,
NO ES DE FIESTA ES DE LUCHA Y DE PROTESTA

María Teresa Cuellar Salinas
Tu abuelita materna
2 de Octubre de 2010

En Mayo de este año mi madre murió... Pero continua entre nosotros en sus enseñanzas, en la forma en que nos mostró (y nos muestra) el cómo caminar, preparando el asalto al cielo...

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jueves, septiembre 22, 2011

INSOMNIO EN TI


Confieso que te miro dormir, así; cuando yaces exhausta junto a mi, abrazada a mi. Te miro dormir, así; cuando mi boca sabe a ti y tu cuerpo huele a mi... Confieso que te miro dormir y éste, mi insomnio en ti, se pobla de un poco de miedo.
No me malinterpretes, no es miedo de ti, ni aún si quiera miedo de nosotros; es miedo de mi y de los fantasmas que soy...

No me malinterpretes, no se trata de miedo al pasado; no al mío, no al tuyo. No se trata, tampoco, de miedo a un mañana sin ti; finalmente, siempre he sido bueno para vivir conmigo, solo conmigo, sólo conmigo.
No me malinterpretes, no se trata de un miedo al pasado. No se trata de un miedo al mañana... Se trata, sí, de un miedo al hoy sin ti.
Y es que eres inesperada y necesaria... No tenías un lugar en mi vida, ni pretendí nunca llegar a ti; a alguien como tu… Y este es el miedo, entonces, a seguir construyendo mi presente sin ti; a seguir construyéndome sin ti.

Confieso, entonces, que te miro dormir, así; cuando yaces exhausta junto a mi, abrazada a mi. Te miro dormir y sonrío... Y cierro los ojos en mi insomnio en ti... Y sueño de ti.
Mario Stalin Rodríguez

Sí... Sí sé que debo esto (00, 01, 02, 03a y 03b)... Pero a como han estado las cosas últimamente, me da a mi que retomamos el próximo mes... Igual ya no falta tanto...

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jueves, septiembre 15, 2011

INDIGNOS E INDIGNADOS IV

El asalto al cielo

Epílogo y continuación

Queda escrito hace tiempo, aunque menos del que pareciera; resulta difícil contener el optimismo y no ver en las estaciones de la rebeldía, la gestación de una promesa de mañana. No sentir que la Primavera árabe volvió intrascendentes no sólo a los dictadorsuelos, sino al patético coco con el que Estados Unidos pretende, aún, asustar al mundo entero; Al Quaeda.
No ver en el Verano de Europa el rostro del fantasma que Marx veía y soñar, aunque sea por un momento, en un viejo mundo liberado de los dictados del capital. Aunque los esténtores de la bestia parezcan asesinos en Grecia, Portugal y la propia España.
No ilusionarse en el Invierno que en el Sur se hace Primavera y pensar que, junto a la juventud chilena, se abre camino la posibilidad de una América Latina en la que las grandes alamedas comienzan a abrirse y en ellas camina, como diría Allende, el hombre libre.
Resulta difícil, sí… Pero, sobre todo, conviene acotar el optimismo.

No la promesa del mañana en sí, sólo su gestación.
Sin conciencia de continuidad, cualquier movimiento se diluye una vez que la coyuntura que le motivara pasa. Sin conciencia de coyuntura, cualquier movimiento corre el riesgo de enquistarse en sí mismo y volverse contra quienes originalmente podrían apoyarle.
Guardando las debidas proporciones entre los distintos escenarios enumerados, el movimiento podría caer en la intransigencia del que sólo protesta sin construir alternativas o en el engaño de creer que la solución a un mínimo problema es la solución de todo.

El asalto al cielo que recién inicia es la continuación de muchos otros, fracasados o postergados. En él se ven las huellas del 94 en México, del zapatismo y de una nueva forma de ver la política.
En él están, también, los globalifóbicos que persiguieron y persiguen al poder desde Seattle y en las calles de Roma.
También están los que, desde todos los credos y naciones, condenan la ocupación israelí de Palestina y la cuota de sangre diaria que el mundo paga en estas tierras de Oriente.
Están todos y algunos más, porque también vemos a los jóvenes que, sin ser conscientes de su herencia, salen a la calle indignados por la cancelación de su futuro.
Están todos y algunos más… Ojos que recién aprenden a ver el mañana con una mirada distinta y a sumarse a sus iguales y diferentes… Esta es su mayor fortaleza y su mayor amenaza.
Tal vez este es el secreto, el aprender a continuar mirando hacia el mañana y sumando miradas, no restándolas… Aprender a ser distintos y coherentes, a cambiar el mundo para, en él, cambiarnos.

Mario Stalin Rodríguez

Nota.
No, no se me ha olvidado... Sólo es que, fiel a las tradiciones de este blog, hemos decidio procastinar un poco... Pero, pronto, la continucación de lo que continuación debe.

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miércoles, septiembre 07, 2011

INDIGNOS E INDIGNADOS III

El asalto al cielo

invierno

El asunto se reduce a si la educación es una inversión social o un asunto de superación personal. No es una distinción banal, desde la óptica de los mercados, la educación es una mercancía y, como tal, puede ser sometida a la ley de la oferta y la demanda; quien la ofrece tiene derecho a generar ganancias con ella y quien la demanda, debe pagar por sus beneficios.
Desde otra óptica, la educación es la forma en que un país progresa. Un pueblo educado es crítico y busca mejorar sus condiciones… Un pueblo educado es, entonces, un pueblo dado al cambio y al progreso, algo que, en condiciones ideales, debería ser deseable para cualquier país… No en Chile.

La actual administración chilena es, en todo sentido, heredera y directa beneficiaria de la dictadura pinochetista. Lejos del artificial “milagro chileno” de los 70 y 80 del siglo pasado, la derecha del país andino insiste en aplicar las políticas que, una y otra vez, han fracasado en el pasado.
El sistema educativo chileno, casi sin reformas desde el pinochetismo, es claro ejemplo de ello. Relegado a uno de los últimos lugares en América Latina, es, en la actualidad, prácticamente el único sistema de este subcontinente en el cual la participación pública es prácticamente nula.
Muy por debajo de sistemas universitarios como el mexicano (único latinoamericano en figurar, con la UNAM, entre las 100 mejores universidades del orbe), el de Brasil o Argentina, la educación superior chilena es una mercancía. La participación del Estado en ella prácticamente se limita al pago de apoyos a los estudiantes.
Apoyos crediticios que, vigilados por el Estado, pero no necesariamente regulados, son aportados por la banca privada y obligan a la población a endeudarse prácticamente de por vida, a fin de recibir una educación universitaria.
Es contra ello que la juventud chilena ha salido a la calle, con su indignación… Y sus ganas de futuro.

El asunto se reduce, queda escrito, a cómo se aprecia la educación de un país… Si como promesa de futuro o garantía de continuidad.
Mario Stalin Rodríguez

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