jueves, enero 25, 2018

Requiem 06 (Críticos y criticados 06)

Hace algún tiempo (más o menos hacia Septiembre de 2013), Rata reflexionó en twitter que sólo estaba publicando reviews positivas sobre su Art 88-46. Yo, que en ese entonces lo seguía en twitter (después ya no, aunque no por decisión mía), pero que no leía ese título en particular, me ofrecí a hacerle una crítica en plan mala gente y enviársela, para que él juzgara si se publicaba o no...
            Confieso que me tardé lo mío en hacerla, en parte porque eran muchas páginas que leer de un tirón.
            En Octubre de aquel año él publicó la crítica en su blog. No comenté nada en aquella publicación porque, bueno, básicamente ya había dicho todo lo que tenía que decir sobre el título, pero la mayoría de los comentarios no era sobre la crítica en sí, ni sobre el cómic de Rata, sino en el sentido de "mucho texto, no leo", lo cual siempre fue sintomático de Subcultura y en estos réquiem ya he opinado (con MUCHO TEXTO) al respecto...
            Tiempo después, me enteré por John_Wheel que la entrada ya no existía. Desconozco qué razones haya tenido el autor para eliminarla, pero supongo que él las considera válidas y pertinentes. Yo, la verdad, no tengo ningún motivo para reclamarle el haberla quitado que, finalmente y como he explicado, la crítica se hizo a petición suya y suyo era el privilegio de elegir publicarla o no.
            Y, la verdad, dudé bastante si incluir el texto en cuestión entre los que me interesaba recuperar de los que publiqué en Subcultura, en buena medida porque no es uno de mis mejores trabajos. Pero el propio Ulises retoma en el texto de cuando en cuando y de vez en vez, incluso con años de diferencia entre una y otra. De hecho ha manifestado su intención de seguir compartiéndolo hasta con sus nietos y, bueno, me parecía injusto que el cierre de la comunidad lo privara de uno de sus temas favoritos.
            Además de que, en algo, tiene razón en sus repetitivas peroratas; así no se hace una crítica... Aunque no por los motivos que el esgrime, porque, finalmente, quejarse por recibir una mala crítica (con “tono de mira qué listo soy y qué cantidad de conocimiento tengo”) cuando expresamente se pidió una mala crítica (con “tono de mira qué listo soy y qué cantidad de conocimiento tengo”), es un poco como la infantil pataleta del niño que llora por recibir una hamburguesa y no una pizza, después de pedir una hamburguesa.
            Tampoco porque al escribirla haya “errado en distinguir sus influencias”, porque, como se podrá leer, jamás me metí a aventurar “de dónde había sacado cada cosa”, simplemente me limité a enumerar muchas otras obras que habían tratado temáticas semejantes. Obras, además, que por su popularidad, presumiblemente serían conocidas por los posibles lectores de la crítica, a fin de mostrar que los mismos temas podían ser tocados de distintas formas y con, probablemente, mayor tino.
            Pero sí; así no se hace una crítica. Porque ésta se hizo a petición expresa del autor y conforme a los lineamientos pedidos por éste; el texto omite mi opinión real para reflejar sólo aquello que el autor quería ver plasmado... En eso tiene razón Ulises, el texto, como crítica, no funciona.
            En fin, sin más introducción, demos paso a…

DIOS NO TIENE UN NO-BREAKE
Sobre Art 88/46

En un futuro no demasiado lejano, supongo, un tipo logra juntar algunos ahorros para, por fin, comprarse un router que le permita neuroconectarse al juego en línea del momento. Pero algo sale realmente mal (una simple falla en la corriente eléctrica) y en vez de terminar en un servidor lentísimo tratando de ligarse a un avatar de tía buena, termina sumergido en una simulación creada por su computadora personal, ex professo para que él no pierda la cordura mientras se arreglan algunos problemas de conectividad. Realidad virtual en la que deberá permanecer durante un tiempo subjetivo de 74 días.
            Sobre esta premisa arranca Art 88/46 de Ulises la Fuente (Rata o Rataoundergound en los mundos virtuales), un webcómic que vio la luz en los oscuros bites de Subcultura y que, mediante un crowfunding, ha logrado hacerse un nicho en el mercado impreso.
            El título marcó una especie de microfenómeno en el muy endogámico mundo de los webcómics en español... Fama cuyas razones deberíamos detenernos a reconsiderar unos momentos.

Sobra decir que, al mínimo vistazo, la propia anécdota se sostiene sólo por los pelos. Primero porque parece una falta de previsión bastante grande que el protagonista no cuente con un simple no-breake para evitarse problemas, no ya algo tan grave como su psique atrapada en un mundo virtual, sino algo tan simple como fallas en el hardwere de la computadora que, por lo que se ve, maneja toda su casa.
            Pero vale, aceptamos lavadora como animal de compañía.
            El tipo acaba sumergido en una realidad virtual en la que él, prácticamente, es dios; no porque haya creado este universo (que no lo hizo), sino porque éste fue creado únicamente con el propósito de mantener su mente ocupada durante el lapso subjetivo de 74 días.
            Conviene detenerse un momento para subrayar la importancia del concepto “tiempo subjetivo”, porque desde el principio queda claro que su cuerpo no estará tendido en su cuarto durante todo este tiempo, sino uno mucho menor, que él experimentará como 74 días... Aunque, debo aclarar, esto lo deduzco yo de lo dicho por la computadora en la página 08 del primer capítulo, que tampoco queda tan claro.
            En fin, Tony (que el protagonista se llama Tony, por cierto) termina en una nave de unos tipos protoneofranquistas (“¡Viva la Muerte!” que gritaba Millan-Astray y el Cap. de la nave) que le informan que todo estaba planeado, que ellos sabían que él iba a aparecer justo ahí, que le conocen toda la vida a él y a su computadora.
            Ojo, porque esta afirmación primera ("todos somos conscientes de quién eres y qué haces aquí"), después va a ser desmentida muy mucho. Pero de momento volvamos a la nave, que está punto de ser descuartizada por una raza de aracnoides con mala baba.
            La cosa es que el Capitán de la nave, que es el militar-nom-plus-ultra-cachi-mega-guay, lo tenía todo previsto y tiene un plan que involucra, entre otras cosas; un cañón ubicado a millones de kilómetros, una agente doble psicomonja que es su esposa que finge espiar para las arañas (pero no), un transportador de bolsillo que no funciona y dos huevos duros (bueno, vale, lo último no, pero habrían mejorado la cosa).
            En fin, que en medio del entreverado plan, lo que podía salir mal lo hace y la monja que no es espía (pero que sí lo es, pero para el otro lado), no puede salir de la nave de los malos, así que va el Capitán y se teletransporta justo en el momento en que el disparo del cañón que está a millones de kilómetros llega... Así tenemos al militar Chuk-Norris-Me-Hace-Los-mandado-Y-Eso-Que-Soy-Manco atrapado en una nave a punto de ser destruida, rodeado de enemigos y sin más arma que su espadita... Y con dios en un cuarto triangular de su nave, no lo olvidemos.
            Dios, que sabe que es omnipotente en esta simulación de universo, se hace aparecer una pluma en la mano para regresarle la mano al capitán y que logre salir de la nave enemiga que explota como debe ser...
            Debo aclarar que, como dios, Tony deja bastante qué desear. En un principio porque se deja atrapar como imbécil por un grupo de productos de su imaginación... Que sí, que vale, que no es inmortal, pero podría serlo si da la instrucción requerida, también invulnerable (como veremos varias páginas más adelante)... Vamos, si por poder, podría haber transformado a la raza de las arañas en un pueblo de pacíficos campesinos perdidos en el otro lado del sol y nos ahorramos todo lo anterior...
            Hay un cierto principio a la hora de escribir según el cual se pueden crear personajes más tontos, más malos, más machos o más bondadosos que uno mismo, pero nunca alguien más inteligente... Principio que es bastante evidente en, por ejemplo, las obras de Dawn Brom. Lo menciono porque si a dios no se le ocurre algo tan sencillo como reescribir la realidad para evitar estar en peligro, tampoco les pasa por la cabeza a ninguno de los integrantes de la tripulación... Y eso que entre ellos están el Supercientífico-Soy-Más-Listo-Que-El-Puto-Newton y, no lo olvidemos, el Supermilitar-Soy-El-Muchacho-Chicho-De-La-Película-Gacha.
            Por no mencionar a su computadora personal que debe obedecer las tres leyes de la robótica, entre las que se cuenta no poner en peligro a cualquier ser humano y más si ese ser humano es su propietario, computadora que, como veremos más adelante, es incapaz de diferenciar el daño que se le hace en el mundo virtual al que se le hace en el mundo real, pero que no hace absolutamente nada por evitar que su propietario se encuentre en una nave a punto de ser aniquilada por las arañotas.
            Pero, en fin, la cosa se soluciona como se soluciona y ya tenemos a dios metido en una nave camino a Terra para...
¿Cómo?
Sí, estoy seguro, el  mundo al que lo van a llevar se llama Terra.
¿Océano?
Anda, pues sí; Océano, que lo dice en letras gordas y grises; vale.

En lo que Tony puede llegar a Océano y suelta el mayor sinsentido de todo lo publicado hasta ahora, permítaseme hacer un pequeño paréntesis para hablar de dioses varios, algunos elegidos y seres omnipotentes surtidos.
            Al igual que Tony, Haruhi Suzumiya es dios, al igual que Tony ella es prácticamente omnipotente, pero, al contrario que Tony, ella no lo sabe y NO debe saberlo. De ahí que los pocos individuos conscientes de la situación hagan hasta lo imposible para evitar que se aburra y resetée el universo como lo hizo hace tres años.
            En Tron, la clásica, un usuario era absorbido al interior de una computadora estéticamente pensada por Moebius. Al contrario de Tony, el usuario no tenía más poder que cualquier otro habitante de los bites y, aún así, logró arreglárselas para derrocar a los programas tiranos, liberar a los programas oprimidos y ligar con una chica de ceros y unos que no estaba nada mal.
            Neo, al igual que Tony, es casi omnipotente en el mundo virtual, puede pasarse por el arco del triunfo las restricciones inherentes para otros habitantes de éste, pero, al contrario de que Tony, él puede salir del mundo virtual cuando lo necesita.
            La intención de este paréntesis es recalcar que la premisa tampoco es demasiado original y, en todo caso, ha podido ser llevada bastante dignamente en más de una ocasión, mientras el tipo casi o totalmente omnipotente atrapado en el mundo virtual no sea un gilipollas de cuidado.

Bueno, pronto llegaremos a Océano, de momento veamos a Tony en su cena con la plana mayor de la nave. Como resulta lógico cuando uno tiene al creador a mano, lo primero que hacen estos tipos es preguntarles lo clásico; ¿quiénes somos, a dónde vamos y para qué estamos aquí?
            En este caso la respuesta resulta la mar de sencilla, que llevamos todo el cómic sabiéndola, además; "son un conjunto de bites que están aquí para que no me aburra los próximos 74 días y van hacia donde me sale del nabo, que para eso soy dios"... Vale, así dicho suena un poco demasiado borde, pero no tanto como la respuesta que les da.
            En un ejercicio de sinsentido de lo más absurdo, Tony les receta un compendio de "argumentos" extraídos de Cosmos de Carl Sagan, que sonaban muy bien cuando éste los dijo hace añares, pero que en un universo del que sabemos que tiene un creador (Makoto) y un sentido específico (que Tony no se aburra), en el cual, además, hemos establecido que todos ellos lo saben (aunque después resultará que no) y él lo sabe, pues soltar lo de “tal es la presunción humana que nos creemos así de importantes, que un dios que nos hemos inventado lo ha creado todo y está atento a nosotros”, resulta un poco MUY fuera de lugar.
            Vamos, no es que el creador sea un sabelotodos infumable, como diría el Capitán-Ahora-Que-Tengo-Mis-Dos-Manos-Puedo-Agarrar-A-Hostia-a-Bruce-Willys, es que directamente es un idiota que no acaba de entender lo de “simulación basada en tu subconsciente”...

En fin, dios y la nave llegan a Océano, que para más referencias es algo así como el mundo de Arzach, pero con agua en vez de arena. Ahí conoceremos a una reina que es como Padme-Amidala en pequeño y nos enteraremos que, contrario a todo lo que nos han dicho hasta el momento, resulta que la existencia de Tony como dios no es universalmente aceptada, sino apenas una teoría propuesta por el Científico-Einstein-Es-Un-Palurdo-A-Mi-Lado-Y-Eso-Que-No-Soy-Físico y, hasta eso, no todos están muy seguros de que sea acertada.
            Teoría que, como hemos visto, no sólo proponía la existencia de un creador, sino que pudo describir acertadamente sus rasgos físicos, su nombre de pila y hasta el IP de su computadora personal que, por cierto, ahora sabemos que no es una simple terminal hogareña, sino una supercomputadora.
            El problema real es que, ahora que la superteoría-dejemos-la-cosa-de-las-cuerdas-o-el-campo-unificado-a-un-lado-porque-esas-no-nos-permiten-ver-el-rostro-de-dios ha sido confirmada, "sabemos exactamente quiénes somos (un conjunto de bites), para qué estamos aquí (para que Tony no se aburra) y a dónde vamos (al olvido una vez que pasen los 74 días)... Y como que no muy se nos antoja dejar de existir así nomás".
            Vale, la solución podría haber sido un simple; “Oye, Makoto, antes de que me logres desconectar, podrías hacer una copia de esto y subirla al dropbox y ya después, con tiempo y recursos, vemos los de comprar un servidor donde alojar el universo”. Pero recordemos que dios no sabe ni lo que es un simple no-breake, así que mejor ni le mencionemos el concepto de disco duro externo o hasta un vil pen-drive, que se nos colapsa el chaval.
            Aquí viene lo importante del tiempo subjetivo, porque mientras en el mundo virtual tendremos todavía unos 68 o 70 días para actuar, en el real la cosa debe ir más aprisa, así que deciden mandar una copia de la personalidad de Chandra al mundo real, embutida en el cuerpo de un robot un tanto cuanto descontinuado, a arreglar lo del dinero y la compra del servidor. Todo muy lógico, ¿verdad?
            Mientras tanto, dios se aburre y decide ir a darse un paseo por Océano acompañado de la reina adolescente...

Pero antes, un poco de contexto...
            Un(¿a?) haker de sexualidad no demasiado definida, autedenomidado(¿a?) Siete ha logrado entrar por la puerta trasera de Makoto... Y no, no ha habido una escena de violación anal (que queda un poco grotesco, lo reconozco, pero como metáfora de intrusión informática es bastante acertada); todo ha sido muy civilizado en una habitación tipo japonés estereotipado con todo y poemita random y sin venir a cuento.
            Tampoco hubo ninguna instrucción del tipo “por cierto, olvida que me permitiste la entrada” o, al menos, “no le digas a nadie que estoy aquí”, sino que entra como Juan(¿a?) por su casa y Makoto, la Supercomputadora-Fiel-Hasta-Los-Ovarios-A-Tony-Que-Hasta-Le-Crea-Un-Universo-Para-Que-No-Se-Aburra, no tiene la mínima delicadeza de aparecerse ante el susodicho para decirle “oye, que te cuento que se nos acaba de colar alguien, por si quieres hacer algo al respecto”.
            Vamos, soluciones para el asunto había un montón, empezando por tener un antivirus en condiciones, pero no (que, bueno, ya sabemos que Tony no es el campeón de la precaución). También podría ser que Makoto aprovechara el tiempo de espera en la que estaba tomando un té con el(¿la?) haker para desviarlo(¿a?) hacia una simulación secundaria donde hiciera y deshiciera lo que se le antojara, se aburriera y se fuera, pero tampoco.
            De Siete después nos enteraremos que no sólo es un(¿a?) Haker-Super-Mega-Cachi-Guay-Que-Ríete-Tu-De-Los-De-Anonymus, sino el(¿la?) mismísimo(¿a?) campeón(¿a?) de videojuegos a nivel mundial, que se aburre de ya no tener retos a su nivel y se dedica a pasear por el ciberespacio para ver qué computadora anda ofreciendo su puerta trasera para ser violada.
            (Porque, claro, si uno es un Haker-Nivel-Campeón-Y-Que-Se-Cúiden-Las-Bases-De-Datos-De-Las-Instituciones-De-Crédito-De-Todo-El-Mundo-Mundial y encuentra la puerta trasera de una computadora hogareña conectada al ciberespacio mediante un ruter barato y que, además, presenta comportamiento anómalo a causa de una falla eléctrica, lo primero que uno piensa es que, seguro, ahí están contenidos los secretos del universo o, por lo menos, horas y horas de sana diversión)
            Termina apareciendo en una luna desolada donde hay unos tipos que hablan con corchetes y tienen la extraña afición de decir “crujido” al inicio y final de cada frase y se aparece, además, en forma de un robotote, porque se aburre y no hay nada más divertido que meterles miedo a unas simulaciones informáticas, supongo.

Un poco más de contexto...
            El Capitán Molo-Tanto-Que-Las-Madres-Predadoras-Asustan-A-los-Niños-Predadores-Diciéndoles-Que-Si-Se-Portan-Mal-Y-No-Matan-A-Todo-Bicho-Que-Se-Les-Cruce-En-El-Camino-Vendré-Por-Ellos, no sólo es el más mejor guerrero y estratega de éste y universos circunvecinos, sino un fan de Hendo Ikari, a quien le copia la estrategia de poner música clásica para que todos sus hombres actúen coordinadamente... Y habrá quien dirá que Evangelion no le ha hecho ningún bien a la humanidad.
            Además, su esposa, que ya sabíamos que es una psicomonja, es hija de otra psicomonja y se reúnen en un decorado de Dune de David Lynch (pero, ya saben, con agua) para hacer cosas propias de psicoperras de David Lynch, como quitarse la venda de los ojos, ponerse a contar triángulos con el tercer ojo y decir que son rebuenas para adivinar el futuro (como para no serlo en un universo preprogramado) y hacer una ensalada de pseudofilosofía budista con un toque de mitología hindú y, ya que estamos, aderezadas con las Charmed.
            (Y, antes de que me digan nada; sé que Dune es una saga literaria escrita por Frank Herbert y continuada por su hijo Brian, pero las psicomonjas de Art 88/46 se parecen mucho más a las propuestas por Lynch que a las de los Herbert)
            Esta escena no es gratuita ni es para que veamos el precioso convertible-crisis-de-los-40 del Capitán Yo-Le-Enseñé-A-Dar-Patadas-A-Bruuce-Lee o apreciar que, cuando éste va de civil, se viste como inglés con malos gustos en día de golf. Es para que podamos enterarnos que este universo (creado de la nada, recordémoslo) tiene su propio Krishna que duerme y, mientras duerme, sueña el universo (Tony), su propio Vishnu, el de los mil rostros, que mantiene el orden y el funcionamiento (Makoto, claro) y hasta un(¿a?) Shiva para que lo destruya (que, supongo, vendría a ser Siete)...
            Porque, claro; el destructor tendía que ser alguien externo. No podría ser, por ejemplo, que el programa generara una contradicción que amenazara con resetearlo; porque eso habría sido demasiado coherente con el mínimo conocimiento informático. NO, tenía que ser un(¿a?) Haker-Mega-Peligrosísimo(¿a?)-Soy-El(¿La?)-Mejor-En-Lo-Que-Hago-Aunque-Lo-Que-Hago-No-Sea-Agradable que, en vez de trastear con los servidores militares para tomar el control del arsenal nuclear del país de su preferencia, se dedica a entrar por las puertas traseras de las computadoras hogareñas con IP femenina.
            Vale, hasta aquí el contexto, necesario para entender cómo funciona la mente del aut... Mmm... herm... El universo creado para que Tony no se aburriera. Regresemos ahora con él, que, al contrario de los posibles lectores de esta parrafada, no ha estado precisamente aburriéndose.

No, tampoco ha estado follando... De hecho a estas alturas del partido, podemos suponer que Tony guarda mucho más películas descargadas por bajo perfil que pornografía en el disco duro de Makoto.
            Decíamos que Tony quiere darse un paseo para conocer (el planeta ese que primero se llamaba Terra, pero que siempre se ha llamado) Océano, así que decide escabullirse de incógnito por el sencillo método de dibujarse unas barbas. Claro, no es que le pueda pedir a su computadora algo como “oye, Makoto, que se me antoja dar un paseo de incógnito; haz que nadie me reconozca al menos que yo quiera”, porque, claro, no es que sea dios en este universo como para poder hacer lo que le venga en gana. Así que, nada, de incógnito con una barba dibujada, no sea que el disfraz quede bien y después resulte que, efectivamente, no lo reconocen; una cosa es decir que se quiere pasar desapercibido y otra, MUY distinta, es que encima se pase desapercibido.
            Recién salido de su cuarto descubre lo increíblemente efectivo que es el disfraz, porque la reina NO-Soy-Amidala se lo topa y, sorprendentemente, lo reconoce. Ella se une a su jornada porque se aburre de ser reina, la vida palaciega no le gusta nada y, además, está bastante cansada de los juegos políticos en los que no es otra cosa que un títere en manos del Consejo Gobernante; toma, una reina que se aburre en palacio y no quiere ser reina... Giro originalísimo y que nadie se esperaba.
            Aquestos dos se tomaran unos días para pasear y acampar a sus anchas e incluso, en una apuesta increíblemente arriesgada y destinada a remover las conciencias de los más puristas, llegaran a dormir abrazados una noche.
            Mientras tanto, en la capital, nadie nota su ausencia porque, claro, sólo son dios y la reina; nadie, sobre todo el primero, que pueda ayudar en el difícil asunto de que el universo está destinado a acabarse en unos días. Claro, no es que Tony hubiera podido decir algo como “oye, Makoto, crea un doble mío para que ocupe mi lugar mientras estoy de paseo. Sirve que éste se reúne con los tíos esos del Comité Gobernante y me entero de cuando toman decisiones como, por ejemplo, vaciar mi cuenta de ahorros y pedirle dinero a mis amistades para comprar un servidor en el cual meter el universo”.
            Estando así las cosas, aparece en escena Siete, muy decidió(¿a?) a batirse en duelo con Tony para reclamar el derecho a cargarse el universo por el puro gusto de hacerlo, porque puede hacerlo y se aburre muy mucho. Si eso(¿a?) no es un(¿a?) malo(¿a?) de manual, que baje Fu Man Chu y lo(¿la?) vea.
            Aquí nos enteraremos que Siete es, efectivamente, un(¿a?) Haker de nivel Si-Steve-Jobs-Me-Hubiera-Conocido-Le-Habría-Puesto-Mi-Nombre-Al-Cáncer-Que-Lo-Mató, porque no solo es imbatible por las defensas de Ter… Océano, sino que se ha autootorgado los privilegios de administrador(¿a?) del universo (mira, como Tony) y puede hacer lo que le venga en gana.
            Hale, por fin tenemos el esperado enfrentamiento entre dios y su némesis. Enfrentamiento que bien podría haberse zanjado por el sencillo método de “oye, Makoto, ya que no puede Banear a éste(¿a?), pon su cuenta en cuarentena por riesgo de infección para que no pueda interactuar con el resto del programa”... Pero no, que eso sería lógico (no en balde cualquier antivirus puede mover cualquier archivo a cuarentena desde 1997, más o menos) pero nada espectacular; mejor agarrarnos a hostias, que esto ha tenido muy poca acción.
            Tampoco es que Tony que, ahora nos enteramos, está muy preocupado por los habitantes de este universo y su derecho a existir, haga algo como para proteger a Ter... Océano de lo que, evidentemente, será una pelea de proporciones bíblicas entre dios y el(¿la?) destructor(¿a?). Nada, a hostia limpia, con explosiones de antimateria, destrucción cataclísmica, muertes a cascoporro y que todo mundo vea.
            Fundido a negro...
            El tiempo ha pasado, Tony lleva algún tiempo metido en un universo vacío y sin siquiera poder hablar con Makoto. Obviamente, Siete ganó, pero (giro inesperado de los acontecimientos) no destruyó el universo, sino que se limitó a reprogramar a Makoto por el sencillo método de ponerle otro kimono y pintarle pelo de blanco (toma cambio radical) y ahora, como en el fondo no es tan malo(¿a?), va a contarle a Tony qué pasó, porque ni él ni los lectores se enteraron de nada.
            Y hasta aquí es que iba la historia cuando redacté esto...

Mientras tanto, la copia de Chandra que habita en el cuerpo de un robot viejo en el mundo real, se ha topado ya con un Culto-Robótico-Para-Nada-Parecido-Al-Que-Asimov-Planteó-En-Yo-Robot, total, si ya mencionamos las leyes de la robótica, para qué detenernos ahí. Culto del que, casualmente, resulta ser el mesías Reset, que el pueblo robot estaba esperando para liberarse del yugo humano que los tiene esclavizados... Anda, como en Animatrix.
            Y hasta aquí, con todo y participación especial de Aiala, también es que iba la historia...

No se me malentienda, me gusta el trabajo de Ulises la Fuente. Su Aiala y sus reminiscencias a HellBoy y Frank Cappa, me parece uno de los títulos más destacables del mundillo de los webcómics en español.
            Incluso, la estética moebiuzante de Art 88/46 se me antoja como una ráfaga de aire fresco en un ambiente tan absurdamente cargado de dibujos e historias mangaloides... Pero me parece una obra muy embrionaria y poco pensada.
            Los personajes no se desarrollan en lo absoluto, la ambientación es demasiado ad hoc, más pensada para el lucimiento gráfico del autor que como escenario en el cual desarrollar la historia y la anécdota, de predecible, resulta aburrida.
            Y sin embargo, me gusta... Pero no por la obra per se, sino por lo que promete; cuando la Fuente pase la pueril etapa Asimoviana por la que todo creador actual de ciencia fantástica que se respete, ha pasado alguna vez, podrá crear obras dignas de mención, pero, mientras tanto...
            ¿Me gusta el trabajo de Rata? Sí. ¿Me gusta Art 88/46? También. ¿Lo recomendaría? Sí, sobre todo para quienes recién se están acercando a las space operas o retoman el género después de mucho tiempo de alejamiento, no por su originalidad, sino porque en ella podrán encontrar múltiples referencias a los clásicos mezcladas en una historia entretenida, incluso con sus múltiples fallos.
            Ahora, ¿la seguiría más allá de lo aquí reseñado? Pues no, porque lo leído hasta ahora no hace que me interese en saber qué ocurrirá con Tony o nadie más, ya que mi capacidad de empatizar con personajes planos es bastante limitada. ¿Daría dinero por ella en papel? Tal vez si me sobrara, que va a ser que no...
            Y es que, de verdad, cuando Ulises la Fuente se olvida de querer ser Jodorowski; sabe contar aventuras realmente interesantes.

Mario Stalin Rodríguez.

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jueves, enero 18, 2018

Requiem 05 (Lo ¿mejor? de Subcultura)

Este es el segundo post de dos publicados hoy, el otro puede ser leído acá...

Nobleza obliga a reconocer, antes de dar paso a los textos que escribí en 2014 sobre el primer experimento de unos "Premios Subcultura" surgido por "votación popular" de los usuarios de la comunidad, que estos pueden aplicarse sólo a ese primer experimento y que mucho de lo que señalé en ellos fue atendido y entendido tanto por Gurrupurru como por quienes se sumaron a posteriores ediciones de los mismos.
Sigo considerando que el esfuerzo es loable y es menester reconocer que, en todo momento, su actitud fue abierta y sensible a los comentarios, por lo que las posteriores ediciones fueron cada vez más transparentes (aunque no exentas de problemas propios de cualquier experimento que se realice en una comunidad con las características de Subcultura)...

LO ¿MEJOR? DE SUBCULTURA
y otras autocomplacencias

01
Esto va, muy obviamente, sobre el experimento que hizo gurrupu hacia finales del 2013. Experimento loable, pero limitado y, lamentablemente, sobredimensionado casi hasta el absurdo, si bien probablemente, no de manera completamente intencional.
            En su momento, dejé en el hilo correspondiente una versión bastante reducida de mi opinión sobre el ejercicio; básicamente, ilustrativo, limitado (MUY limitado) y, en lo absoluto, representativo ni mucho menos, orientativo.
            Considero menester ampliar mis argumentos sobre el particular, no como mero ejercicio de crítica, sino como parte de los textos sobre la comunidad, porque, sobre todo, el ejercicio me parece sintomático de subcultura.

Lo primero que salta es lo innecesario del ejercicio; si algún usurario potencial quisiera conocer lo “mejor” de subcultura, tendría a su disposición, permanentemente en portada, el ránking. Un algoritmo matemático que promedia tanto los “me gusta” y HYPES (exclusivos de los usuarios registrados), como los comentarios y las visitas de un cómic determinado (que contabilizan independientemente de si son o no de usuarios registrados). Es decir; no una muestra, sino el resultado del total de usuarios y visitas. Como herramienta orientativa (esto le gusta a más gente que esto otro), me parece insuperable.
            Esta limitante (muestra por sobre totalidad), crece al revisar los resultados finales. Salta a la vista lo limitado de la muestra real, porque, vamos, ¿un universo de 64 opiniones en una comunidad que recibe, según palabras de Patroklo, entre 11 y 13,000 visitas diarias?
            Si consideramos que las “votaciones” estuvieron abiertas del 7 al 14 de Diciembre del 2013 (sólo ocho de los 15 días originalmente planteados), tenemos un promedio de menos de 10 participaciones por día, es decir; menos de 0.001% del público potencial del ejercicio (presumiblemente, lectores y usuarios de subcultura)... Ya me dirán qué les dicen si intentan pasar un 0.001% como representativo en cualquier muestra seria.
            Interesa, entonces, saber quiénes son estos usuarios para saber qué tan ilustrativos y de qué son ilustrativos los resultados. Es cierto que la participación, hasta donde sé, era anónima, sin embargo, conocer las identidades de algunos de ellos resulta un ejercicio no demasiado complicado; basta con hacer una lista de la gente que en el hilo, el twitter o los post que gurrupu dedicó al asunto (uno, dos y tres) y en sus propios blogs, snaps o tiras, afirmaron que participarían.
            Ahora compárese la lista obtenida con, por ejemplo, los cómics mencionados en la categoría de “Mejor Cómic en General”... Los puntos de contacto son numerosos. Y lo mismo sucede para otras categorías como “Mejor Dibujo” o “Mejor Personaje”.
            Así vistos, los resultados podrían hablar de un grupo de conocidos que están muy contentos de conocerse y reconocerse entre sí, y nada dirían a quien sea externo a este grupo... “Podrían” y “dirían”, queda escrito, porque el condicional es importante, lo harían si conociéramos los resultados, pero NO es así.

Y de eso, justamente, hablaremos...

02
Vistos sus resultados, el experimento de “lo mejor de subcultura en 2013, según los lectores” resulta ilustrativo, pero limitado... Incluso, aquello que ilustra no es necesariamente lo que pretendía ilustrar.
            Ello tiene que ver mucho con lo reducido del grupo de participantes y, sobre todo, con el sesgo notorio de quiénes fueron los participantes y qué obras votaron. Como queda escrito, un simple cruce entre quienes confesaron votar y las obras enlistadas en categorías como “Mejor Cómic en General” o “Mejor Dibujante” y “Mejor Personaje”, habla mucho más de un grupo que se lee y recomienda entre sí que de un esfuerzo para destacar aquello que, por diversas razones, no tiene la notoriedad de, por ejemplo, los títulos que encabezan el ránking.
            Se ha pretendido explicar esta limitación en función de que quienes participaron serían quienes mayor actividad tienen dentro de la comunidad. Explicación que no parece sustentarse, toda vez que en el propio hilo y en el post depresentación de los resultados, algunos de quienes tienen una participación constante en los foros han confesado que no participaron.
            Vamos, el propio hilo debería darnos alguna pista sobre el nivel de participación de la “comunidad activa en los foros”, dado que sólo alcanza 09 páginas de comentarios y, de éstas, las últimas cuatro son posteriores al cierre de las votaciones. Si hacemos un comparativo con hilos que estuvieron activos en el mismo lapso, como el de Stephen King con sus 18 páginas o el de lasadaptaciones que llegó a las 10 páginas. El de Alan Moore tuvo más de 20, pero como inició algunos días antes y continuó bastante después…
            Aceptando que son hilos de temáticas y naturalezas distintas, el nivel de participación en ellos habla de quiénes son la comunidad “participativa” en los foros de subcultura y la naturaleza de su participación.
            Otro cruce posible es entre quienes participaron en el ejercicio y quienes, sin tener una participación constante ni significativa en los foros, contribuyen activamente a eventos como los ArtJam mensuales, el Big Culo Day , el Mes de las Tetas y Movember, en éste los puntos de divergencias también son numerosos.
            Reconociendo que el listado obtenido por quienes en sus blogs, snaps o tiras, además de en el hilo o los posts de Gurru dijeron que participarían es incompleto (el total no llega, obviamente, a las 64 participaciones) y no exento de errores (por ejemplo, que alguien haya dicho que participaría, pero no lo haya hecho por cualquier razón), es una muestra posible de quienes participaron en el ejercicio y nos habla mucho de los resultados obtenidos.

Aceptando sin conceder la clasificación que se hacía en los comentarios de la parte anterior anterior:
Están los lectores que nada tienen que ver en la comunidad, solo se pasan a leer. Está la Sub-subcultura, que son los que no se sabe quienes son y le dan likes a Megu*, y luego hay un reducido número de usuarios que participan activamente en la comunidad y son visibles. Creo que la encuesta se limitó únicamente a este grupo.

            En el que, de entrada, se reconoce que la encuesta no es representativa, entonces, de los gustos de los “lectores”, sino de un grupo reducido de usuarios y que deja fuera a segmentos muy importantes de la comunidad:
No está visible la "Sub-Subcultura", esa Subcultura de autores más inspirados por mangas genéricos que tienen su público, pero que no participan activamente en el foro, por ejemplo. Ahí ya hay una parte no representada. Una parte que a los que participaron en la encuesta no interesa o desconocen**.

            Y no, como queda apuntado, este reducido grupo no es necesariamente el de quienes “participan activamente en la comunidad y son visibles”, sino otro, con sus puntos de contacto (numerosos, si se quiere), pero cuya naturaleza es bastante distinta.
            Delimitar esta naturaleza es importante para entender los resultados obtenidos y, sobre todo, para entender qué de subcultura reflejan… Y de estos se hablará (ahora sí; verdad de la buena, lo juro por el niñito ROB!!!)…

03
Después de haber delimitado, someramente y, después, a mayor profundidad, quiénes participaron en el ejercicio aquel de “la opinión de algunos usuarios de subcultura sobre algunas obras (las suyas) de subcultura”, toca el tiempo de hablar sobre los resultados del ejercicio.
            No se trata de opinar sobre las obras mencionadas en los “primeros lugares”, en función de si estoy o no de acuerdo con los criterios por los que fueron mencionadas. En parte porque ello sería entrar en los terrenos de mis gustos personales en contraposición de los de quienes participaron en el ejercicio y, por otra parte, porque o no las conozco y, las que sí conozco, ya tenía una opinión formada sobre ellas que, debo reconocerlo, no ha sido modificada por su inclusión en esta limitada lista.
            Es decir; no se espere frases del tipo “no estoy de acuerdo con la inclusión de Hutopo en la categoría de mejor lector, porque sus comentarios siempre me han parecido petulantes y sus críticas poco constructivas” o, simplemente “porque nunca estoy de acuerdo con nada de lo que dice”...
            No, porque mucho más que las obras enlistadas y si me gustan o no, para el propósito de estas líneas, interesa mucho más el cómo se llegó a los resultados y el cómo son presentados, que los resultados en sí...

Al analizar los resultados y el cómo fue planteado el ejercicio, llama la atención que se haya decidido eliminar determinadas categorías de la votación final. Hablo, por supuesto, a partir de un comparativo entre el documento preliminar y el de la presentación de los resultados, pues el formato de votación propiamente, no está ya disponible para su consulta.
            Así, debo partir del supuesto de que las categorías enlistadas en el documento final, son las únicas en las que se podía votar y que ninguna quedó fuera por razones como que no alcanzara un mínimo de participaciones o similares. Supongo tal porque ni en el hilo, ni en el post de presentación ni mucho menos en el documento se refiere que haya ocurrido un caso así.
            Así, sorprende que se hayan colocado las categorías de “Mejor dibujo” y “Mejor color”, pero no las de “Mejor escritor”, “Mejor guión” o “Mejor narrativa”. Me explico, es un poco como si en los Oscares se decidiera premiar “Mejor fotografía” y “Mejores efectos”, pero no “Mejor guión (original o adaptación)” ni “Mejor montaje (edición)”.
            Se podría argumentar que éstas se cubren en las categorías de “Mejor capítulo o historia autoconclusiva”***, “Mejor cómic en general” y hasta “Mejor  cómic nuevo” o “Mejor autor”, pero si se acepta este argumento como válido para las categorías omitidas, también lo es para las de dibujante y color, que sí se incluyeron.
            Independientemente de que Subcultura sea la única comunidad de creadores que conozco en la que “mucho texto, me da flojera; no leo” es considerado un argumento válido, es menester entender que el cómic es un medio complejo que incluye tanto su apartado gráfico como su apartado literario, un medio en el que ambos se combinan para narrar una historia. Un buen dibujo puede ayudar a una historia pésima (Bendis recurre mucho a este truco... Aunque hay otras, como casi todo el Totalmente Nuevo y Totalmente Diferente Universo DC, que ni así se salvan), como una buena historia puede hacer que nos olvidemos de que el dibujante no es precisamente bueno (muchos capítulos de “Irredeemable”, por poner un ejemplo).
            Incluso en el apartado meramente gráfico (aunque el guión también tiene mucho qué ver aquí), puede ser que un dibujante sea excepcionalmente bueno y vistoso, pero incapaz de narrar una historia coherentemente entre una viñeta y otra (por mencionar a alguien, digamos Jae Lee), como puede ser que su estilo de dibujo tire más a lo feo, pero sea capaz de, mediante sus técnicas narrativas, dotar de coherencia incluso a los guiones más confusos (lo que Frank Quitely hizo con los “New X-men” y el “All Star Superman” de Morrison, por ejemplo).
            Pero no; “Mejor dibujante” y “Mejor color” y vamos sobrados, ya está; más nada... Empezamos bien.

También llama la atención la variación de nominados.
            No, no nos referimos a su variedad, esta es más bien limitada y a lo largo de todas las categorías, con algunas excepciones, más o menos las mismas obras ocupan más o menos los mismos lugares, y prácticamente sólo en los listados de “otros nominados” se encuentran obras distintas a las de los participantes.
            Se habla de variación porque el número de nominados en cada categoría varía entre los 32 mencionados en “Mejor autor” a los 61 de “Mejor dibujante”... Y aquí es donde el asunto de la semántica cobra importancia.
            Hace sentido que al buscar un “mejor” algo se busque UNA obra y sólo una. Supondría, entonces, que a la hora de nominar, los participantes habrían elegido una y sólo una obra. En este escenario, la variación entre el número de nominados podría explicarse porque en el mejor de los casos una única obra habría obtenido 64 nominaciones y, en el peor, habría 64 obras distintas con una única nominación.
            Sin embargo, como explicaba en el hilo, no se trata sólo del número de obras nominadas, sino de cuáles aparecen en el texto y cuáles en el apartado de “otros nominados”, porque 64 “votos” por categoría no bastarían para satisfacer ningún criterio que explicara esta distinción.
            Pero no, como se adivina en algunos comentarios en el propio hilo, lo que sucede es que los participantes podían nominar a más de una obra por categoría, sin establecer, de hecho, ninguna restricción sobre cuántas****. Se trata, entonces, no de encontrar el “mejor” algo, sino los “mejores” algo... Pudiendo cada participante, explicar o no por qué considera sus enlistados son buenos, así; como le salga de su ronco pecho, sin prefigurar los criterios a seguir.
            Y lo de los criterios es bastante importante, no porque acuse a los participantes de no seguir ninguno a la hora de nominar, sino porque cada uno parece haber seguido los propios, lo que lleva al absurdo de que, por poner un ejemplo, en la categoría de “Mejor color” se nominara a un cómic en blanco y negro*****.

Obsérvese que hasta el momento sólo hemos hablado de qué preguntas se hicieron y cómo se contestaron, sin tocar más que tangencialmente el asunto de cómo son presentados los resultados... Y es que, como se señaló desde un principio, en realidad no es posible conocer estos resultados.
            No se me malinterprete, creo que se hizo un gran trabajo condensando respuestas tan disimiles como las que permitía la dinámica establecida y, lo reconozco, el documento de presentación, con su redacción fluida y la selección de imágenes ilustrativas, es agradable de leer. El asunto es que, en realidad, no presenta ningún resultado.
            El único dato que se proporciona es que hubo 64 participaciones******, pero aunque en algunas categorías se establece que los primeros nombrados lo son porque obtuvieron el “primer lugar”, en ninguna se explica cuántos votos sobre qué total, fueron necesarios para alcanzar ese “primer lugar”.
            Por no explicar, tampoco se explica cuántas menciones eran necesarias para alcanzar un lugar en el cuerpo del texto... Y eso, presuponiendo que una única mención bastaba para aparecer en el listado de “otros nominados”. Por no hablar de la excepción de la categoría de “Mejor dibujo”, en la que se agrega un tercer listado intermedio de “Más webcómics cuyo dibujo ha llamado la atención”, así, sin explicación alguna.
            Par el caso, habría sido mucho más transparente (y sencillo) presentar una simple hoja de excel en la que se mostraran los nominados a cada categoría en una columna y el número de menciones que obtuvo cada uno en otra... Pero no, por razones sobre las que sólo podría especular, se prefirió un texto en el que se combinan opiniones personales del redactor (y así lo reconoce) con entrecomillados que, presumo, extrae de las participaciones anónimas (porque el anonimato da una increíble validez a la opinión de alguien -que no se sabe quién sea- sobre obras determinadas, ¿no?).

Y es que de opiniones se trata todo... Al contrario de lo que sugiere el documento de presentación, el ejercicio no sirve para retratar ampliamente (vamos, ni siquiera escuetamente) la vida de la comunidad de Subcultura en el 2013, ni mucho menos como “guía para los nuevos lectores”, salvo que éstos estén interesados en conocer la opinión de un bastante reducido número de usuarios sobre un bastante reducido número de obras (las suyas).
            Y, sin embargo, el ejercicio sí sirve para extraer observaciones sobre dinámicas de la comunidad. Dinámicas tan sanas como la endogamia, el sectarismo, la formación de grupúsculos de interés y la omisión intencionada de opiniones contrarias y gustos distintos a aquellos de los del reducido grupo al que los participantes pertenecen... Vamos, incluso el condicionamiento de un “apoyo” a cambio de “gustar” de ciertas cosas.
            Ojo, estas dinámicas no son exclusivas de este grupo ni se sugiere, en ningún momento, que el ejercicio analizado las haya producido o fomentado, pero sí que las refleja.
            No creo ni por un momento que ni el planteamiento original de la idea, ni la participación de quien haya participado, obedecieran conscientemente a estas motivaciones y si las refleja, es porque el ejercicio se realizó en la comunidad en la que se realizó.
            Sugiero, eso sí, que la interpretación del resultado de ejercicios como éste y, sobre todo, su implementación, deben tomar en cuenta las características propias de esta comunidad y evitar, en la medida de lo posible (que no fue el caso), que éstas influyan tan notoriamente en su desarrollo y resultados.
            Reconozco que como conclusión a tan largo análisis, resulta escueta... pero, bueno, eso es porque prefiero que cada quien extraiga las lecciones que prefiera de todo esto (así sea que esa lección sea no volverme a leer por salud mental).

Mario Stalin Rodríguez

*No quiero ser yo quien estropee un bello prejuicio con la realidad, pero haciendo un simple cruce fans se descubrirá que parte importante de esos que “le dan likes a Megu” son, también, quienes tenían a “El Artista y La Musa” y “La Niña del Caos” dentro del top-five del ránking.
**Y mal hacen, porque así descritos, suena que esa parte es lo suficientemente importante como para tener a Ugnis en el 2° puesto del ránking.
***En éste se anexa una pequeña nota: “Valorar un guión en general es complicado, así que hemos valorado la narrativa de capítulos concretos y de historias autoconclusivas”... ¿De verdad? Porque con la variedad de estilos que se abordan, cualquiera diría que valorar un “Mejor dibujante” también tendría sus bemoles y bien que existe la categoría.
Además de que, como se señala más adelante en el texto, la “narrativa” de un cómic es algo que tiene que ver tanto con el guión como con el dibujo.
****Bueno, vale: “Intenta que no sean más de diez o así”.
*****Ojo, esto podría deberse a que, amparado en el anonimato de la participación, alguien haya queridotrolear los resultados nominando absurdos en todas las categorías. No presupongo que esto haya pasado, pero al no haber criterios prefijados ni restricciones de participación, esto habría sido bastante fácil.
******Ojo, desconozco si hubo alguna medida en contra de ello, pero 64 participaciones no implican necesariamente 64 participantes... Y será que soy una pésima persona, pero se me ocurre que por la dinámica de participación establecida, resultaba bastante fácil que una persona pudiera participar más de una vez.

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miércoles, enero 17, 2018

Requiem 04 (Por alusión)

Este es el primer de dos post del día de hoy, el otro puede ser leído acá...

Antes de hablar un poco del ránking de Subcultura, sobre cómo (creo que) funciona y para qué funciona. Asunto que me interesaba porque, bueno, hablar mal del ránking era una costumbre bastante extendida en la comunidad y me apetecía ir un poco a contracorriente de la manera más honesta posible (texto que ya puede ser leído en estos bites), me vi obligado a aclarar algunas cosas.

POR ALUSIÓN
o de las cosas sobre las que hablo

Estoy bastante seguro que todos los miembros de Subcultura tienen vidas ajenas a la comunidad y, supongo, que quienes tienen cuentas en twitter las usarán para hablar de muchísimas cosas que poco (o nada) tienen que ver con lo que se hace aquí y la gente que por estos bites ronda... Al menos es lo que yo hago y sé que hacen las personas de esta comunidad a las que sigo en twitter (salvo, obviamente, cuentas como la oficial de subcultura o la del OEPSW, se sobreentiende).
            De ahí que la madrugada de este 05 de febrero (de 2014), al checar mi pestaña de “menciones”, me sorprendiera un poco al encontrar esto.
            Mis respuestas a ello se pueden leer en la propia imagen y se resumen en la última; no hablaba de nada relacionado a esta comunidad... Y según yo, con ello daba por zanjado el asunto... Pero después, repasando un poco el incidente, me surgió la duda de ¿por qué consideraría Gurrupurru que el tweet enlazado hablaba de su “Museo”?
            Siendo sincero; la respuesta se me escapa. No creo que sea una cosa contextual, porque con un simple repaso a mi TL, se verá que los dos twetts más recientes a los que se refiere (el enlazado y este otro) no es que estuvieran rodeados precisamente de publicaciones relacionadas no ya a la obra específica, sino ni si quiera a nada relacionado a la comunidad de Subcultura.
(omito las respuestas a Gurru, que ya se pueden leer en la imagen anterior, entre el RT de @Patriciomonero y mi intento frustrado de despedida).
            Conforme se baje o suba en mi historial de publicaciones a partir de los twetts que dieron origen a todo esto, se verá que, de hecho, tiendo mucho más a hablar de cosas muy ajenas a subcultura (salvo por los relacionados a los picadlos y ahí la cosa se centró en el OEPSW) y mucho más cercanas a la cosa esa que sucede fuera de lo bites, ya saben; la realidad.
            Pero, si mi historial en twitter no permite relacionar ambas publicaciones con el “Museo”; ¿por qué asumió Gurru o cualquiera, en algún momento, que de ello hablaban? ¿Será, entonces, por mi actividad en la propia Subcultura?
            El asunto es que del “Museo” no he hablado y no lo he hecho porque, bueno, básicamente porque no conozco la historia, no conozco el librito y, como explicaba la única vez que he tocado el tema (en una SNAP de frikitty), por razones que nada tienen que ver con la obra en sí ni con sus autores, no me interesaba (ni me interesaba al escribir estas líneas ni aún hoy) conocerla.
            Tanto más, mi interacción con Gurru desde hace algún tiempo se limitó a una serie de mensajes privados que me envió por la publicación de la primera parte del análisis a lo de “lo mejor de Subcultura según los lectores” (en estos mismos bites) y a twetts en los que le aplaudía (a él y a Frikitty) su decisión de sacar sus títulos del ránking de portada, etiquetándolas como “traducción” (el 22 de Enero de 2014). Por lo demás, ni he comentado sus publicaciones ni respondido a sus comentarios en las publicaciones de las personas a quienes ambos seguimos... Vamos (salvo el caso arriba apuntado), ni siquiera he comentado nada en ninguna publicación relacionada al “Museo” de las personas a quienes sigo.
            Lo que me regresa a la pregunta; ¿por qué asumió Gurru que publicaciones de alguien que por lo común no habla de él ni de su obra, hablaban de él y de su obra? Suponer que interpretó que hablaba de su “Museo” porque no he hablado de su “Museo”, es una maroma lógica que no logro reproducir y, salvo que hablemos de casos clínicos (que NO es el caso), no creo que sea posible.
            De verdad, la respuesta se me escapa... Pero supongo que no tiene tanto que ver con Gurru como sí con la imagen que he proyectado en la comunidad y, tal vez, las reacciones que algunas publicaciones mías causaban en ésta, arrojen cierta luz en la cuestión.

Mario Stalin Rodríguez

Tiempo después (en Noviembre de 2014) de la publicación original de este texto (Febrero del mismo año), en los foros de Subcultura, en un tema sobre parodias y su pertinencia, descubrí sin mucha sorpresa que, al parecer, existía un cierto grupo de miembros de la comunidad muy aficionados a leerme y comentar, entre ellos, qué tan en desacuerdo estaban con lo que yo decía.
            En aquella ocasión, comenté...

(5-11-2014)
A ver si entendí, decir que
Podrías, incluso, hacer una tira con chistes pueriles (de chichi, caca, pedo, pis), pero protagonizada por figuras oscuras de la literatura o la pintura ("Las Desventuras de Picasso y Pollok", por ejemplo) para que tus lectores se sintieran "intelectuales" y sin culpabilidad por seguir una tira de chistes de chichi, caca,pedo, pis (es un ejemplo hipotético) o algo con los dioses primigenios de Lovercraft ("La Tumba del Horror Innombrable" existe desde hace la pila)...

            Es meterme con
Fleibur sin meter a Fleibur aunque luego se entere Fleibur.

            Porque, claramente, dedico cada una de mis intervenciones en Subcultura y en twitter a hablar de una obra que NO he leído y que (para más INRI) por los escasos ejemplos que llegué a ver de ésta previa a su existencia en subcultura, NO me interesa leer... Y menos si su autopublicidad es del tipo
Es más o menos como el que se ha mencionado por ahí de Picasso y Pollock pero existiendo de verdad.

            Tanto más si consideramos que NO sigo ninguna obra del autor, ni al autor, en subcultura o en ninguna red social (ni, hasta donde sé, él lo hace con mi obra o mi participación en ninguna otra parte)...
            Pero, ya que están recordando publicaciones pasadas mías... A ver si voy a tener que hacer una segunda parte de “Por Alusión”
¿Por qué (se asume) que publicaciones de alguien que por lo común no habla de él ni de su obra, hablaban de él y de su obra?
(véase supra)

                Aunque, ojo, una vez, casi un mes antes de escribir esto, sí que toque la obra en cuestión. Al parecer, aquella vez (que SÍ hablaba de la obra), no se dio por aludido... O, al menos, no lo suficiente para montarse esto en twitter
Wow, Hutopo, Wow
(Omito las respuestas que, de una u otra manera, me “defendían”, por no venir a cuento. Pero para que luego hablemos de aludir a personas sin aludirlas directamente, no sea que se den por enterados... Aunque, justo es decirlo, no sería la primera vez que Rata hablara de mis comentarios sin aludirme directamente)

            Todo esto, entre personas a las que NO sigo ni me siguen (ya sea por decisión mía o de ellos), que parecen estar muy de acuerdo entre ellos en que leerme no vale la pena, pero que por alguna extraña razón, tienen muy presentes mis publicaciones... Lo suficiente, al menos, para, a la menor oportunidad, recordar textos míos de hace meses y que, en su momento, no pudieron (o no quisieron) refutar*...
            Venga, que si alguien quisiera hacer una parodia referencial sobre el mundillo de subcultura y la gente un poco demasiado sensible a la crítica (incluso cuando esa crítica no habla de ellos), aquí tendría argumento para el primer arco...


*Si alguien tiene la duda, los textos aludidos son (una crítica a Art88-46 que el propio Rata pidió por twitter cuando yo aún lo seguía y que alguna vez verá la luz en estos bites) y éste otro (sobre Natalia Poklonskaya, NO sobre Adolfo Suárez, a quien, además, sólo mencionó en el primer párrafo y lo hago, además, para decir que la participación de Dr-Fleibur en aquel tema fue una trolleada "en el mejor sentido de la palabra y de la forma más inteligente posible"... Vamos, que hasta le estaba tirando una flor).

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