miércoles, febrero 28, 2007

TEMPORADA DE ELEFANTES


Un elefante se columpiaba

sobre la tela de una araña.

Como veía que resistía,

fue a llamar a otro elefante.

Dos elefantes se columpiaban

sobre la tela de una araña...

(y así, hasta el infinito)”

Canción popular

Un paquidermo es un animal extraño. Verás, son animales a los que, de vez en vez, les da por columpiarse en la tela de una araña. Así de imposible como suena, así de divertido como puede ser.

No es una ocupación sencilla, las telas de la araña suelen no ser resistentes, al menos no en la medida en que el peso de un elefante lo requiere. Sin embargo, son necios y siguen en la búsqueda de imposibles telarañas que los sostengan.

A todo esto se suma otro problema; a los elefantes les gusta columpiarse acompañados. La diversión, sobre todo el placer, no son tal hasta que aprendemos a disfrutarlos en compañía.

No es una ocupación sencilla, queda escrito, vagan los elefantes juntos en búsqueda de una imposible telaraña que los sostenga.

Te contaré un secreto; de vez en cuando, ante la carencia de telarañas, a los elefantes les da por construir juntos sus imposibles. Te contaré, para finalizar, un secreto aún más importante, de vez en vez, los elefantes, juntos, consiguen sus imposibles.


P.D. con dedicatoria

Para Estepagrisa, sé que esto debería ir de barcos y no de telarañas... Pero, ya lo sabía Saramago, las balsas pueden ser de materiales muy diversos... Tanto más, si se trata de navegar tierra adentro a contrasoledad. En estos casos, las barcas bien pueden ser, por qué no, de telarañas y sus ocupantes, que no quede duda, elefantes, sí, y animalitos fantásticos...

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miércoles, febrero 21, 2007

DECLARACIÓN DE ESTILO

Llavero
Rodríguez de la Vega Cuellar Mario Stalin


Te miro pasar y de nuevo, necio, envidio a tu ropa y accesorios; no por su combinación, calidad o marca, sino porque ellos envuelven tu cuerpo, tocan tu piel, aspiran tu perfume.
Te miro pasar, mujer y estúpido, te dibujo como si no fueras ausencia, distancia, es decir; soledad. Escribo de ti, sobre ti, pero nunca tu nombre. Escribo, mujer, que envidio a tu ropa y accesorios y que a veces, ridículo, desearía ser cosa.

Puedo escribir, entonces, que deseo ser tu camisa, suéter o chamarra; para abrazar tu cintura, acariciar tus brazos y sí, también, lo adivinas, tocar tu pecho, desnudo bajo mi tela.
Puedo escribir que deseo ser tu pantalón o falda; para cubrir tus muslos y sí, por supuesto, jugar con tu sexo, ocultándolo con mis pliegues de las miradas indiscretas.

Puedo ser tantas cosas; tus aretes, collar, brazalete, incluso un anillo. Como he envidiado a tus anillos cuando juegas con ellos, ociosa. Tanto los envidiado cuando los cuelgas de una cadena, sobre tu pecho, más aún cuando los llevas en tus dedos hasta tus labios y los muerdes inconsciente.
Puedo envidiar tantas cosas, mujer, pero nunca (y esto es una promesa) desearé ser tu llavero. Sería una suerte demasiado cruel; apretado en tu bolsillo, tan cerca de mi deseo, separado irremediablemente de él. Si algún día veo la luz, sería únicamente para alejarme de ti, para acabar colgado en una pared o con uno de mis miembros prisionero en la celda de la cerradura.
Por eso permíteme imaginar que soy tu collar, la banda que a veces sujeta tu cabello o el encaje de tu ropa interior, es decir; permíteme imaginar que te abrazo.

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miércoles, febrero 14, 2007

BOTELLAS A LA MAR

Soledades N

Mario Stalin Rodríguez

Distante Maga

Ausente Elena:

Nos ha pasado a todos; hay días en que te despiertas como ausente. No esa ausencia en que todo te parece distante, sino esa en la que simplemente no estás: las cosas transcurren sin tu intervención y tu poder de decisión se ve limitado a elegir hacia qué lado voltear.

Alguna vez habrá pasado, a mi me sucede muy seguido. Sobre todo en este mundo, donde mi voz parece perderse en el coro de Babel, donde mis cansadas manos no alcanzan a realizar los trabajos que se requieren.

Me sucede muy seguido, tanto que hasta nombre le he dado; lo llamo mi Estado Naufrago.


Al principio es una ausencia, creo haberlo dicho ya: son esos días, casi todos, en los que tu risa no me pertenece; en los que tus ojos otras pupilas buscan. Esos días, ausente Maga, en los que el mundo nos agrede y nos arroja a la soledad.

Porque de esto se trata todo, distante Elena; de soledades. Constantemente nos dicen y gritan que no se trata de nosotros, que la suma es imposible y debemos, entonces, preocuparnos por nosotros mismos, es decir; El barco se hunde, sálvese quien pueda. Y, como náufragos, amada bruja, corremos a salvarnos; solitarios.

De esto se trata todo; de vez en vez, nos venden la soledad como opción y nosotros, tristemente, les creemos la mentira.


De todo, nos dicen, basta con el asegurarnos un presente para uno. Que el pasado ha quedado atrás y del futuro otras decisiones, no las nuestras, se ocupan.

Ellos nos mientes, ausente Maga, porque es su trabajo y porque, en el fondo, nos tienen miedo. Encerrados en los salones del Poder, saben que el futuro donde ellos aún gobiernan depende de que sigamos siendo solos. Saben, y por eso tanto miedo, que los distintos aprenden a sumarse.

Ellos nos mientes, distante bruja, porque, en el fondo, nos tienen miedo, a nosotros; los náufragos.


Indecisos, de vez en vez, aprendemos a mirarnos. Aprehendemos (sí, así; con h intermedia) las sonrisas de los otros y de su mirar construimos el mañana. Los resultados no son inmediatos, pero de la lenta suma nacen los puentes.

Ya se ha dicho en otros lados; la importancia de los puentes no son los territorios que unen, sino las personas que los cruzan. Con este ir y venir de los solitarios, dulce niña, se acaban los náufragos, porque la soledad queda extirpada.

En este ir y venir estamos: intercambiando miradas, sumando cantos; arrojando nuestras botellas a la mar.


Así, distante Maga, estos párrafos son botellas a la mar. Noticias, palabras y pensamientos de los náufragos de distintos lares y distintas creencias. Diferentes todos, sí; pero constructores de un mismo mañana, uno donde todos los amaneceres caben.

Estas líneas, dulce Niña, pretenden viajar en el oleaje hasta las manos y miradas de quienes, distintos, en ellas se reconozcan. Es sólo un primer paso de los muchos que habrán de darse en la dirección correcta. Muchas otras botellas, no lo dudes, de mil distintas letras y mil distintas lenguas cruzarán el mar antes de que los náufragos terminemos de encontrarnos.

Por mi parte, seguiré enviando estos mensajes hasta que llegue ese día y en la espera de que alguna de las botellas que regresen traiga, por fin y para siempre, tu sonrisa.

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miércoles, febrero 07, 2007

LA NECEDAD DE LOS PÁRRAFOS

apuntes para la construcción de imposibles
Las palabras prohibidas

Mario Stalin Rodríguez

In Memorian

Ryszard Kapuscinski

Molly Ivins

y de todos aquellos que cayeron

mientras luchaban por a retratar otro mundo posible


"Justo a la mitad de la ensaimada

se plantó y dijo: Babilonia."

Julio Cortázar

La Vuelta al Día en Ochenta Mundos

Tomo I; Pág. 66

Todo el mundo cabe en el negro sobre el blanco. La letra retrata la injusticia lejana, tus ojos marrones, las invasiones extrañas, mis mañanas sin ti, la esperanza cercana; todo el mundo cabe en la letra.

La letra retrata mentiras, objeciones y límites; es cierto. Pero es también desde la letra que las verdades se construyen, que el mañana se hace posible. Es también en la letra dónde juntos comenzamos a soñar otro mundo posible.

Por eso mis párrafos necios, por eso son nuestras letras indispensables.

Nadando en el espejo de mis párrafos ensayo, de nuevo, mis necedades. Reproduzco en mis frases el nombre de mis imposibles y guardo entre sus líneas mis verbos ocultos. Escribo para entender el mundo y retratar mis soledades concurridas.

En recuento final, poco importa si quien nuestras frases califica no las entiende. Poco importa si el orden de nuestras palabras se ajusta o no a las recetas de los que siempre ordenarlo todo quieren. Poco importa, porque no son para ellos nuestras páginas.

En recuento final, queda escrito, poco importa. Porque son nuestros textos aviones de papel, puentes por construir; versos y flores que buscan de los otros sus ojos. La mirada de quienes, diferentes, construyen el nosotros.

Por eso nuestros párrafos necios, por eso son tus letras indispensables.

A mis frases es la necedad lo que las mueve, busco con ellas construir un árbol cuyos fruto sean el sol en tu cabello, el mañana sin las grises nubes, el canto de tus labios, el futuro del nosotros; no el de ellos. Porque no son estos párrafos meros retratos de imposibles, son también cambio.

Alguien que es también ausencia, escribió en una madrugada de Julio; "Lo que necesitamos es publicar y guerrear desde el otro bando. Hacer letras y columnas que construyan una sociedad visible, no una imagen que sólo los soberbios saben, conocen y manejan".

Por eso nuestros párrafos no se limitan al retrato, no se conforman con el sólo tomar dictado de la realidad. Deben ser nuestras letras la voz de quienes no la tienen. Mostrar en nuestros párrafos el rostro de los negados, de los prescindibles; para empezar a sumarnos.

Por eso mis párrafos necios, por eso son tus letras indispensables.

De nuestras necedades, no se dude, surgirá el mañana posible. La reiteración del otro mundo negado. De nuestras necedades, queda escrito, no de una de ellas, de todas; de su suma. De las ventanas que juntos miramos, las que juntos construimos.

Múltiples son los caminos que conducen al mañana y múltiples las trincheras desde las cuales luchar por él. No son nuestros párrafos, no pretenden serlo, el mapa de la única vía posible, sino catálogo de todo ellos; muestrario de todas las posibilidades.

Porque no son nuestras letras estrellas que señalen la ruta mejor; tan sólo el primer paso en la dirección correcta. Otras acciones acompañarán a nuestras páginas, muchas de ellas incluso ajenas. Pero nuestras frases estarán en el camino, presentando la realidad, pero sobre todo; modificándola.

Por esos nuestros párrafos necios, por eso son tus letras indispensables.

Incluso en la soledad, en la ausencia que eres, no podemos construirnos sin los otros. Incluso en la soledad, en la ausencia que eres, tomo de ti la esperanza y el recuerdo. Me abrigo en la memoria de tu mar salado y construyo mis letras de ti, de tu memoria, de tu ausencia y de mi esperanza.

Obviamente, el camino que nos espera es largo y el llegar a su final costará no pocos trabajos, pero aquí seguimos nosotros; los necios. Obviamente, no son nuestras letras arma suficiente contra el Poder que nos miente y adormece, pero sí equipamiento indispensable. Obviamente, desde los salones de la soberbia intentarán callar nuestras frases, ocultar nuestras páginas, negar nuestros párrafos. No importa, porque el mañana nos pertenece; porque nuestra fuerza no depende de ellos.

Tenemos un secreto que nos obliga a seguir y nos da fuerzas para la tarea ¿quieres conocerlo? Ve hasta el espejo y frente a él ensaya tu sonrisa y canto. No hay más misterio, es el mañana donde tus labios y risa caben lo que justifica nuestras letras y pasos.

Por esos nuestros párrafos necios, por esos son nuestras letras indispensables.

Así, basta el construir el mundo donde todos los mundos caben, para explicar estas frases. Porque en el mañana que mis letras buscan, será tu voz libre y nuestros coros otra forma de decir tu nombre.


Y, para que no se diga, dos imagenes de San Valentín
(click en ellas para ver en grande) :

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