CAUSALIDADES
CASUALIDADES
Disfrutaba del efecto que causaba en los
otros; de la forma un tanto lujuriosa con la que los hombres la miraban, del
rastro de envidia con el que otras mujeres le observaban pasar... O, tal vez,
era sólo extrañeza; ¿qué tenía ella que llamaba tanto la atención?
No
era una chica de portada; su tipo no correspondía al estereotipo que los medios
venden, tirando más bien a pequeña y un poco pasada de peso. Pero algo en ella
atraía las miradas hacia ella. Tal vez era su cabellera negra y abundante, tal
vez algo en la manera en la que se movía o la forma en la que combina su ropa...
Cuando ella salía a la calle, las miradas la seguían.
Menos
la de él...
No solía voltear demasiado. Caminaba
ensimismado en sus pensamientos, demasiado ocupado en lo que traía dentro para
percatarse de lo que ocurría afuera; será por eso que constantemente chocaba
con el mobiliario urbano.
Si
se diera la casualidad y se encontraran por la calle, probablemente chocarían;
ella ocupada o llamar la tención de los otros, él en lo que fuera que habita en
su cabeza. Chocarían, ella tiraría su bolso y él, apenado, murmuraría algunas
disculpas y le ayudaría a levantar sus cosas.
Sería
un encuentro efímero... Y cada uno seguiría su camino.
Sin embargo, a veces, se reúnen.
Se
encuentran sin nombres en una habitación anónima. No hablan mucho entre ellos;
no comentan cómo les fue en el día ni preguntan por la jornada del otro.
Beben
algo, pero no lo suficiente como para considerarlo embriaguez... Y entonces se
miran.
Él
toma su cara entre sus manos y la besa, pasea su dedos entre su abundante
cabellera. Ella revuelve el escaso cabello de su pareja y, lentamente, va
bajando sus manos por el torso de él; desabrochándole el cinturón.
Y
se toman mutuamente...
No son encuentros efímeros, a veces duran
días. Una vez, sólo una vez, una semana entera.
Pero
terminan.
Siempre
de mutuo acuerdo, cuando el deseo de ella y él acaba.
A
veces él la ayuda a vestirse, otras, la mayoría, sólo se miran a los ojos y
sonríen... Nunca se despiden, no con palabras, no con gestos. Sólo toman sus
cosas y cada uno retoma su camino.
Mario
Stalin Rodríguez
Con motivo de la Tercera Semana del Porno en Subcultura.
Etiquetas: Cosas que suceden, Dulce Niña, off topic
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