Post se escribe con doble N
tengo a mi Juan.
Él es mi vida,
yo soy su querer.
Cuando me avisan que ya se va el tren;
Adiós mi rielera, ya se va tu Juan..."
Anónimo
Leonor amaba a Juan (con otro nombre, sí, pero se descubrirá por el epígrafe que éste lo describe mejor), con él estaba comprometida y se casaría pronto.
José, por su parte, amaba su sueño; una deseada independencia económica fundada en un local destinado a entretener y emborrachar a los potosinos. José, por si no se ha adivinado ya, soñaba con fundar y administrar una cantina céntrica en San Luis Potosí, capital del estado homónimo.
La historia registrará batallas donde, sin nombrarlos, Juan y Leonor juegan papeles importantes, la historia dará cuenta de veinte millas a caballo y veintiuna en ferrocarril. Pero eso es tarea de los historiadores, no lo es de quien estas letras plasma. Baste decir que Juan murió a finales de 1915 en alguna batalla en el Norte del país y que Leonor regresó a San Luis.
Leonor llegó a su tierra natal, queda escrito, en medio de la lluvia con quince años cumplidos. Llegó no a casa de sus padres (aún furiosos por el abandono), sino a casa de su hermano, habilitada para esas fechas como cantina y destilería. Llegó a conocer mejor a José Salinas, ya próspero empresario (que no lo será por mucho tiempo más).
Y todo ello está bien... Está bien, queda escrito, porque Teresa conocería a Severo Cuéllar años después y tendría con él dos hijos. Severo (en una historia que queda por contarse) desaparecerá pronto de estas líneas, nombrarlo aquí se justifica apenas para dar sus cromosomas a su segunda hija, Teresa Cuéllar.
Teresa merecería una enciclopedia para narrar su historia, no estos párrafos que llegan ya a su fin. Teresa conoció a Hector Rodríguez y lo amó. Él, a su manera, también la amó.
Del escaso tiempo que Teresa y Hector compartieron como pareja, nacieron cuatro hijos. Cuatro historias distintas, cada una a su manera digna de ser contada por mejores letras. Cuatro historias que, al paso de los años, llevan a uno de ellos a sentarse ante una computadora para cumplir, de manera extraña, promesas hechas a brujas de allende el mar, escribiendo un post que se escribe con doble N.
P.D. 1 que redunda en la dedicatoria
Estas líneas, por si hace falta recordarlo, van dedicadas a Nanny / Tata Ogg... En cumplimiento extraño de una promesa... Sé que no es exactamente lo prometido, pero, qué quieres? hay partes de mi familia de las que sí estoy orgulloso.
La otra N del título, es por Nani de LA CASA ENCENDIDA (a partir de hoy, también aquí al lado), sólo por el gusto de ser nosotros y porque, de una u otra manera, terminamos encontrándonos.
P.D. 2 que habla de sorpresas
Por una u otra razón, este animalito fantástico terminó en días recientes aquí y aquí... Ambas, sorpresas agradables. Si se quiere y se ha llegado hasta esta línea; dese una vuelta por ahí y léase algo de lo que encuentre, no se arrepentirá.
Etiquetas: off topic