Correo Mundano (04)
Monstrua:
Tal vez te sorprendan estas líneas, tal vez no. Tal vez su motivo salte a la vista y sus razones sean tan obvias como quien las escribe.
Verás, el asunto va de decir gracias.
No hace falta un pretexto, monstrua, para agradecer a quien, de distintas formas, por distintos caminos y, la mayoría de las veces, sin intención, me enseñó la distinta manera de ver el mundo; la otra forma de verme en él.
El asunto es así, creo haberlo escrito en otros párrafos; aprehendemos el mundo a través de la propia experiencia, sí. Pero, sobre todo, lo hacemos a través de la experiencia compartida. Es decir; lo aprehendemos a través de los otros que somos, en los que somos... A través del nosotros que fuimos, a través de ti.
Somos, entonces, vampiros que nos nutrimos de los otros y somos, en tanto únicos, la gente que conocemos, odiamos; amamos. Somos también su sonrisa, el aroma de su cuerpo, el sabor de su mar; la tempestad que compartimos. De todo ello, en todo ello, aprendemos, aprehendemos, el mundo.
Si somos la gente con quien somos, no se dude; somos también quien es ausencia. Somos el vacío de su cuerpo en las sábanas, el silencio de su voz en la madrugada. También en la ausencia, en la distancia, en el silencio; aprendemos al otro en quien fuimos y, así, nos aprehendemos a nosotros mismos.
Aquí, entonces, el asunto; múltiples son las formas en que aprehendemos el mundo, como múltiples son, entonces, aquellos de quienes aprendemos el mundo. Por todo ello, en la presencia o la distancia, en el silencio; en la ausencia...
Tal vez te sorprendan estas líneas, tal vez no. Tal vez su motivo salte a la vista y sus razones sean tan obvias como quien las escribe.
Verás, el asunto va de decir gracias.
El asunto es así, creo haberlo escrito en otros párrafos; aprehendemos el mundo a través de la propia experiencia, sí. Pero, sobre todo, lo hacemos a través de la experiencia compartida. Es decir; lo aprehendemos a través de los otros que somos, en los que somos... A través del nosotros que fuimos, a través de ti.
Somos, entonces, vampiros que nos nutrimos de los otros y somos, en tanto únicos, la gente que conocemos, odiamos; amamos. Somos también su sonrisa, el aroma de su cuerpo, el sabor de su mar; la tempestad que compartimos. De todo ello, en todo ello, aprendemos, aprehendemos, el mundo.
Si somos la gente con quien somos, no se dude; somos también quien es ausencia. Somos el vacío de su cuerpo en las sábanas, el silencio de su voz en la madrugada. También en la ausencia, en la distancia, en el silencio; aprendemos al otro en quien fuimos y, así, nos aprehendemos a nosotros mismos.
FELICIDADES y gracias
Mario Stalin Rodríguez
Necio Hutopo
Necio Hutopo
Etiquetas: Alone... Inside the shades... Without hopes
9 Comments:
Es verdad Mario, y yo lo he dicho muchas veces también. Aprendemos de todo y de todos (pasados, presentes, ausentes y los que están por venir y "aprehendemos" (me gusta esa palabreja que usas, ¡eres un señor muy curioso! jejej
Me encantan tus conversaciones con la "Monstrua".
Besos mulchos
Reconozco que esto salió un poco de un poema de Benedetti, sólo que no recuerdo si era "Pedro y El Capitán" o "El Cumpleaños de Juan Ángel"; alguien escribe desde el exilio a quien sí quedó en la Argentina de la junta de comandantes, mientras observa el paisaje que se aleja a través de la ventanilla de un tren (creo): "Porque aprender sin H es lo que hacemos en la escuela. Y aprehender con H es lo que hacen los comisarios"...
"No echamos de menos a los demás, sólo la parte de nosotros mismos que se llevan con ellos"
...eso, Mario, es el resultado final de los aprenhedizajes y de los aprendizajes; al fin y al cabo, somos seres hechos de todo lo que nos rodea: gentes, circunstancias, contextos..., cielo, aire, agua, magia, sonrisas,lágrimas...
Creo que esto es lo que más me gusta de estar viva, esta pequeña fábrica de mi misma a través de los demás.
Gracias por el comentario de mi cambio de look, pero hace días que no me comentas lo que escribo ¿no te gusta? dame crítica constructiva por favooor..jejeje
Vitamina C y besos
María
Podemos tener a alguien al lado, una familia, amigos, una pareja; pero siempre estaremos condenados a ser nosotros mismos todo el tiempo, siempre eres tú y asi sera. En efecto muchas personas nos acompañan en el trayecto, y somos para ellas, compartimos a veces tantas cosas que llegan a ser parte de nuestra vida, pero en algun momento inevitablemente nos separamos. Hay que ser tanto para alguien que podamos ver nuestra huella en él. saludos
Muchas veces se aprende más de la experiencia ajena que de la propia, y es de bien nacidos ser agradecidos asique demos gracias (esto parece un sermón de misa jajaja)
Somos,sin duda, los otros y somos lo que los otros han hecho de nosotros y somos lo que nosotros hemos hecho de otros. O sea que no podemos ser sin esos otros.
Es un lío pero nos entendemos
Besos
Alguna vez, de niño, soñé que subía una escalera circular (como un carcaol que se cierra en lo alto), y en cada escalón me encontraba con algún personaje en quien dejaba plasmada mi huella y a la inversa.
El sueño no tenía final, era infinito, y había escalones donde me encontraba a personajes que había visto escalones atrás.
Al fin y al cabo así es la vida: encuentros y desencuentros de "personajes" que transitamos la misma vida y nos vamos infectando con nuestras huellas. Gracias por visitar "El Palacio de los alcatraces".
Aunque pienso que no debería ser así, la verdad es que suele ser difícil percatarnos de la (por así llamarla) influencia que los demás tienen sobre nosotros.
Por ello, creo que, cuando el caso lo amerita, saber agradecer a quien ha dejado una huella positiva en nosotros es siempre una gran virtud.
Saludos.
Es una hermosa forma la de ver el mundo a través de los ojos de la otra persona, de esa que está a nuestro lado y que parece mira lo mismo que miramos nosotros pero ve de distinta forma.
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