Historias Caminantes 01
PRIMEROS PASOS
Somos caminantes... Siempre lo hemos sido.
Desde
que los cambios ambientales obligaron a nuestres antepasades a abandonar los
árboles que hasta entonces les habían servido de refugio, ello también les
forzó a erguirse sobre sus patas traseras y empezar a caminar... En esta lógica
resulta significativo que uno de los vestigios más antiguos de les primeres
protohumanes, sean las huellas de dos de elles caminando lado a lado.
Al contrario de lo que la versión
simplificada que se enseña en las escuelas elementales indica, la evolución no
es lineal, sino un conjunto de senderos que se bifurcan, muchos de los cuales
terminan en la nada y otros simplemente siguen, alejándose cada vez más o, en
raras ocasiones, volviendo a unirse.
Les
homínides caminaron distintos senderos, aprendieron a usar y crear
herramientas, a diversificar sus alimentos, a dominar el fuego y, en algún
momento, aprendieron también que unides eran más fuertes.
Al
contrario de lo que la versión simplificada que se enseña en las escuelas
elementales indica, la evolución no es “la supervivencia del más fuerte-apto”,
sino la continuidad de la especie, la supervivencia del grupo; con sus cambios
y diversidades.
Y
la supervivencia del grupo implica, también, la búsqueda de recursos... Y nuestres
antepasades buscaron y siguieron caminando. Abandonaron sus tierras primigenias,
cruzaron ríos, lagos, montañas, desiertos y planicies.
Siguieron
caminando, diversificándose, separándose y volviendo a unirse.
Y
aprendieron también a honrar a quienes se habían marchado... Y aprendieron a
mirar el mundo y a tratar de entenderlo, porque entender la realidad es un
primer paso para empezar a cambiarla.
Y
siguieron caminando, separándose y volviendo a unirse; diversificándose... En
algunos lugares fueron más altes, o con más vello, o más pálides.
Y
siguieron caminando; cruzaron ríos, lagos, montañas, desiertos, planicies y
océanos; llegaron a todas partes a donde sus pies podían llevarles.
Y siguieron mirando el mundo,
entendiéndolo; cambiándolo.
Aprendieron
de ciclos y a medir el tiempo con ellos, a aprovecharlos, a dominarlos... Tomaron
las plantas y aprendieron de ellas. Las cultivaron y eso les permitió cambiar
sus pasos. No detenerlos; cambiarlos.
Ahí
donde la tierra era rica y los recursos abundantes, se establecieron... Y ahí
donde la tierra era rica y los recursos abundantes fueron llegando más caminantes.
Los grupos fueron más numerosos, los trabajos fueron diversificándose y las
personas especializándose. Los refugios se convirtieron en asentamientos, los asentamientos en aldeas, las aldeas
en ciudades... Y a ellas siguieron llegando les caminantes.
Etiquetas: Académico, La Tira de la Peregrinación, tratado sobre la necedad