miércoles, octubre 24, 2018

PERSISTENCIAS

Texto elaborado en 2017 para la Asociación "Mexicanas en Asturias", para la presentación de un monólogo de la Catrina sobre la tradición del Día de Muertos en México. Sé que el monólogo llegó a representarse con algunos cambios en el texto, a fin de incluir información más académica, lo cual no es malo, porque esta información también la proporcioné yo o se extrajo de otros textos míos... Aquí queda el original.

Hay muertos que no hacen ruido, llorona
y es más grande su penar
La Llorona
Canción popular mexicana

Sí, lo sé, no es fácil enfrentarse a mi.
            Digo, ¿a quién le tranquilizaría toparse, de pronto, con una mujer descarnada? Incluso con una que, como yo, se adorna con estolas y vestidos elegantes.
            Sí, lo sé, no es fácil enfrentarse a mi; les recuerdo que estamos aquí de paso y, al final, todos moriremos sin llevarnos nada más de lo que traíamos al nacer; nada.
            O será, tal vez, que eso depende sólo de cómo vemos nuestra vida y su final.

Tomemos de ejemplo a este hombre, con su barba cana, sus modales intachables, su traje de diseñador y su hablar entrecortado; lleva toda su vida acumulando poder y riquezas, siempre medrando a la sombra del poderoso, siempre cómplice de los magnates y nobles.
            ¿Qué será de él al final de su vida?
            No se llevará ni los modales intachables ni el traje de diseñador, ni siquiera las riquezas que tanto se preocupó por ocultar; cuando él se vaya, sus herederos le recordarán hasta que se hayan gastado el último centavo que dejo en bancos de paraísos fiscales y le olvidarán... No, no se llevará ni la amistad de los poderosos a los que con servidumbre adulaba; cuando él se vaya, ellos simplemente buscarán un nuevo sirviente de modales impecables y traje de diseñador.
            ¿Quién lo recordará, entonces, cuando se haya ido? ¿Quién pronunciará su nombre en cumpleaños y aniversarios? ¿Quién acariciará su fotografía cuando pase frente a ella?
            Cuando él se vaya, si acaso alguien le recuerda, pronunciará su nombre con ira... Sí, entiendo que él y quienes son como él me vean con temor.

Pero tomemos otro ejemplo.
            Miremos a esta mujer. No es joven, tampoco anciana... No, no está en “sus mejores años”; hace tiempo que pasó el medio siglo de vida y, aún así, sonríe. No usa ropas elegantes más que en ocasiones especiales e, incluso entonces, sólo tiene dos o tres vestidos que va alternando... Y no, no podría diferenciar un tenedor para ensalada de uno para carne ni aunque su vida dependiera de ello.
            Pero sonríe y va caminando.
            La verdad sea dicha; no piensa mucho en mi ni en el final de su vida. Cuando piensa en la muerte lo hace en función de a quienes quiso y ya no están con ella... Y, en su melancolía, sonríe para sí misma cuando recuerda lo que junto a ellos vivió.
            La verdad sea dicha; no piensa mucho en mi ni en el final de su vida, sólo sonríe y sigue caminando, tratando de construir un mundo un poco mejor para ella, para sus conocidos y para quienes quiere y para todos en general. No acumula riquezas porque su dinero se va en necesidades y en rescatar una sonrisa ocasional de alguien más.
            ¿Qué será de ella al final de su vida?
            Nada se llevará porque nada tuvo, pero aquellos con quienes compartió caminos, fuera por breves instantes, muchos años o toda una vida, la recordarán con melancolía y sonrisas, por la fortuna de haber caminado junto a ella y su sonrisa.
            Cuando ella se haya ido, seguirá presente en todo lo que los demás aprendieron de ella, en la forma en que les enseñó a cambiar el mundo, a construir mejores mañanas a caminar hacia nuevos horizontes.
            Quienes la recuerden dirán su nombre, no en aniversario y cumpleaños, sino en cada oportunidad y cada brindis. Acariciarán su imagen, no sólo en las fotografías cuando pasen frente ellas, sino en la memoria constante.
            La verdad sea dicha; no piensa mucho en mi ni en el final de su vida, pero cuando llegue el momento de tenerme en frente, probablemente me recibirá con una sonrisa.

Sí, lo sé; no es fácil enfrentarse a mi.
            Al final, supongo, depende de cómo vivimos nuestra vida y apreciamos su final. Depende de que entendamos que estamos de paso y nada nos llevaremos, tomemos nuestro camino con una sonrisa porque, finalmente, nadie saldrá de aquí con vida.
            Nada nos llevaremos y, de nuestro paso por estos caminos, sólo quedarán las flores que sembramos y los recuerdos que alimentamos... Así que vivamos, caminemos, riamos; construyamos un mundo mejor no para nosotros, sino para quienes nos sobrevivan, porque sólo seremos eternos mientras quienes nos quisieron nos recuerden con cariño y una sonrisa.

Mario Stalin Rodríguez

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miércoles, octubre 17, 2018

Cass Contra el Cáncer

Como decía la semana pasada, con motivo del recopilatorio del #Sextember2018, aunque en realidad sólo apareció en una única historia, trabajar con el personaje de la Fabulosa Cass me gusta; me gusta su actitud en general y me gusta poder hacer que responda de manera desenfada antes casi cualquier situación... Y es por eso, supongo, que aprovecho casi cualquier oportunidad para poder dibujarla.
Y esa es, precisamente, la razón principal por la que ella ha protagonizado prácticamente todas las ilustraciones que con motivo del Mes por la Prevención del Cáncer de Mama (Octubre, por si no lo sabían) publiqué en la ahora extinta Subcultura y he continuado en Faneo, de las que la última encabeza estas líneas y las anteriores (que no recuerdo haber publicado por aquí antes y, si lo hice, no las he encontrado) son:
2012
(sobre autocuidado y autoexploración)
2013
(sobre derechos universales)
2014
(sobre sobrevivientes... Y sí, se me olvidó dibujarle sus tatuajes)
2015
(en respuesta a las críticas a la sobresexualización del "mes de las tetas", me pareció importante reivindicar el papel de los senos femeninos como instrumentos de ruptura y liberación... Sí, es el único no protagonizado por Cass, sino por una yuyo)
2016
(de nuevo, sobre autocuidado y autoexploración)
2017

(Ídem, con la secreta intención de hacer una crítica velada a "las Dos Fridas" que, en perspectiva, creo que ni se entiende ni se logró)
Y la variante "porquénoelmesporlaprevensióndelcáncerquemataalosonvres" de la de 2018

Que también tiene su variante sobre la "polémica" despertada por la participación de dos mujeres trans en la próxima edición de Miss Universo.

"Polémica" que ha sido encantadora porque, a pesar de los gritos y pataletas de los heteritosasustados, los sóloyoséquéyquiénesunaverdaderamujer y los "expertos" medievales en biología humana (que no han abierto un libro sobre el tema editado después de los 60 del siglo pasado), ellas siguen representando a sus respectivos países y participarán en Miss Universo... Vamos, que para lo único que ha servido es para que algunas personas, incluso varias que se autoproclaman "de izquierdas", exhibieran sus prejuicios más retrógradas y, ya saben, siempre es bueno dejar caer las máscaras y exhibir la desnudez intelectual de algunos cuantos que creen vestir "ideasquesólolosinteligentespuedenver".
Por cierto, el personaje que "acompaña" a Cass es Nacho Progre, creación de Cynthia Híjar, apoyada por Carmina Warden en el apartado gráfico y no parece necesitar mayor explicasión porque cualquiera que apoye las reivindicaciones feministas se ha topado con más de un Nacho Progre, sino es que lo ha sido en algún momento.
Y, como es buena idea acallar a su Nacho Progre, ya sea interno o conocido:
Dejo aquí una versión de la imagen con globos de texto vacías, por si quieren usarla para hacerlo...

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jueves, octubre 11, 2018

#Sextember2018

(sí, el dibujo es algo viejo -MUY viejo-, pero eso tiene su explicación)
Si soy sincero, el regreso a las minas de sal y el cambio en un aspecto bastante importante de mi vida, sobre todo lo último, me ha dejado un tanto agotado anímica y físicamente (sobre todo lo primero). Así que esencialmente no he sido demasiado productivo salvo para los asuntos de las minas de sal... En fin, introducción tangencial y de desahogo a parte, el asunto es que no he sido yo mismo en los últimos tiempos y aunque he intentado que eso no se note tanto en estos bites, estoy bastante seguro de no haberlo logrado...
En fin, sigo dándole vueltas... El asunto es que de una u otra manera he intentado recuperar ciertas cotidianidades entre las que se incluyen, por ejemplo, poder dibujar a gusto... Así que "seguí" uno de esos ejercicios de los que abundan en la red, que consiste en hacer algo con una temática determinada (ya saben, como el "Inktober" consiste en hacer un dibujo a tinta cada día, el "nanowrimo" que va de escribir una página sde una novela al día -o de dibujar una de un cómic- y cosas así), específicamente, el Sextember que, como su nombre lo indica, va de dibujar porno durante todo Septiembre (no sería la primera vez que hago al parecido, aunque no por todo un mes), convocado en su momento por China Alvarado (aunque creo que sólo ella y yo seguimos todo el asunto)...
Y bueno, todo el asunto es que durante Septiembre hice 30 dibujos porno (algunos no tan porno, lo reconozco) de la Fabulosa Cass (sí, de ella, porque verdaderamente como personaje me cae muy bien, me gusta mucho trabajar con ella y, pese a ello, la verdad es que la uso poco) y, bueno, me parece buena idea mostrarlos todos juntos (algunos tienen explicaciones algo largas, incluyo los enlaces a éstas):
01. Jump
02. Columpio
03. Furry
04. "Enchilada Completa"
05. "Rapidín"
06. "De Perrito"
07. "Cachorrito"
08. BSDM
09. Baby Doll
10. Gay/Lesbianismo (sí, canónicamente Cass es bisexual)
11. "Dios mío, ¿en público?"
12. Estrella del Rock
13. Granero
14. Sexo en la playa (aunque yo, la verdad, no soy muy de playas)
15. Sexting
16. "¡Viva México!" (y sólo hay una forma de responder a ese grito)
17. "Mañanero"
18. "Sensacional de" Anarquismo (que aproveché para hablar un poco sobre la sensacional historia del cómic en México)
19. "Club de la milla de altura"
20. Sueño diurno de un unicornio
21. Abducciones extraterrestres
22. Historia de superhéroes escrita por un fan (para explicaciones al respecto, mejor le preguntan a JC)
23. Hans Christian AnderSEX (o una versión más divertida de "La Princesa y el Guisante")
24. Acapulco en la azotea (que, igual, no es buena idea hacerlo en temporada de lluvias en la Ciudad de México)
25. Sirenas y Tritones (que siempre me ha parecido un tema, cuando menos, complicado)
26. Plumas (sí, hacerlo en una cama de plumas tampoco es como Hollywood o el porno te lo han contado)
27. Crush
28. Caricaturas clásicas (que también tiene su explicación)
29. "Seré gentil, cariño"
30. "Un día perfecto contigo"
Y ya, estos fueron los 30 dibujos del #Sextember2018 (presentados aquí, por primera vez, en el orden correcto ya que, por las razones arriba anotadas, durante Septiembre a veces me salataba días que luego recuperaba), que, supongo, seguiré el próximo año, aunque no garantizo que lo haga otra vez día por día...

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martes, octubre 02, 2018

Nota Programada Fuera de Programa


50 AÑOS Y SIETE AÑOS
El 2 de Octubre de 1968 mi madre, acompañada de mi tío, su hermano y mi abuela, su madre (que estaba ahí a regañadientes y más por preocupación por la seguridad de sus hijos que por convicción política), acudió al mitin en la Plaza de las Tres Culturas de Tlaltelolco, Ciudad de México.
            Según decía, mi tío se separó de ellas recién iniciado el mitin para reunirse con los compañeros de su escuela... Cuando las bengalas iluminaron el cielo, mi madre y mi abuela se encontraban entre las ruinas arqueológicas de la plaza y el edificio Chihuahua.
            Siempre según su testimonio, cuando los disparos iniciaron se refugiaron en una pequeña abertura de una de las estructuras prehispánicas, desde donde sólo escuchaban los gritos y el tronar de las armas del ejército... Mi abuela, decía mi madre, sólo se preguntaba si alguno de los píes que veían pasar corriendo, serían los de su hijo.
            Ya fuera por esa preocupación o porque, realmente, no era el mejor de los escondites, pronto salieron de ahí y, casi en cuclillas, corrieron para salir de la plaza, descolgándose por la barda detrás de las banderas internacionales que, con motivo de las olimpiadas que se celebrarían ese año, hondeaban en la plaza y hacia los edificios de la unidad habitacional. En algún punto de ese trayecto, mi madre perdió uno de sus zapatos.
            Corriendo agachadas y cojeando, llegaron hasta una tienda cuyo dueño había abierto sus cortinas metálicas para permitir el ingreso de los estudiantes que huían, mismas que cerró cuando el ejército se acercaba... No supieron más nada de lo que ocurría en las calles y entre los edificios de la unidad habitacional, sólo escuchaban los gritos de los estudiantes y de los soldados que les perseguían.
            Mi madre hablaba del ruido de las balas del ejército, estrellándose contra la cortina metálica... No recordaba si los soldados intentaron entrar en el local en el que se amontonaban decenas de personas asustadas; sólo el murmullo apagado y a mi abuela rezando por su hijo.
            Salieron de ahí a la mañana siguiente, horas después de que los disparos habían cesado y ya no se veían militares en las calles.
            Como pudieron, regresaron a su casa... Mi tío regreso a ésta esa misma tarde, hablando de estudiantes que se refugiaron en los departamentos aledaños a la plaza, de personas hacinadas en los pequeños cuartos de servicio eléctrico de los edificios de la unidad habitacional, de una iglesia que nunca abrió las puertas ante el grito desesperado de los jóvenes en busca de refugio.
            Los noticieros de televisión, la prensa escrita, los reporteros de la radio nunca mencionaron nada... Sólo los estudiantes, en reuniones clandestinas, siguieron guardando la memoria de los camiones de redilas que salieron cargados de cadáveres, de los desaparecidos, de las personas que acabaron en celdas ilegales del campo militar número uno, de aquellos que corrieron con suerte y terminaron en la crujía 13 de la cárcel de Lecumberri.

Eso fue hace 50 años.
            Mi madre acudió cada año a la manifestación que conmemoraba estos hechos hasta que su salud se lo impidió en 2010... Hoy, a siete años de su partida, tal vez, mi madre también saldría a caminar las mismas calles... Y lo haría con la misma rabia, con la misma determinación y con el mismo convencimiento para cambiar el mañana... Tal vez por vez primera, lo haría también con alegría de que el mañana, por fin, va cambiando.

Mario Stalin Rodríguez

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