Torreón infantil 01
Mario Stalin Rodríguez
El día de su muerte Carlos Muñoz Valdez tenía 12 años, una bicicleta verde y el deseo de un videojuego como regalo de reyes. Hasta hoy, poco más de 8 años después, Enrique Busquets Casanova, su asesino, enfrenta un proceso penal, tras gozar por más de un lustro de la impunidad y protección de dos gobernadores (Rogelio Montemayor –hoy prófugo por el escándalo del pemexgate- y Enrique Martínez), dos procuradores estatales (Ricardo Cisneros y Oscar Calderón) y un sinnúmero de jueces, agentes del Ministerio Público y jefes policíacos.
Aquel día, recuerda Angélica María, Busquets se comportó extrañamente. Alrededor del mediodía fue a abrir su negocio, prácticamente sin clientes en esos días por las vacaciones escolares. Regresó a comer a las cuatro de la tarde visiblemente nervioso, volvió a salir a las 18 horas. Dos horas después pasó por su casa y, de manera completamente inusual, se ofreció a ir a comprar hamburguesas para sus tres hijos, encargó en el que tardó otras dos horas (aunque el local de comida rápida se encuentra sólo cuatro cuadras de distancia).
14 meses después del asesinato de Carlos Muñoz, después de conseguir múltiples amparos contra igual número de órdenes de aprehensión, huyó de México, dejando una enorme cantidad de dinero en manos de su exesposa, con instrucciones precisas de repartirlos entre jueces, agentes del ministerio público y sus abogados, Federico Perables y Hortensia Morales.
Continuará...
P.D. que se explica
La versión original de este reportaje fue publicada en las páginas del (ahora lo sé) no tan extinto Diario La Razón de la ciudad de México en abril de 2006, el por qué se retoma ahora se explicará (espero) en la tercera entrega de esta serie (es decir; dentro de dos semanas).
Etiquetas: Infancia Robada