MONSTRUOS
En el mundo hay muchos monstruos.
Tranquilo,
no es un asunto para asustarse. Tanto más, es una buena noticia.
En
el mundo hay muchos monstruos. Los hay de todos los tamaños y colores, de
tamaño de una hormiga y de una ballena, negros y blancos, rojos y verdes.
Vamos, incluso los hay que son del tamaño de un elefante, a lunares morados
sobre amarillo.
En
el mundo hay muchos monstruos. Los hay que parecen lagartijas y los que parecen
dragones, otros tienen más tentáculos que un pulpo. Los hay, incluso, chimulelos
o con una dentadura que avergonzaría a un tiburón.
En
el mundo hay muchos monstruos; vienen en todas las formas, tamaños y colores...
Y todo ellos parecen niños.
¿Cómo?
No,
no te extrañes; los monstruos de cualquier tamaño, color o forma, parecen
niños.
Toma
al pequeño de allá por ejemplo. Sí, ese que juega a meterse arena en los
bolsillos del pantalón. ¿Lo ves? ¿Sí? Bueno, pues cuando cierra los ojos es un
monstruo volador con alas de luciérnaga.
Mira
a la niña que intenta contar los cabellos de su muñeca por el sencillo método
de arrancarlos uno a uno. Sí, la del vestido cursi transformado en un largo
inventario de manchas de distintos verdes después de su excursión por los
arbustos. Bueno, cuando cierra los ojos es un monstruo dinosaurio con ojos como
taladros.
¿Vas
entendiendo? Mira más detenidamente; el niño de la gorra roja es un monstruo de
patas de plato, la niña que corre hacia aquí es uno con cabeza de unicornio y
alas de mosquito, aquel niño tan pequeño es un monstruo del tamaño de un
estadio... En el mundo hay muchos monstruos, los hay de todos los tamaños,
formas y colores... Y todos parecen niños.
¿Ves? No hay de qué asustarse, la cosa es
simple; los niños son pequeños monstruos y por eso es que pueden cambiar el
mundo cuando juegan.
El
mundo cambia para mejor cuando un niño se mete arena sucia en un bolsillo
limpio, cuando la niña transforma su vestido en jirones corriendo entre los
arbustos... Sí, el mundo cambia para mejor, incluso, cuando aquella niña ha
decidido descubrir a qué sabe aquel gusano.
El
mundo cambia para mejor cuando más niños que son monstruos pueden reír.
Algunos de ellos crecerán y se olvidarán
que son monstruos. Es normal, sí, pero así es como el mundo va perdiendo la
oportunidad de cambiar; cambiando a quienes pueden cambiarlo.
Otros
crecerán y seguirán siendo monstruos. Se irán encontrando poco a poco, de
muchos en muchos o de uno por uno; en las calles y escuelas y, a veces, hasta
en los hospitales. Se reconocerán por la mirada, por el hacia dónde miran.
Se
reconocerán y sabrán que son monstruos...
Así
es como el mundo cambia, cuando los niños que no han olvidado que son
monstruos, se encuentran y empiezan a caminar juntos.
Mario
Stalin Rodríguez
Para Lucio.
Hace tres años el mundo cobró un poco más de sentido. Por eso hoy salimos de programa y celebramos... En 24 horas (algunas más), regresamos a nuestro anormal contenido... Por hoy; celebremos.
Etiquetas: Entrada programada, off topic, tratado sobre la necedad
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