EN LA CALLE, CODO A CODO
Suelo marchar sin contingente, es decir;
acompañar las manifestaciones yendo de un lado a otro, aquí y allá. Lo
confieso, fue más por obligación que por gusto, la vida me fue apartando de las
organizaciones formales y terminé así, marchando sin contingente.
No
es tanto un problema, en realidad, sino una ventaja. Acompañando y simpatizando
con todos, voy encontrándome con todos y algunos más… Esto, que es asunto
meramente autobiográfico, viene hoy a cuento.
Marchar
sin contingente te permite mayor movilidad y un campo más amplio de visión.
Marchar sin contingente te permite ir de la vanguardia a la retaguardia y
saber, más aproximadamente, el número de gargantas que junto a ti caminan.
Decía
que esto, que es un punto meramente autobiográfico, viene a cuento porque me
permitió hoy ver a ras de calle a los miles, cientos de miles, que acompañaron
el cierre de campaña de Andrés Manuel López Obrador, candidato de las
izquierdas a la Presidencia de México.
Un
millón, cuatrocientas mil personas, según los cálculos de la Secretaría de
Seguridad Pública, probablemente más... Seguramente muchas más.
No
son las encuestas con las que los medios oficialistas intentan vender a un
seguro triunfador; sólo son voces, puños que se levantan, gargantas que cantan,
píes que caminan.
Son
cronopios todos, hutopos, yuyos... Miles, cientos de miles de miradas que
convergen en un amanecer distinto, una mañana del 2 de Julio en la que el
futuro pueda empezar a escribirse con esperanza.
Por
si alguien lo dudaba, el Domingo 1° de Julio yo y estos miles, cientos de
miles, esperemos que millones de México posibles, votaré por Obrador.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: 12 Uvas, Opinión, tratado sobre la necedad
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