Los Falsificadores de la Democracia 56
NUMERALIAS
En 2014 y aras de concretar las reformas estructurales
que incluso con el bastardo Pacto por México se les habían dificultado, la élite
política del PRI y el PAN, junto a una servil bancada del ahora extinto PRD,
aprobaron una reforma electoral que, además de transformar el IFE en el INE y garantizarle
un nada despreciable sueldo al mirreycito Lorenzo Córdova por nueve años más,
modificaba los criterios constitucionales de asignación de las curules
plurinominales, asignándolas a partir de la votación recibida por los partidos
políticos individuales y no por coaliciones.
Ello
a fin de garantizarle la mayoría calificada en las cámaras legislativas al
PRI-PAN a partir de 2015, ante la llegada de una bancada del naciente partido Morena,
no alineada al bastardo Pacto por México.
Estas
reglas les permitieron, además, sobrevivir legislativamente a la masiva
votación a favor de Andrés Manuel López Obrador en 2018, cuando a pesar de
obtener más del 53% de la votación sólo pudo obtener, junto a sus aliados del PT
y el PES, la mayoría relativa de las cámaras, obligándole a negociar con les
legisladores del PVEM y algunos del PRI para aprobar reformas constitucionales.
Y
fue justo el que, a pesar de tener reglas pensadas para favorecer al PRI-PAN y un
árbitro que jugaba a su favor, ciertas reformas lograran aprobarse en las cámaras,
lo que motivó la creación de la “alianza opositora” en la mansión de Claudio X.
González, con el fin confeso de arrebatar el control legislativo al obradorismo
y, de ser posible, hacerse con la mayoría en las cámaras a partir de 2021.
Sin
embargo el fracaso electoral de aquel año (presentado como “triunfo”) y una vez
que fue claro que no lograrían la añorada mayoría, obligó al INE de Lorenzo
Córdova y su compinche Ciro Murayama a reforzar de manera extemporánea (una vez
pasados los comicios) los criterios de asignación de plurinominales por partido
político, a fin de al menos poder ser un estorbo legislativo en la última parte
del sexenio obradorista.
Estas
son las reglas promovidas y aprobadas por las élites del PRI y el PAN, reglas de
las que se han beneficiado en numerosas ocasiones y las que, en el marco de su
absurda “moratoria legislativa”, se negaron si quiera a discutir su modificación
con la reforma electoral propuesta por López Obrador en 2022.
Al
sentirse “respaldada” por la absurda “marea rosa” y creyendo que ésta le
permitiría, bajo estas mismas reglas, obtener los curules necesarios para
seguir siendo un estorbo legislativo tras el proceso electoral de 2024, incluso
con algunes legisladores más (porque en verdad creyeron que la absurda “marea
rosa” y sus HTs en redes sociales representaban votos), la oposición presentó
su “el INE no se toca” como un “triunfo”.
Pero
la propia “moratoria legislativa”, que les retrataba de cuerpo entero como una
oposición impresentable, aunada al descrédito histórico arrastrado por el PRI y
el PAN (que la “moratoria legislativa” no hizo más que incrementar), lo
delirante de sus vocerías mediáticas y, sobre todo, el desatino de elegir a la
corruptísima Xóchitl Gálvez como candidata presidencial y la absurda campaña
con la que intentaron presentarla como un “fenómeno político, fresco y audaz”,
sólo lograron reducir los ya de por sí raquíticos números electorales de la
derecha.
De
ahí que bajo las mismas reglas de las que se beneficiaron tanto en el pasado,
las que “no se tocaban”, Morena obtuviera el 2 de Junio una cómoda mayoría
calificada en la Cámara de Diputados y se quedara a sólo la suma de una cuantas
voluntades particulares de ésta en la de Senadores, sin necesidad de negociar
nada con las bancadas opositoras ni con las dirigencias de los partidos
políticos que conforman la alianza opositora.
Porque
bajo las mismas reglas de las que tanto se benefició la derecha en el pasado,
las que “no se tocaban”, el mandato de las urnas fue claro; quitarle a la
derecha la posibilidad de seguir siendo un estorbo legislativo y el poder de
detener las reformas propuestas por el obradorismo y su continuación en la
próxima administración de Claudia Sheinbaum.
Pero,
como la derecha es inmune a la realidad y su élite está convencida de que la
gente no tiene memoria, hoy pretenden cambiar a posteriori las reglas de las
que tanto se beneficiaron en el pasado, las que “no se tocaban”, para obtener
más del 40% de las curules a pesar de haber tenido sólo un minúsculo 27% de la votación.
Es
con tan ridículos números que se atreven a hablar de “sobrerrepresentaciones”;
habiendo obtenido el triunfo en sólo 42 de los 300 distritos electorales, la
vocería mediática de la derecha intenta hacer pasar por “democracia” lo que
sólo es su necesidad de seguir siendo un estorbo legislativo, estrategia con la
que ya fracasaron estrepitosamente en el pasado... Porque la derecha es inmune
a la realidad y su élite y vocería mediática están convencidas de que la gente
no tiene memoria.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, Notas, virus informáticos
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