Los Falsificadores de la Democracia 29
De
ahí que, ante el fracaso de la alianza Va Por México, Claudio X. González haya
tenido la original idea de formar otra alianza con exactamente los mismos
actores (menos el PRI, claro, pero ya le están rogando para que regrese) y que,
ante el fracaso de los libros de supuestes especialistes plagados de “grandes
revelaciones” (como los firmados por la odontóloga por Harvard) que resultan
ser simples mentiras, hayan tenido la original idea de sacar otro libro plagado
de “grandes revelaciones” que han resultado ser simples mentiras (pero ahora
con prólogo de Anabel Hernández).
Es
en esta lógica que debe entenderse que, ante el fracaso de los múltiples montajes
con noticias falsas que han intentado, se da la “inesperada” irrupción de les “hakers”
del grupo Guacamaya.
Dejando de lado que, en sus propias
palabras, sean “activistas contra el Norte hegemónico” que, extrañamente,
fijaron como objetivo sólo a gobiernos que se han distanciado de organismos
como la OEA y, en general, de los designios del “Norte hegemónico” (Chile,
Colombia, México y etcétera), el propio “hakeo” resulta, cuando menos, extraño.
En
cualquier ambiente político mínimamente sano, la oferta de “6 Teras” de
información confidencial levantaría más de una ceja en los medios de
comunicación a quienes se les ofreciera, sobre todo por cuestiones tan básicas
como ¿quién lo ofrece? ¿Desde dónde lo ofrece? Y ¿a qué intereses sirve?
La
siguiente pregunta debería ser ¿qué tan reales son esos “6 Teras”? Porque en
palabras de les propios miembres del grupo, de sus otros objetivos obtuvieron a
lo mucho algunos megas.
Pero
no, ninguna de esas preguntas pareciera haber pasado por la mente de quienes
deciden en los medios que han tenido acceso a “los millones de correos filtrados”,
sino que parecieran enfocarse en una ridícula carrera por ver quien publica
primero el “escándalo” más absurdo.
Porque
a eso se ha reducido todo este asunto, a escándalos absurdos montados sobre “reportes”
que empiezan con un “según se difundió en redes sociales-medios” y terminan con
un “no se encontró nada que de sustento a esto”, o bien “informes confidenciales”
sobre información notoriamente pública y “seguimientos secretos” a actividades
públicas de figuras públicas... Todo ello aderezado con titulares exagerados,
amarillistas o directamente falsos.
Lo
que ha provocado absolutamente nada; ni la aprobación de López Obrador ha
bajado, ni las tendencias electorales para 2023 y 24 han cambiado, ni la
alianza opositora ha cosechado algún triunfo... Tanto más, con el
distanciamiento del PRI, incluso han perdido su única carta “ganadora”, que era
la de ser un lastre legislativo.
Pero
aún insisten y, en un claro ejemplo de huida hacia adelante, exageran aún más
la nota inventándose un supuesto “espionaje” ante figuras tan trascendentes
como Ricardo Raphael. Versión que han sustentado en un “análisis forense” de especialistas
de Citizen Labs, al grado que el propio laboratorio canadiense ha tenido que
salir a decir que su análisis no demuestra nada de lo que los medios han dicho.
También
argumentan que, aún si el análisis forense no demuestra lo que dicen, el hecho
es que el programa espía usado sólo se vende a gobiernos, porque así lo dice la
empresa israelí que lo produce... Aunque es sabido que en tiempos del peñato
los cárteles del crimen organizado, grupos de hakers de extorsión y hasta
empresas de redes sociales como twitter y Facebook, tuvieron acceso a este
mismo programa y la información que produce.
Pero
entre “los millones de correos filtrados” se encontró un contrato con una
empresa que puede relacionarse tangencialmente a no más de siete grados de
separación con quienes produce el programa espía (y hasta con Kevin Speicy y el
asesino de Lincon, porque de eso se trata el juego de “siete grados de
separación”) por un servicio de “seguimiento remoto de información” (que suena
impresionante, pero no tiene nada qué ver con malas películas de James Bond,
sino con cosas tan sencillas como análisis de movilidad de dispositivos
electrónicos, que se aplica no a dispositivos particulares, sino a redes de
conexión).
Y,
siguiendo con su sostenello y no enmendallo, han intentado incluso involucrar
al embajador estadounidense Ken Salazar en el asunto (porque en su visión, la
opinión del embajador estadounidense es determinante para todo aspecto de la
vida política mexicana), aduciendo la existencia, entre los “millones de
correos filtrados”, de un “reporte confidencial” de seguimiento de sus
actividades públicas.
Sobra
decir que, cuando intentaron obtener alguna reacción por parte del embajador
Salazar “no obtuvieron ninguna declaración” (eufemismo para decir que la
oficina de prensa de la representación diplomática, se rio de sus preguntas en
sus caras).
Vamos,
que la cosa ha salido tan les ha salido cómo les ha salido, que incluso su
primer difusor, Carlos Loret de Mola, famoso por producir y participar de
montajes varios y llevarlos hasta sus límites más ridículos, ha tenido que
desvincularse de las guacamayas para irse de “corresponsal de guerra”.
Y así, cada día nuevas “revelaciones” de
los “millones de correos filtrados” con titulares exagerados, amarillista o
directamente falsos, que sólo son “escándalos” entre las granjitas de bots y la
opinocracia de los medios serviles a la derecha.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, Notas, Opinión, tratado sobre la necedad, virus informáticos
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