miércoles, junio 30, 2021

ENMASCARADO


Mira la máscara, la que tiene colgada justo al lado del al computadora de escritorio que ya casi nunca enciende.

            La verdad es que alguna vez intentó leer la obra original, incluso se compró un tomo carísimo que la contenía junto a algunos extras; no la entendió... Mucho tiempo antes había visto la película y se sintió decepcionado cuando el protagonista moría; aún hoy tiene la esperanza de que la casa productora saque una segunda parte o, mejor aún, un “remake” más oscuro que arreglé todos los yerros evidentes de la primera.

 

Mira la máscara.

            Le costó tanto encontrarla a un precio accesible… Primero tuvo que conformarse con un pañuelo de tela que sólo tenía impresa la parte baja de ésta, lo recuerda.

            Después consiguió una de plástico delgado y barato.

            Poco después logró hacerse de una hecha de resina dura y durante un tiempo fue su posesión más estimada; hasta que encontró una oferta de una “original” usada que se remataba en un sitio de internet.

 

Mira la máscara.

            Nunca lo tomaron muy en serio. Intentó sumarse a algunos colectivos estudiantiles en su juventud, pero sus compañeros se reían de él a sus espaldas (o muy en su cara) cuando intentaba exponer sus ideas sobre “los poderes en las sombras”... Por eso terminó sumándose a grupos de choques en los que tampoco lo tomaban en serio, pero al menos le pagaban para “reventar” las manifestaciones de los colectivos a los que había intentado sumarse y que nunca le tomaban en serio.

            No, ni siquiera académicamente lo tomaban en serio, por eso tuvo que abandonar su sueño de ser ingeniero computacional y terminó cursando una mera capacitación en “reparación de computadoras” en una escuela tan seria que ya ni siquiera existe.

            Ni siquiera en aquellos viejos foros de internet donde casi todos pensaban igual que él lo tomaban en serio... Hasta que se puso la máscara.

 

Mira la máscara.

            Al principio sólo fue una forma de apoyar un movimiento que no acababa de entender, pero que parecía sacado de aquella película de la que, ojalá, se haga una segunda parte o un “remake” más oscuro... Y pronto descubrió que usando ese nombre y con la imagen de la máscara, en los foros empezaban a tomarlo un poco en serio cuando hablaba sobre “los poderes en las sombras” y el cómo “manipulaban a los movimientos sociales”.

            Después llegaron las redes sociales y sus seguidores se multiplicaron, es cierto, la inmensa mayoría de estos eran cuentas bastante dudosas... Pero le apoyaban y replicaban sus publicaciones sin cuestionarle nunca de dónde sacaba la “información” que en la mayoría de los casos simplemente se inventaba (porque para qué sustentar lo que era evidente).

            Después llegó su empleo...

 

Mira la máscara.

            Desbloquea su celular y abre su correo, como siempre ahí está el listado de notas periodísticas que debe compartir y las indicaciones sobre cómo y en qué sentido debe abordar los temas del momento. También, por supuesto, las instrucciones sobre cuántos “likes” o veces compartidas debe alcanzar para recibir su paga del día.

            No importa, para eso tiene las cuentas “alternativas” que le proporcionaron sus jefes y las que él mismo se ha ido creando a lo largo del tiempo.

            Mira la máscara... No es un mal empleo, se dice, le evita tener que pensar demasiado en las notas que comparte o tener que buscarlas por su cuenta; sólo debe repetir lo que le dicen, cambiando algunas palabras para no ser tan evidente... Y eso le permite insertar, de vez en cuando, alguna publicación sobre los temas que realmente le interesan; como “los poderes en las sombras que manipulan los movimientos sociales”.

            Y si acaso, ni así llegara a cubrir su cuota de publicaciones o “likes” e interacciones, siempre puede recurrir a publicar “memes” y a autorreplicarse a través de las cuentas “alternativas” que le proporcionaron sus jefes y las que él mismo ha ido creándose con el tiempo.

            A veces se preocupa un poco cuando ve que, cada día más, sus interacciones se limitan más y más a sus propias cuentas “alternativas” y otras que parecerían ser lo mismo, en manos de otras personas, pero bajo el mando de la misma gente que él.

            Pero entonces mira la máscara y se dice que ahora, por fin, le están tomando en serio.

 

Mario Stalin Rodríguez

Etiquetas: ,