Los Falsificadores de la Democracia 13
¿CONTRAPESOS?
En pocos días, al momento de escribir estas
líneas, México vivirá unas elecciones intermedias inéditas en su historia, no sólo
por el interés que los actores políticos han puesto en un ejercicio
tradicionalmente marcado por la apatía del aparataje partidista y el abstencionismo
electoral (en 2015, por ejemplo, la participación no llegó al 50% del padrón
electoral, en comparación con una participación de casi 64% en las elecciones
de 2012 y 2018), sino por el interés que sobre el proceso han centrado los
medios de comunicación a nivel nacional y hasta internacional.
Ello
se debe, por supuesto, a que por primera vez en la historia las elecciones
intermedias pueden verse no sólo como un mero trámite, sino como una especie de
referéndum para la administración del primer Presidente que no obedece
enteramente a los dictados de las élites económicas y políticas que, hasta 2018,
habían ocupado las posiciones de poder en México.
De
ahí, entonces, la no tan inédita alianza que se da entre los partidos de
oposición, bajo el ridículo nombre de “Va por México”, que no es más que la
re-edición del bastardo “Pacto por México” del que, por medio de sobornos
millonarios, se valió el peñato para aprobar las llamadas “reformas
estructurales”... Y que obedece, por cierto, a los mismos intereses económicos,
cuya cara visible es el empresario Claudio X. González.
Mismo
que está detrás (de manera poco disimulada) de los incontables membretes vacíos
que se presentan como “ONGs”, “Grupos de la Sociedad Civil” o “Agrupaciones
Apartidistas”, que han surgido casi por generación espontánea desde las postrimerías
del peñato y durante estos primeros años de la administración obradorista.
Y
cuya mano puede verse, también, en el “resurgimiento”, más mediático que real,
de figuras que deberían haber caído en el más ignominioso olvido político, como
el fracasado excandidato Anaya, el eternamente cómplice del poder más corrupto
Diego Fernández de Cevallos o quien ocupara de manera ilegal la presidencia de
la república en 2006, Felipe Calderón Hinojosa y hasta el responsable del mayor
quebranto financiero a las arcas públicas del país, Ernesto Zedillo.
Todo
ello con el único objetivo de minar la primer presidencia no surgida de las
filas de los grupos de interés político-económicos afines a la patronal
encabezada por Claudio X. González.
Para
lo cual se han valido tanto de noticias falsas, difundidas lo mismo por payasos
mediáticos como Loret de Mola, que por “prestigiadas figuras académicas” como
Denisse Dresser, como de tergiversaciones históricas, presentando las
administraciones del PRI y del PAN como un pasado idílico al cual volver y de
una política carroñera que ha pretendido utilizar a las víctimas mortales de la
pandemia mundial por COVID-19 o de la tragedia ocurrida en la línea 12 del
metro capitalino, como botín político.
Pasando,
obviamente, por el enaltecimiento mediático de figuras que en cualquier
contexto político mínimamente sano deberían estar en la cárcel y no ocupando
las primeras planas como posible “presidenciables”, como Enrique Alfaro, Cabeza
de Vaca o Samuel García.
De todo ello, entonces, la imperiosa
necesidad de que esta estrategia fracase estrepitosamente, no tanto por una
cuestión de “simpatía” con la figura del actual Presidente de la República,
cuya administración no ha estado libre de errores, sino para que este tipo de
política no encuentre un terreno fértil en el cual prosperar en miras a las
elecciones presidenciales de 2024.
Pues,
de permitir que los “contrapeso” cosechen una victoria significativa y se hagan
con el control legislativo, el país no sólo enfrentará tres años de parálisis
política con las cámaras torpedeando cualquier iniciativa presidencial (como
ahora intentan hacer los miembros del poder judicial afines a los partidos
antiguamente en el poder), sino la posibilidad muy real de un asalto al poder
por parte de una figura similar a lo que han representado para sus respectivos
países Trump, Bolsonaro o Jhonson (o, en una escala más local, la Presidencia
de Diáz Ayuso en la comunidad de Madrid).
Esto es lo que se juega en las elecciones intermedias del próximo Domingo 6 de Junio y de ahí que los intereses políticos-económicos del grupo de Claudio X. González no deban alzarse con la victoria en éstas.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, Opinión, virus informáticos
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