miércoles, junio 02, 2021

Los Falsificadores de la Democracia 13

 ¿CONTRAPESOS? 

En pocos días, al momento de escribir estas líneas, México vivirá unas elecciones intermedias inéditas en su historia, no sólo por el interés que los actores políticos han puesto en un ejercicio tradicionalmente marcado por la apatía del aparataje partidista y el abstencionismo electoral (en 2015, por ejemplo, la participación no llegó al 50% del padrón electoral, en comparación con una participación de casi 64% en las elecciones de 2012 y 2018), sino por el interés que sobre el proceso han centrado los medios de comunicación a nivel nacional y hasta internacional.

            Ello se debe, por supuesto, a que por primera vez en la historia las elecciones intermedias pueden verse no sólo como un mero trámite, sino como una especie de referéndum para la administración del primer Presidente que no obedece enteramente a los dictados de las élites económicas y políticas que, hasta 2018, habían ocupado las posiciones de poder en México.

            De ahí, entonces, la no tan inédita alianza que se da entre los partidos de oposición, bajo el ridículo nombre de “Va por México”, que no es más que la re-edición del bastardo “Pacto por México” del que, por medio de sobornos millonarios, se valió el peñato para aprobar las llamadas “reformas estructurales”... Y que obedece, por cierto, a los mismos intereses económicos, cuya cara visible es el empresario Claudio X. González.

            Mismo que está detrás (de manera poco disimulada) de los incontables membretes vacíos que se presentan como “ONGs”, “Grupos de la Sociedad Civil” o “Agrupaciones Apartidistas”, que han surgido casi por generación espontánea desde las postrimerías del peñato y durante estos primeros años de la administración obradorista.

            Y cuya mano puede verse, también, en el “resurgimiento”, más mediático que real, de figuras que deberían haber caído en el más ignominioso olvido político, como el fracasado excandidato Anaya, el eternamente cómplice del poder más corrupto Diego Fernández de Cevallos o quien ocupara de manera ilegal la presidencia de la república en 2006, Felipe Calderón Hinojosa y hasta el responsable del mayor quebranto financiero a las arcas públicas del país, Ernesto Zedillo.

            Todo ello con el único objetivo de minar la primer presidencia no surgida de las filas de los grupos de interés político-económicos afines a la patronal encabezada por Claudio X. González.

            Para lo cual se han valido tanto de noticias falsas, difundidas lo mismo por payasos mediáticos como Loret de Mola, que por “prestigiadas figuras académicas” como Denisse Dresser, como de tergiversaciones históricas, presentando las administraciones del PRI y del PAN como un pasado idílico al cual volver y de una política carroñera que ha pretendido utilizar a las víctimas mortales de la pandemia mundial por COVID-19 o de la tragedia ocurrida en la línea 12 del metro capitalino, como botín político.

            Pasando, obviamente, por el enaltecimiento mediático de figuras que en cualquier contexto político mínimamente sano deberían estar en la cárcel y no ocupando las primeras planas como posible “presidenciables”, como Enrique Alfaro, Cabeza de Vaca o Samuel García.

 

De todo ello, entonces, la imperiosa necesidad de que esta estrategia fracase estrepitosamente, no tanto por una cuestión de “simpatía” con la figura del actual Presidente de la República, cuya administración no ha estado libre de errores, sino para que este tipo de política no encuentre un terreno fértil en el cual prosperar en miras a las elecciones presidenciales de 2024.

            Pues, de permitir que los “contrapeso” cosechen una victoria significativa y se hagan con el control legislativo, el país no sólo enfrentará tres años de parálisis política con las cámaras torpedeando cualquier iniciativa presidencial (como ahora intentan hacer los miembros del poder judicial afines a los partidos antiguamente en el poder), sino la posibilidad muy real de un asalto al poder por parte de una figura similar a lo que han representado para sus respectivos países Trump, Bolsonaro o Jhonson (o, en una escala más local, la Presidencia de Diáz Ayuso en la comunidad de Madrid).

            Esto es lo que se juega en las elecciones intermedias del próximo Domingo 6 de Junio y de ahí que los intereses políticos-económicos del grupo de Claudio X. González no deban alzarse con la victoria en éstas.

Mario Stalin Rodríguez

Etiquetas: , ,