jueves, abril 08, 2021

Paparruchas 07

 

MONTAJES

 

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Naciones Unidas definieron la Infodemia como

 

(La) sobreabundancia de información, en línea o en otros formatos, que incluye intentos deliberados por difundir información falsa o errónea para socavar la respuesta pública y promover los intereses de determinados grupos o personas. (Lo que) puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización, amenazar los logros y espolear el incumplimiento de las medidas públicas, lo que reduce su eficacia y pone en peligro la capacidad de los países de frenar la pandemia”.

(fuente ).

 

Lo que ha sido notorio a nivel mundial con, por ejemplo, la exageración mediática de los casos de trombosis artificialmente asociados a la vacuna de Astra-Zeneca y otros efectos que, sin el mínimo rigor no se diga ya “científico”, sino hasta periodístico, se le han atribuido en los medios (no así en la literatura especializada) a todas las vacunas disponibles.

            En México el fenómeno ha sido notorio no sólo a lo largo de la pandemia, sino desde el inicio de la actual administración y desde antes, durante las campañas políticas de 2018 e incluso durante la emergencia social provocada a raíz de los sismos de 2017.

            Y desde mucho antes, cuando durante el espuriato de Calderón se pretendió dotar a éste de la legitimidad que no obtuvo en las urnas, a través del montaje deliberado de “notas espectaculares”.

            En todos los casos, el común denominador ha sido no sólo el rostro visible de quien presenta estas notas falsas en pantalla (lo que le ha valido el bien ganado mote de “Lord Montajes”), sino el grupo a cuyos intereses obedecen.

            Lo mismo para el tristemente célebre caso Cassez-Vallarta, pasando por el de la inexistente niña bajo los escombros de un colegio particular o el borroso video de dos personas reunidas en un sitio público que ya todas las instancias competentes han descartado como prueba de nada y hasta la ficticia preocupación por unos supuestos “NiñosConCáncer”, tan reales como la ética periodística de la sección de opinión de El Universal.

            Cada nueva nota que alcanza los titulares de ciertos medios tiene el mismo objetivo, de ahí que durante las campañas políticas de cara a las elecciones del próximo Junio, todos los partidos de la ignominiosa alianza opositora, hayan decidido abanderar sus campañas con la repetición de noticias falsas, en lugar de presentar propuestas, programas o proyectos políticos (de los que, por supuesto, carecen).

            Antes este panorama, es indispensable no sólo obviar las noticias falsas, sino exhibirlas y denunciar a quienes las producen y las difunden.

 

Mario Stalin Rodríguez.

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