miércoles, marzo 31, 2021

Porno Week 2021

 INGRÁVIDA


Entra a la estación y se despoja del molesto casco, sólo para respirar el aire mil veces reciclado que ella y sus compañeros han respirado mil veces... Estira la mano y toma el recipiente del agua, siempre le da sed después de una caminata.

            Maldice al pequeño pedazo de chatarra espacial que golpeó la antena de comunicaciones, mientras sorbe un trago del agua que ella y sus compañeros han bebido y reciclado mil veces.

            Va despojándose del traje pieza por pieza, agradeciendo la falta de gravedad; cargar aquello allá abajo es un poco la muerte.

            Va sobándose los músculos conforme van siendo expuesto; los brazos, las piernas, la parte de atrás del cuello y el abdomen... Pasa sus dedos sobre el pequeño tatuaje de un fénix que tiene en la parte baja de sus senos, justo donde termina el esternón; siente un poco de cosquillas.

            Sonríe para sí misma.

 

Voltea a uno y otro lado.

            Gira sobre su propio eje horizontal y verticalmente, no ve ningún rastro de sus compañeros... Su sonrisa se hace sólo un poco más grande, deben seguir afuera; reparando las partes que les tocan por la colisión de la basura espacial contra el casco de la estación.

            Con prisas, termina de despojarse por completo del traje y la ropa interior. Se dirige hacia el pequeño compartimiento en el que guarda sus cosas. Rebusca en el interior de su bolsa hasta que encuentra el pequeño aparato que logró colar de contrabando.

            Moja la punta de sus dedos y empieza a acariciar sus aureolas.

            Se suelta el pelo y disfruta la sensación de que revolotee ingrávido a su alrededor.

            Vuelve a mojar la punta de sus dedos y acaricia el vello de su entrepierna, normalmente le molestaría la sensación de los pequeños folículos nacientes después de semanas en el espacio sin una depiladora a mano... Suelta una muy ligera risita, en parte por las cosquillas que el vello provoca en sus dedos y, sobre todo, porque de alguna manera convenció a la agencia espacial de que el aparatito que sostiene en la otra mano era una depiladora.

            Lo enciende... Nota el pequeño zumbido de la succión activándose.

            Muerde su labio inferior.

 

Lleva el aparatito a su entrepierna, sujetándolo con ambas manos... Siente un ligero estremecimiento.

            Intenta pensar en alguien, tal vez el muchacho de la sección de análisis de datos que le sonreía desde la ventanilla cuando estaban planeando la misión; se veía muy simpático con esos pequeños lentes.

            Pero no, de alguna manera sólo logra pensar en la sensación de su cabello volando ingrávido alrededor de su cuerpo desnudo.

            Hay un gran estremecimiento... Un pequeño grito que intenta ahogar y pequeñas gotículas de algo que parecería orina empiezan a flotar desde su vulva...

 

Se despierta.

            Arregla su cabello enmarañado y siente la humedad en su ropa interior. Sonríe para sí recordando su sueño; un tatuaje de fénix a su edad, qué locura.

            Mira el reloj, tiene casi media hora para que suene la alarma... De alguna manera eso aumenta su buen humor, tiene tiempo de tomar una ducha larga antes de que lleguen los trabajadores a terminar con los últimos detalles de la remodelación del piso de arriba.

            Y su depiladora tiene la batería recién cargada.

 

Mario Stalin Rodríguez

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