jueves, abril 09, 2020

Siempre Mujeres 05

GRANDES CIVILIZACIONES (01)
(K’anb’al Xook, de acuerdo a su representación en los dinteles 24, 25 y 26 de Yaxchilán)

Como queda establecido en las anteriores entregas de esta serie, es difícil establecer a ciencia cierta los roles que las mujeres desempeñaban en las primeras civilizaciones del territorio de lo que hoy es México.
            Sin embargo, los vestigios arqueológicos de las primeras culturas urbanas de corte comerciantes-militaristas (como lo fueron las conocidas como olmeca y teotihuacana)  permiten suponer que el rol social de las mujeres en éstas era mucho más complejo del que hasta hace poco se aceptaba.
            Y, si bien es cierto que todo ello es una interpretación tan válida como cualquier otra que tuviera sustento en los mismos vestigios, la lógica de ésta se puede ver respaldada al analizar el papel de las mujeres en otras sociedades y culturas, con las que tanto olmecas como teotihuacanos tuvieron lazos comerciales, políticos y culturales y cuya continuidad histórica y cultural  han permitido conocer más a profundidad.

Aunque la idea de que los pueblos mayas fueron una especie de aprendices-herederos de los olmecas ha sido descartada desde hace ya tiempo, aceptándose de manera general que estos pueblos tienen evoluciones convergentes. Sí es comprobable que llegan a tener contactos comerciales y culturales en tiempos tan tempranos como el Preclásico (al menos hacia el 1,500 o 1,200 a.C., cuando aparecen las primeras urbes en la zona maya).
            También es cierto que los mayas no son una cultura homogénea, sino un conjunto bastante grande de pueblos relacionados entre sí por un origen común, pero que a lo largo de la historia fueron diferenciándose entre sí tanto en su idioma como en su organización social, por lo que toda generalización que se aplique a estos pueblos es, necesariamente, reduccionista.
            Sin embargo, sí es posible establecer ciertos rasgos que, si bien no identificables en todos los pueblos mayenses, sí  comunes a muchos y muy variados de estos.
            Uno de ellos es, por ejemplo, que el poder era heredado por vía materna.
            Es decir; quienes detentaban el poder y eran capaces de otorgarlo eran las mujeres.
            Así se ha comprobado en ciudades tan distintas como Uxmal, Yaxchilán, Palenque y muchas otras las que se ha comprobado la existencia de gobernantes femeninas en distintos periodos de su historia y a lo largo de prácticamente todos los horizontes históricos precolombinos (preclásico, clásico y postclásico).
            Lo que significa que más que hablar de la genealogía de los gobernantes mayas, como se viene haciendo incluso en nuestros días en los círculos especializados, deberíamos estar hablando de la de las reinas mayas.

Un buen ejemplo de ello, y obviamente no el único, es la historia de K’anb’al Xook, la Señora Tiburón, quien gobernara la ciudad de Yaxchilán (en lo que hoy es Chiapas) hacia el año 700 de nuestra era.
            Hasta hace poco tiempo la historia de la Señora Tiburón era, si acaso, una nota al píe en la historia de Escudo de Jaguar, quien fuera su esposo y muriera relativamente temprano sin haber tenido hijos con ella.
            En esta versión de la historia, a la muerte de Escudo de Jaguar, Pájaro Jaguar (quien afirmaba ser hijo del primero con una noble de Calakmul) ocupa el trono de la Yaxchilán... Salvo que entre la muerte de su presunto padre y su asenso al poder pasan entre seis y diez años en los que, parecería, nadie gobernó una de las principales ciudades imperialistas.
            Ello porque, como queda dicho, hasta hace poco habíamos estado contando mal la historia, al centrarnos en la genealogía de los gobernantes, en masculino y no en la de las gobernantes femeninas, quienes, como ha quedado establecido, eran las que detentaban el poder y podían, por tanto, heredarlo.
            En los dinteles y estructuras de Yaxchilán y en particular en la conocida como Estructura 23, se resalta la genealogía de la Señora Tiburón, no de su consorte, quién únicamente aparece cuando la gobernante le trasfiere su fuerza y linaje a través de un ritual de autosacrificio.
            Y, a la muerte de Garra de Jaguar, es ella quien continúa gobernando la ciudad y es sólo hasta su muerte a avanzada edad (para los estándares de la época) que Pájaro Jaguar puede asumir el poder en ésta y, aún así, se ve obligado a demostrar alguna relación con la Señora Tiburón, presentándose como hijo de su consorte y reivindicar su derecho a través del linaje femenino de su madre, Estrella Vespertina.
            Es decir, para los pueblos mayas, la historia se contaba por y a través de sus mujeres.

Y así como sucedía en la zona maya, en otras culturas que también tuvieron fuerte lazos comerciales y culturales con la ciudad que nosotros conocemos como Teotihuacán, las mujeres tuvieron roles destacados como gobernantes y guerreras.
            Tal es el caso de los mixtecos y zapotecos, que se desarrollaron el territorio de lo que hoy es el estado de Oaxaca y de quienes ya se ha hablado en estos bites en otros momentos.

Es decir; es posible establecer fundadamente que las mujeres jugaban papeles como gobernantes, sacerdotisas y guerreras desde los primeros grupos humanos que llegaron al continente americano.
            Y que así continuaron durante el proceso de sedentarización y hasta el surgimiento de las primeras civilizaciones urbanas-militaristas e incluso en las grandes urbes del periodo clásico.
            Muy probablemente, como se verá en la próxima entrega, continuaban desempeñando estos papeles en varios pueblos a la llegada de los conquistadores europeos.

Mario Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de Antropología

Siempre Mujeres. Mujeres y migración” es un ciclo de charlas que se impartirán a lo largo del año en el Museo Nacional de Antropología, como parte del programa Noches de Museo del Departamento de Comunicación Educativa, de acuerdo a un calendario que será reprogramado una vez superada la actual emergencia sanitaria.

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