Siempre Mujeres 05
GRANDES CIVILIZACIONES (01)
(K’anb’al Xook, de
acuerdo a su representación en los dinteles 24, 25 y 26 de Yaxchilán)
Como queda establecido en las anteriores
entregas de esta serie, es difícil establecer a ciencia cierta los roles que
las mujeres desempeñaban en las primeras civilizaciones del territorio de lo
que hoy es México.
Sin
embargo, los vestigios arqueológicos de las primeras culturas urbanas de corte
comerciantes-militaristas (como lo fueron las conocidas como olmeca y teotihuacana)
permiten suponer que el rol social de
las mujeres en éstas era mucho más complejo del que hasta hace poco se
aceptaba.
Y,
si bien es cierto que todo ello es una interpretación tan válida como cualquier
otra que tuviera sustento en los mismos vestigios, la lógica de ésta se puede
ver respaldada al analizar el papel de las mujeres en otras sociedades y
culturas, con las que tanto olmecas como teotihuacanos tuvieron lazos
comerciales, políticos y culturales y cuya continuidad histórica y cultural han permitido conocer más a profundidad.
Aunque la idea de que los pueblos mayas
fueron una especie de aprendices-herederos de los olmecas ha sido descartada
desde hace ya tiempo, aceptándose de manera general que estos pueblos tienen
evoluciones convergentes. Sí es comprobable que llegan a tener contactos
comerciales y culturales en tiempos tan tempranos como el Preclásico (al menos
hacia el 1,500 o 1,200 a.C., cuando aparecen las primeras urbes en la zona
maya).
También
es cierto que los mayas no son una cultura homogénea, sino un conjunto bastante
grande de pueblos relacionados entre sí por un origen común, pero que a lo
largo de la historia fueron diferenciándose entre sí tanto en su idioma como en
su organización social, por lo que toda generalización que se aplique a estos
pueblos es, necesariamente, reduccionista.
Sin
embargo, sí es posible establecer ciertos rasgos que, si bien no identificables
en todos los pueblos mayenses, sí
comunes a muchos y muy variados de estos.
Uno
de ellos es, por ejemplo, que el poder era heredado por vía materna.
Es
decir; quienes detentaban el poder y eran capaces de otorgarlo eran las
mujeres.
Así
se ha comprobado en ciudades tan distintas como Uxmal, Yaxchilán, Palenque y
muchas otras las que se ha comprobado la existencia de gobernantes femeninas en
distintos periodos de su historia y a lo largo de prácticamente todos los
horizontes históricos precolombinos (preclásico, clásico y postclásico).
Lo
que significa que más que hablar de la genealogía de los gobernantes mayas,
como se viene haciendo incluso en nuestros días en los círculos especializados,
deberíamos estar hablando de la de las reinas mayas.
Un buen ejemplo de ello, y obviamente no el
único, es la historia de K’anb’al Xook, la Señora Tiburón, quien gobernara la
ciudad de Yaxchilán (en lo que hoy es Chiapas) hacia el año 700 de nuestra era.
Hasta
hace poco tiempo la historia de la Señora Tiburón era, si acaso, una nota al
píe en la historia de Escudo de Jaguar, quien fuera su esposo y muriera
relativamente temprano sin haber tenido hijos con ella.
En
esta versión de la historia, a la muerte de Escudo de Jaguar, Pájaro Jaguar
(quien afirmaba ser hijo del primero con una noble de Calakmul) ocupa el trono
de la Yaxchilán... Salvo que entre la muerte de su presunto padre y su asenso
al poder pasan entre seis y diez años en los que, parecería, nadie gobernó una
de las principales ciudades imperialistas.
Ello
porque, como queda dicho, hasta hace poco habíamos estado contando mal la
historia, al centrarnos en la genealogía de los gobernantes, en masculino y no
en la de las gobernantes femeninas, quienes, como ha quedado establecido, eran
las que detentaban el poder y podían, por tanto, heredarlo.
En
los dinteles y estructuras de Yaxchilán y en particular en la conocida como
Estructura 23, se resalta la genealogía de la Señora Tiburón, no de su
consorte, quién únicamente aparece cuando la gobernante le trasfiere su fuerza
y linaje a través de un ritual de autosacrificio.
Y,
a la muerte de Garra de Jaguar, es ella quien continúa gobernando la ciudad y
es sólo hasta su muerte a avanzada edad (para los estándares de la época) que
Pájaro Jaguar puede asumir el poder en ésta y, aún así, se ve obligado a
demostrar alguna relación con la Señora Tiburón, presentándose como hijo de su
consorte y reivindicar su derecho a través del linaje femenino de su madre,
Estrella Vespertina.
Es
decir, para los pueblos mayas, la historia se contaba por y a través de sus
mujeres.
Y así como sucedía en la zona maya, en
otras culturas que también tuvieron fuerte lazos comerciales y culturales con
la ciudad que nosotros conocemos como Teotihuacán, las mujeres tuvieron roles
destacados como gobernantes y guerreras.
Tal
es el caso de los mixtecos y zapotecos, que se desarrollaron el territorio de
lo que hoy es el estado de Oaxaca y de quienes ya se ha hablado en estos bites
en otros momentos.
Es decir; es posible establecer
fundadamente que las mujeres jugaban papeles como gobernantes, sacerdotisas y
guerreras desde los primeros grupos humanos que llegaron al continente
americano.
Y
que así continuaron durante el proceso de sedentarización y hasta el
surgimiento de las primeras civilizaciones urbanas-militaristas e incluso en
las grandes urbes del periodo clásico.
Muy
probablemente, como se verá en la próxima entrega, continuaban desempeñando
estos papeles en varios pueblos a la llegada de los conquistadores europeos.
Mario
Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de
Antropología
“Siempre Mujeres. Mujeres y
migración” es un ciclo de charlas que se impartirán a lo largo del año en el
Museo Nacional de Antropología, como parte del programa Noches de Museo del
Departamento de Comunicación Educativa, de acuerdo a un calendario que será
reprogramado una vez superada la actual emergencia sanitaria.
Etiquetas: Académico, Entrada programada, tratado sobre la necedad
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