Siempre Mujeres 01
PRIMEROS PASOS
El estudio de la evolución humana ha
permitido arrojar luz sobre el origen de muchas de nuestras actitudes sociales
y, sobre todo, de nuestra condición de especie migrante... Ello no ha evitado,
sin embargo, que éste se haya contaminado de cuestiones que poco o nada tienen
que ver con la ciencia y sí mucho con prejuicios sociales.
No
se trata sólo de que aún hablemos de la ”evolución del hombre”, siempre en
masculino o de que hasta nuestros días se siga representando ésta con el
erróneo esquema de un Homo Sapiens masculino que pareciera caminar seguido de
sus antepasados homínidos... Sino también, y sobre todo, de la propia imagen
que de estos homínidos hemos reproducido.
Ello
es notorio en la división del “Hombre-cazador” y “Mujer-recolectora” que está
presente aún en el discurso de varios museos a lo largo de la orbe y se enseña
en no pocas aulas, incluso de especializaciones científicas... División que, a
estas alturas del partido debería ser innecesario señalarlo, no tiene ningún
sustento científico real.
Conviene
señalar que, incluso con las modernas técnicas para analizar el ADN de los
restos fósiles, no siempre es posible establecer si estos corresponden a un
varón o a una hembra. Pero en aquellos casos en los que sí es posible
establecerlo, lesiones que son asociadas a la caza se presentan con una
incidencia similar en los dos casos; lo que indicaría que esta actividad era
realizada por todos los individuos, independientemente de sus genitales.
Lo
que puede decirse también en lo que corresponde a la elaboración de
herramientas de piedra, dominio del fuego y hasta actividades como la cocina;
ninguna evidencia arqueológica ni antropológica sustenta que existiera una
división de roles por sexo... Y ello es cierto desde el Homo Habilis y hasta
los neandertales.
Y
sigue siendo primordialmente cierto incluso en los grupos de Homos Sapiens
primitivos... Aunque en estos sí es posible establecer una actividad que sería,
si no privativamente, sí principalmente femenina... Y no, no son labores de
cuidado ni de recolección.
La llamada “Revolución Creativa” del
paleolítico, caracterizada por la proliferación de pinturas rupestres, petrograbados
y tallas de hueso o piedra que representaban figuras antropo y zoomorfas,
probablemente haya sido producto de manos féminas.
Ya
desde los 50 y 60 del siglo pasado se establece que, en particular las pinturas
rupestres, no representaban escenas de caza como hasta entonces se había creído
y aún hoy se dice en no pocos contextos, incluso académicos. Lo que es
confirmado por los estudios de los coprolitos de los Homo Sapiens arcaicos, que
desde los 70 y 80 del siglo pasado demostraron que la dieta de estos se componía,
principalmente, de vegetales recolectados y animales pequeños (aves, reptiles y
roedores), más que de presas de “caza mayor”.
Es
decir; las pinturas rupestres, los petrograbados y las tallas de hueso o piedra
tendrían, probablemente, una función distinta a la mera representación de escenas
cotidianas en los grupos humanos. Función que podría ser lo mismo ritual, que
didáctica o incluso, de estudio del entorno y los ciclos naturales.
El
estudio de ciertas pinturas rupestres y petrograbados “abstractos” de Europa,
Medio Oriente y Oceanía, ha permitido proponer la hipótesis de que se traten de
anotaciones “calendáricas”, que registrarían ciertos ciclos ya fueran “estelares”
(probablemente lunares) o estacionales (cambios climáticos).
Hipótesis
que puede extenderse a las representaciones de grupos de animales, que
reflejarían las migraciones estacionales de las manadas de estos y la forma en
que los grupos humanos les seguían... Y todo ello, como queda escrito,
probablemente haya sido producto de manos femeninas.
En los humanos, el ciclo reproductivo
femenino, marcado por la ovulación en periodos más o menos regulares, es mucho
más notorio que el masculino, por lo que no sería arriesgado suponer que los
primeros acercamientos al entendimiento de los ciclos naturales (climáticos y
de migraciones de animales) fueran hechos por mujeres que proyectaban a éstos,
los propios ciclos de sus cuerpos.
Esto,
por supuesto, es una mera especulación, que sería tan válida como cualquier
otra de no contar con un sustento material que la respaldara.
Una
investigación multinacional, encabezada por la Universidad de Pensilavania y la
National Geographic Society, en marcha desde 2003, ha medido las huellas de
manos presentes en las pinturas rupestres a lo largo de la orbe y principalmente
las de Europa, estableciendo que la inmensa mayoría de éstas serían femeninas.
Ello
en función de que, salvo variaciones individuales, los dedos índice y anular de
las mujeres suelen tener longitudes similares, a diferencia de las manos
masculinas, en las que el anular tiende a ser más largo.
Esto,
aunado a la hipótesis de la proyección de ciclos ya explicada, significaría que
las pinturas rupestres y petrograbados fueron producto principal y
mayoritariamente de manos femeninas.
Lo
que se ve respaldado por estudios elaborados desde los 90 del siglo pasado y
retomados en años recientes, que establecen que las llamadas “Venus
Paleolíticas” serían una especie de autorretratos de mujeres primitivas, ya que
las proporciones de éstas podrían obedecer a mujeres viendo sus propios cuerpos,
más que al intento de reproducir la apariencia de otra persona.
Todo
lo cual significaría que los primeros acercamientos de la humanidad a entender
el mundo que le rodeaba, para aprovecharle y transformarle, fueron hechos por
manos femeninas.
Lo
que permitió a los grupos humanos no sólo la sobrevivencia, sino su
proliferación a lo largo de África, Europa, Asia, Oceanía y hasta su llegada a
territorios americanos... Además de que, por supuesto, el entendimiento de los
ciclos estacionales permitiría, con el paso del tiempo, la introducción de la
agricultura y todo lo que ella trajo consigo.
Mario
Stalin Rodríguez
Asesor Educativo
Museo Nacional de
Antropología
“Siempre Mujeres. Mujeres y migración” es
un ciclo de charlas que se impartirán a lo largo del año en el Museo Nacional
de Antropología, como parte del programa Noches de Museo del Departamento de
Comunicación Educativa, de acuerdo al calendario mostrado en la primer entrega de esta serie.
Referencias:
Bryson, B. (2006). Una breve historia de casi todo/ a Short
History of Nearly Everything (pp. 401-456). Rba Publicaciones Editores
revistas.
Cintas, M. (2019). ¿Quién ejercía los cuidados en la Prehistoria? Retrieved from https://theconversation.com/quien-ejercia-los-cuidados-en-la-prehistoria-112452
Hughes, V. (2013). Los artistas prehistóricos podrían haber
sido mujeres. Retrieved from https://www.nationalgeographic.es/ciencia/los-artistas-prehistoricos-podrian-haber-sido-mujeres
McCoid, C. & McDermott, L (1996). Toward Decolonizing Gender:
Female Vision in the Upper Paleolithic. American Anthropologist, 98 (02),
319–326.
Etiquetas: Académico, Entrada programada, tratado sobre la necedad
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