BLOQUEADO (SIC)
Si hay algo que les gusta a los “PolíticamenteIncorrectos”
y a los “DefensoresDeLaLibertadDeExpresión” es intentar silenciar a cualquiera
que les critique o sólo los haga sentir incómodos... Lo que tiene un poco
bastante qué ver con la historia del bloqueo que el Librocara mantiene contra
estos bites.
Todo
empezó con MachoAlfa Wikipedia que es, justamente, muy “DefensorDeSULibertadDeExpresión”
y muy “PolíticamenteIncorrecto”, pero esencialmente malo para el debate y
pésimo para manejar la frustración... Pero me estoy adelantando.
No suelo agregar a nadie en el Librocara,
es decir; no suelo hacer solicitudes de contacto salvo casos muy específicos,
pero en esencia suelo aceptar casi cualquier solicitud de contacto que me llega
(salvo que una rápida revisión de su perfil me indique que es un impresentable)...
Así llegó MachoAlfa Wikipedia a mi librocara.
Fue
en los tiempos en que yo era bastante activo en los comentarios de varios blogs
de cómics y él se considera “UnaAutoridad” en estos, así que me envío una
solicitud de contacto en el Librocara y yo la acepté... Y de vez en cuando le
veía alguna publicación sobre cómics o dibujos suyos o así y la fiesta estaba
en paz... Hasta que el pobre se vio envuelto en un grupo de INCELs de esos de “EnseñarALigar”.
Habíamos
tenido algunos desencuentros, uno porque se quejó mucho y muy amargamente por
el rediseño de April O’Neil como una chica afrodescendiente y otro por la falsa
atribución de una frase a Rita Levi-Moltacini, pero como al final terminó por
borrar aquellas publicaciones, interpreté que había aceptado que estaba
diciendo idioteces y no le di demasiada importancia.
Entonces
empezó a publicar una serie de textos sobre “ComoSerUnMachoAlfa” y yo,
simplemente, me limité a señalarle que el concepto de “Macho Alfa” es una
estupidez surgida de una mala praxis de observación de lobos en cautiverio y
que ya nadie lo empleaba, dado que incluso quien acuñara el término allá en los
70 renegaba de éste... No se lo tomó bien, porque él había leído “todo una artículo
en Wikipedia” sobre el término (de ahí el sobrenombre).
Y
peor se tomó cuando sus propios contactos me dieron la razón cuando le señalé
que se había creído una mentira muy gorda sobre James Gunn montada por un
tipejo de derechas... Y más mal se tomó que demostrara que de conocimientos de
cómics andaba más bien justito.
Vamos,
desmontarle sus afirmaciones llegó a ser tan fácil y él se lo tomaba tan mal,
que llegó un momento que decidí dejarlo por la paz y sólo utilizarlo como
objeto de estudio... Si llegaba a comentar en alguna publicación mía,
simplemente le ignoraba y seguía con mi vida... Eso tampoco le gustó demasiado.
Así
que empezó a “etiquetarme” en cada nueva publicación suya en el librocara,
supongo que con la idea de que me llegarían todas las notificaciones y
comentarios que sus contactos hicieran en éstas... Obviamente nadie le informó
de la opción de “eliminar etiqueta”, así cuando se dio cuenta de que ésta
existía y que yo la empleaba cada vez que él intentaba llamar mi atención así,
pues tampoco se lo tomó a bien.
Hasta
que, finalmente y cansado de que le ignorara, decidió borrarme de sus redes
sociales...
El asunto es que cada que él perdía una
discusión o sentía que le ignoraba sus comentarios en mis publicaciones o
descubría que le eliminaba un enlace a mi perfil en alguna publicación suya, como
el niño que en medio de una pataleta empieza a romper todo lo que encuentra a
su alcance, se ponía a “reportar” todas mis publicaciones recientes en el
librocara, sobre todo aquellas que contenían enlaces a estos bites.
Aquello
no solía tener demasiado efecto y cuando llegó a tenerlo, bastaba con “solicitar
una revisión” para que las publicaciones volvieran a estar visibles... El
problema es que aunque al final los “reportes” resultaran infundados, el
algoritmo automático del librocara no registra esta solución final, sino sólo
que un sitio X ha sido reportado N número de veces, por lo que, finalmente, el
librocara terminó por bloquear los enlaces a mi blog.
Lo
cual no deja de ser molesto, pero tampoco es que sea demasiado importante...
Porque los enlaces a estos bites lo mismo pueden estar en mi trino que en una
SNAP de Faneo o en publicaciones de otros sitios y basta con enlazar a estos
para que la gente llegue aquí, con dos clicks en lugar de con uno, pero igual
llegan.
Y esta fue la historia del inútil bloqueo
del librocara a mis bites... Que se resume a las inútiles LágrimasDeOnvre de
los inútiles berrinches de un inútil MachitoIndignado.
Mario Stalin Rodríguez
Etiquetas: tratado sobre la necedad, virus informáticos
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