COMPAÑÍAS
esto no es un poema
Digamos, mujer,
que nunca nos buscamos.
Ni tú esperabas encontrarme,
ni yo buscaba a alguien así.
Digamos, mujer,
que fuimos inesperados...
Y digamos también,
que no sé escribir poemas.
No hay aquí rimas
ni métrica.
Lo que sí hay, mujer,
es una compañía...
No es, tal vez,
la más mítica de ellas.
Tampoco es, no lo dudes,
la mayor historia de pasión.
Lo que es, mujer,
una compañía inesperada...
Decía, mujer,
que nunca nos buscamos.
Pero nos encontramos;
tú a mí, yo a ti.
Así surgió, mujer,
esta inesperada compañía...
Seguimos, mujer,
encontrándonos en el día a día.
Tú en mí, yo en ti;
encontrando el nosotros.
Es decir, mujer;
construyéndonos en nosotros...
A Jessica, casi
tres años después.
Mario
Stalin Rodríguez.
Etiquetas: Cosas que suceden, tratado sobre la necedad
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