Fauna informática 02
LAS PALABRAS PARA LLEGAR A MI
No soy dado a ocultarme, en estos bites, ha quedado dicho, está lo que soy en buena parte. Por estar, están incluso los nombre de mis ausencias, ahí; visibles para quien sepa verlos, ocultos a plena vista.
No soy dado a ocultarme, no me escondo tras un nick ni me invento una personalidad o imagen... Mi nombre está escrito y mi imagen aparece para quien la sabe buscar.
No soy dado a ocultarme y sé muy bien lo que escribo y asumo las consecuencias de ello. Se puede decir, incluso, que de vez en vez me da por escribir aquello que sé que será buscado por determinada gente.
Es decir, a veces incluyo entre mis párrafos claves para que quien es destinatario (normalmente, destinataria) de mis letras, llegue a ellas... Busco influir en la busqueda, pero los designios de San Google son inescrutables.
No me quejo, supongo que muchas de las personas a quienes leo y a quienes a pesar de las distancias, considero cercanas llegaron a acá por los designios del santo informático o a través de una red de enlaces que no puedo imaginarme.
Supongo, incluso, que de vez en vez llega alguien a estos párrafos que en ellos se reconoce... Sin embargo, hay formas de llegar a estos bites que me3 resultan incomprensibles...
Históricamente el 61.70% de los lectores de estos bites llegan aquí a partir de otros sitios web, es decir, pinchando un enlace. El 7.15% lo hace por tráfico directo (es decir; a través de las direcciones guardadas en su navegador) y el 31.15% por búsquedas en algún navegador. Estos últimos son los que me sorprenden más cada día.
De ellos en primer, octavo, decimoprimero, decimosexto lugar y etcétera, me buscan a mi en distintos nombres y gradiantes, Otros (cuarto, séptimo, vigésimo quinto, cuadragésimo sexto, sexagésimo y etcétera) buscan a mis ausencias (sobre ellos conviene ahondar, pero se hará en un futuro). EL resto, la verdad, no sé qué buscan aquí.
Un número importante de ellos (quinto y sexto lugar) llega buscando “fotos bajo las faldas”. Algunos más las oficinas centrales de, cuando menos, dos bancos mexicanos y uno español. Los hay, supongo, que pretenden hacer su tarea académica con mis letras (“ejemplos de descripción periodística”, “cuando se escribe con doble n”, etcétera). Y, por supuesto, quienes desean ver a gente “devorada por anacondas” o a “Jaime Camil desnudo” y hasta “fotos bajo las faldas de fantasmas”.
No soy dado a ocultarme, pero hay formas en que la gente me encuentra que me dejan, cuando menos, intranquilo.
Y a quien quiera responder; ¿cómo llegaron Uds. hasta estos párrafos?
No soy dado a ocultarme, no me escondo tras un nick ni me invento una personalidad o imagen... Mi nombre está escrito y mi imagen aparece para quien la sabe buscar.
No soy dado a ocultarme y sé muy bien lo que escribo y asumo las consecuencias de ello. Se puede decir, incluso, que de vez en vez me da por escribir aquello que sé que será buscado por determinada gente.
Es decir, a veces incluyo entre mis párrafos claves para que quien es destinatario (normalmente, destinataria) de mis letras, llegue a ellas... Busco influir en la busqueda, pero los designios de San Google son inescrutables.
No me quejo, supongo que muchas de las personas a quienes leo y a quienes a pesar de las distancias, considero cercanas llegaron a acá por los designios del santo informático o a través de una red de enlaces que no puedo imaginarme.
Supongo, incluso, que de vez en vez llega alguien a estos párrafos que en ellos se reconoce... Sin embargo, hay formas de llegar a estos bites que me3 resultan incomprensibles...
Históricamente el 61.70% de los lectores de estos bites llegan aquí a partir de otros sitios web, es decir, pinchando un enlace. El 7.15% lo hace por tráfico directo (es decir; a través de las direcciones guardadas en su navegador) y el 31.15% por búsquedas en algún navegador. Estos últimos son los que me sorprenden más cada día.
De ellos en primer, octavo, decimoprimero, decimosexto lugar y etcétera, me buscan a mi en distintos nombres y gradiantes, Otros (cuarto, séptimo, vigésimo quinto, cuadragésimo sexto, sexagésimo y etcétera) buscan a mis ausencias (sobre ellos conviene ahondar, pero se hará en un futuro). EL resto, la verdad, no sé qué buscan aquí.
Un número importante de ellos (quinto y sexto lugar) llega buscando “fotos bajo las faldas”. Algunos más las oficinas centrales de, cuando menos, dos bancos mexicanos y uno español. Los hay, supongo, que pretenden hacer su tarea académica con mis letras (“ejemplos de descripción periodística”, “cuando se escribe con doble n”, etcétera). Y, por supuesto, quienes desean ver a gente “devorada por anacondas” o a “Jaime Camil desnudo” y hasta “fotos bajo las faldas de fantasmas”.
No soy dado a ocultarme, pero hay formas en que la gente me encuentra que me dejan, cuando menos, intranquilo.
Y a quien quiera responder; ¿cómo llegaron Uds. hasta estos párrafos?
Mario Stalin Rodríguez
Etiquetas: Cosas que suceden, tratado sobre la necedad, virus informáticos
12 Comments:
yo soy del monton mi necio, de los no importantes del 70% que da clic en un enlace en el que aparecio tu pagina sin mas y luego ya no pude dejar de leer, por cosas como esta claro, esa magnifica forma que tienes de decir las cosas que da tanta confianza¡
Un besito informatico¡
Alguien me dijo una vez que yo andaba aqui por masoquista...
Tú! Fuiste tú que diste conmigo dejando tu sello crítico e inconformista en un comentario de mi blog. también dejaste un sello amable, muy amable, no te creas... Y entonces yo, la curiosa, me presenté en tu casa. Y así empezamos...
Un besote muy muy grande!
llegue a estos bites via Duquesa de Katmandu. me dijo: "Mario es un gran tipo" (y muchos elogios para con usted que seria largo de enumerar)
luego me comence a dar cuenta que mas o menos ambos visitabamos los mismos blogs...pero tal vez la memoria me falle y llegue aqui buscando fotos bajo las faldas...
saludos.
Preguntas? ya! es que la estadística no deja de ser una ciencia manipulable y satisface poco.
...pues por puro azar. Botas, rebotas... lees, pasas, o dejas algo.
Como en la vida, mas menos.
Pues nada! Que si me lo permites, me paso por este espacio, tratando dejar mis cariños y decirte que si bien no te escondes del todo, si eres una persona que no se desnuda con otros de manera fácil, Nooooo!
Usted es compplejo. Pero dejaría de ser Necio H. sino fuese así.
Mis saludos respetuosos,
Gabriela.
Hace tanto que ni me acuerdo ¿creo que llegaste tú a mí?
A veces da miedito ver cómo llega gente al blog...
salvo conducto de la Duquesa de Katmandú, visitas irregulares y esporádicas pero atentas. Salud
Mario, fué al principio de mi blog, quizá el primer lector que tuve y creo que llegaste tú a mí. Sabes que siempre me gustó tu manera de decir las cosas, sean las que sean y creo que tampoco tenga que confesarlo, en fin, la verdad es que ahora tengo tan poco tiempo de saber de tí, que me dejas preocupada.
Besicos muchos y preocupados.
Pues por lo que veo, Mario, varias de tus lectoras lo somos por tu culpa porque creo recordar que, en mi caso, también fuiste tú quien me encontró. Quizás me equivoque porque esta interacción nuestra ya se cuenta por años pero creo que fue así. Recuerdo perfectamente, eso sí, que al principio no dejaba de preguntarme (y admirarme) de que alguien tan culto y tan serio se interesara por las tontunas que escribía (escribo) en mi blog. Ahora,claro, ya no me lo pregunto porque ahora, claro, ya sé que, sencillamente, estás un poco loco :D Eso sí, que conste que me alegro muchísimo de que nos encontráramos en este océano de bits :)
Besos
Llegué aquí por buscar un término "Fauna Informática" y apareció tu blog en primera línea.
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