CARROÑEROS
Como queda dicho, el largo confinamiento
social a causa de la pandemia de COVID-19 y las consecuencias económicas y
sociales que ha traído consigo, además de despertar gestos solidarios
encomiables, ha permitido que lo peor de la sociedad exprese todos sus
discursos de odio.
Ello
ha sido evidente no sólo en expresiones tan despreciables como el agredir al
personal de salud en la calle, el transporte público y hasta en sus propios
domicilios, sino en la forma en que ciertos grupos del espectro político han
reaccionado no sólo a las medidas de contención, sino hasta a la existencia y
distribución de las primeras vacunas.
La derecha se alimenta de lo peor de las
personas.
De
ahí que ya las medidas de contención sanitaria permitieran el surgimiento de la
vocación autoritaria de no pocos gobiernos locales, que vieron en la actuación
policiaca la mejor manera de asegurar el seguimiento de las medidas sanitarias,
imponiendo éstas no por la convicción, sino por la coerción... Estrategia que,
muy temprano durante la pandemia, cobró la vida de un civil a manos de la
policía asesina de Enrique Alfaro.
Inmunes
a esta tragedia o, de hecho, alimentándose de ella y buscando repetirla, no han
sido pocas las voces ligadas a la derecha, ya sean columnistas de medios de
comunicación o Exsecretarios de Salud, que a lo largo de estos meses han seguido
exigiendo al gobierno federal que implemente medidas coercitivas para obligar
al seguimiento de las medidas sanitarias.
Sí, la derecha alimenta lo peor de las personas.
Ante
un escenario de pandemia mundial y cuya solución debería ser mundial, no son
pocas las voces ligadas a la derecha que claman por medidas localistas y hasta
claramente egoístas.
Ante
el llamado de la ONU, a través de la OMS, a que aquellos países que ya han
adquirido y comprometido embarques de la vacuna de Pfizer, permitan que estos
sean diferidos, a fin de garantizar que los países más pobre, que no han
recibido una sola vacuna, puedan empezar su campaña de inmunización al menos
entre su personal de salud de primera línea de atención, las voces de la
derecha han sacado a relucir toda su xenofobia y el más patético patrioterismo,
al grito de “primero lo mío”.
Algunos
de estos personajes han pretendido enmascarar una posición que saben inhumana,
negando que el llamado a la solidaridad internacional existiera y alegando que
la reducción en los embarques se debe sólo a la reducción de producción por
parte de la farmacéutica... Y que, ante esta, la mejor estrategia sería obligar
a ésta a asegurar las vacunas para el país, en lugar de procurar el acceso
equitativo para otras naciones.
Sí, la derecha alimenta y se alimenta de lo
peor de las personas.
De
ahí lo lamentable de que tan insostenibles discursos encuentren eco entre
quienes en circunstancias normales no se identificarían con tan inhumanas
posturas.
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El Nombre de la Ignominia, Opinión, tratado sobre la necedad, virus informáticos
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