FELICITACIONES
Al momento de escribir estas líneas, el futuro político de Estados Unidos aún está en entredicho.
Si
bien parece poco probable que la proyectada victoria del candidato demócrata,
Joe Biden, pueda ser revertida por vías legales como pretende hacerlo el
presidente Trump, lo cierto es que el republicano controla el aparataje estatal
y cuenta con la simpatía de la mayoría de los jueces de la Suprema Corte,
instancia que, en el peor escenario, terminaría por definir el resultado.
De
ahí, entonces, que los círculos demócratas estén más preocupados por reafirmar
el triunfo que ya los medios han declarado (no así el colegio electoral, que no
se instalará sino hasta el 14 de Diciembre), que en hacer una lista de quienes
han acudido al besamanos público a nivel internacional o cuándo y en qué orden
lo hicieron.
Y,
si poco les importa quiénes y en qué orden han acudido al besamanos público,
menos les importa si quienes lo han hecho son pseudoperiodistas que necesitan
de bots en redes sociales para inflar su número de lectores, candidatos
derrotados en los procesos electorales de sus países o personajillos señalados
por las anomalías en las que incurrieron al intentar formar un partido político
o, peor aún, por sus relaciones con personas sujetas a procesos legales en el
propio Estados Unidos con cargos de lavado de dinero y colusión con grupos del
crimen organizado.
Por
no hablar, por supuesto, de personajes mediáticos o videoblogers ridículos cuyo
“humor” resulta, cuando menos, cuestionable.
De
verdad, nada de esto le importa ni a los demócratas ni a su candidato...
Porque, por mucho que le duela a los comentócratas de los medios mexicanos, el
quién haya felicitado a Biden y qué tan rápido lo haya hecho, no tiene ningún
peso en el proceso electoral estadounidense ni en su posible resolución en
instancias legales.
Ese es el peso real de las felicitaciones
públicas a Joe Biden en este momento; ninguno... Y, por ende, el peso real de
no felicitarle hasta ahora es exactamente el mismo; ninguno.
Por
mucho que los comentócratas de los medios en México y los expertos en todo de
las redes sociales intenten centrar el debate público en un asunto tan
insignificante.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El patético usurpador, Opinión, virus informáticos
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