#SEXTEMBER2020 - LO QUE PASÓ DESPUÉS
Recuerden que pueden seguir diariamente el desarrollo de esta actividad en el foro de Faneo o bien, cada semana en el (casi siempre inactivo) Blog de los Habituales... Y, ahora sí, a lo que veníamos.
Sí,
hubo un niño impertinente entre la multitud que gritó cosas sobre su traje
nuevo (bueno, siendo honestos, sobre la ausencia de un “traje nuevo”) y eso
provocó algunas risas de la gente.
Pero
pronto su consejero le recordó que “sólo los inteligentes pueden ver el traje”
y se tranquilizó un poco; no era culpa del monarca que entre su pueblo hubiera
algunos tontos que no podían ver su maravilloso traje nuevo... Y, además,
mientras buscaba al propietario de la voz infantil que gritó aquellas mentiras,
encontró la mirada de ella, que le sonreía.
Sí,
el rey está contento.
Ahora están en sus habitaciones.
Claro,
no en la alcoba real, sino en el pequeño palacete que dedica para estas “indiscreciones
menores”, ubicado en la campiña, lejos de la mirada reprobatoria y burlona que
a veces le dedica la reina.
Ella,
como lo marca la discreción, se adelantó en el carruaje al que, después del
desfile, la subió su guardia real. Así que ya la esperaba desnuda.
Sí,
el rey está contento.
En cuanto él entró a la habitación ella le
sonrió.
Se
incorporó de la cama y empezó a acariciar la fina tela de las solapas del traje
sobre su pecho. El monarca agradeció a sus sastres que la tela fuera tan
elegante y fina, que pareciera no existir y se sintiera como si las manos femeninas
recorrieran su pecho desnudo.
El
rey es impaciente e intenta abrazarla por la cintura para atraerla hacia él y
que sienta, a través del pantalón tan especial, su erección... Pero ella sonríe
y se aleja.
Hace
el ademán de tomar las solapas del traje y quitárselo, mientras va besando el
pecho del rey, bajando y, en el borde justo del pantalón que sólo los
inteligentes pueden ver, se detiene y ríe por lo bajo.
El
rey es impaciente y busca desesperadamente unos cordones que, de pronto, no
puede encontrar y que necesita desatar para desnudarse... Y ella ríe, se
incorpora y, coqueta, se dirige a la cama para ocultarse bajo las sábanas.
El
rey desespera y, aunque no puede ver los cordones, finge desatarlo y despojarse
de un pantalón que, de cualquier forma, hace tiempo que no siente sobre su
erección.
Se
abalanza sobre ella y aparta las sábanas de un tirón... Sólo para encontrarse
con un puñal que se clava en su vientre, justo por arriba de su pequeño miembro
y que, lentamente, va subiendo dejando un camino de sangre... Mientras ella le
mira a los ojos y sonríe.
Mario
Stalin Rodríguez
Como decía la vez pasada, como no voy a hacer los 30 días del Sextember de este año, sino sólo cuatro; cada semana random.org me ayudará a elegir uno de los 30 temas del calendario.
En esta ocasión el elegido fue:
Etiquetas: 12 Uvas, El patético usurpador, Entrada programada, off topic
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