PERSISTIENDO
Seguimos, madre; seguimos.
No
es fácil, usted lo supo siempre; el camino se desvía y quienes creíamos
compañía, se tornan en extraños de un momento a otro. No es fácil, usted lo
supo siempre, pero seguimos, madre; seguimos.
A
veces parece que sólo podemos reaccionar. Que todas nuestras opciones se
reducen a la respuesta, a saber qué hacer en caso de... Nunca inventando, nunca
proponiendo; sólo respondiendo.
No
es así, por supuesto que no es así. Incluso cuando sólo respondemos, madre,
inventamos el camino que caminamos... Y seguimos, madre; seguimos.
Tal
vez éste sea el meollo del asunto; el camino que inventamos, el camino que
caminamos...
Seguimos,
madre; caminamos. En una u otra compañía, madre, caminamos... En una u otra
distancia el uno del otro, madre, pero juntos; todos los que somos usted,
caminamos, madre, juntos.
Y
nos acompañan en nuestros pasos los suyos, madre; siempre los suyos... Porque
somos usted, madre; en una u otra medida, nosotros, los que caminamos, somos
también sus pasos, siempre sus pasos.
Por
eso seguimos, madre; seguimos... Cansados, solitarios, cantando, riendo a
veces, melancólicos otras, en una u otra compañía... Seguimos, madre, caminando
el camino que inventamos, el camino que caminamos. Cada uno con sus propios
pasos, madre, que son nuestros, porque son también los suyos.
Seguimos,
madre; seguimos.
A mi madre
María Teresa Cuellar Salinas
(1950-2011)
seguimos siendo ella
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Entrada programada, in memorian, tratado sobre la necedad
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