El rumor de un desalojo reaviva la organización en los campamentos
El rumor de un desalojo reaviva la organización en los campamentos
El temor a una acción policiaca federal no impide las actividades políticas y culturales
La "marcha de las lámparas" irrumpió con canciones y consignas entre el silencio y la tenue iluminación de Reforma, ante el Bosque de Chapultepec, por los campamentos de Tlalpan y Xochimilco, instalados en el tramo del Museo Nacional de Antropología e Historia al Auditorio Nacional.
Es la 1:14 de la madrugada y la movilización, que comenzó en la glorieta de Colón con unas 50 personas, sumó al final cerca de 300, ante el rumor que ronda en los campamentos de la coalición Por el Bien de Todos, de una acción policiaca para desalojar por la fuerza a los manifestantes, a las 2 de la madrugada de este sábado.
El recorrido, en el que muchos de los manifestantes echaron mano de lámparas portátiles para alumbrar el camino, lo encabezaron el presidente y el secretario general del PRD capitalino, Martí Batres y Gilberto Ensástiga, respectivamente, y aunque se dijo que era para saludar a la gente, el mensaje fue "hacerles ver que estamos aquí y si algo pasa, todos nos la rifamos".
En la gente hay temor, pero saben, comentó Vladimir Rosales, de uno de los pueblos de Tlalpan, que "el miedo hace que uno le dé la espalda a los sueños", y la lucha por la democracia será larga, por la amenaza de quienes no quieren dejar el poder.
La noche transcurre en calma, y el rumor, que no pasó de ser sólo eso, no impidió el desarrollo de las actividades nocturnas del movimiento de resistencia civil pacífica. Mientras la mayoría duerme, algunos hacen guardia entre charlas con café y galletas, ven cine documental o televisión, leen, compiten en juegos de mesa, cantan las clásicas de Armando Manzanero y Julio Jaramillo, acompañados de una guitarra, escuchan un disco de Paquita la del Barrio o cascarean futbol o voleibol. Así transcurre la noche de la fuente de Petróleos al Zócalo.
Bares y restaurantes de Reforma, Polanco y Madero no parecen resentir el bloqueo
Bajo las lonas de la carpa de Tlalpan, al grito de "¡El que no baile es panista!", suena una cumbia y ocho parejas de jóvenes bailan. Mientras, no lejos de ahí, bares y restaurantes parecen no resentir el bloqueo, pues lucen llenos tanto el Hard Rock Live, en Reforma, como el Yushan, el Lipstick, el Tarará, en Madero, y restaurantes aledaños, como El Chiringuito, Puerto Madero y Big Red, en Presidente Masaryk.
En el campamento de la delegación Benito Juárez, Sebastián, estudiante de la UNAM, muestra su tienda. Autodidacta en resistencia civil, como la mayoría aquí, aprendió que si no se está habituado el sleeping no basta para dormir sobre concreto.
Instrumentos básicos de resistencia: una colchoneta, una cobija, un pants, para dormir cómodo, un desinfectante de manos, dentífrico, una botella de agua, elemento que aquí "realmente aprendes a valorar", y "unos calcetines de repuesto, por que si te mojas con la lluvia hay que cambiarse rápido para no enfermarse".
Hay tiendas individuales o de pareja, pero también hay "vecindades", donde se acomodan hasta 10 personas, y ahí es más difícil pasar la noche, por los mosquitos, el frío y los ronquidos, pero hay también quienes se quedan a la intemperie, sin más protección que una cobija y cartones debajo, para amortiguar el suelo.
Aquí, a pesar del temor a ser desalojados, los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se mantienen firmes en su demanda de que se cuente voto por voto.
Por la mañana se pasa revista de lo acontecido en la noche: dos palomazos que unos jóvenes trasnochados arrojaron desde su auto al campamento de Tláhuac, que al estallar asustaron a más de uno; algunas mentadas de madre con el claxon en los cruces de Reforma con Insurgentes y el Circuito Interior.
Ya de día, de nuevo en los campamentos corre el rumor de que el desalojo podría ocurrir la madrugada del domingo o del lunes, aprovechando el regreso a clases.
Pero siguen los programas culturales, talleres, competencias de ajedrez y la elaboración de Amlitos de plastilina; también hay que preparar la comida y aprovechar los pocos rayos de sol del día, que está nublado, para poner a secar cobijas sobre algunas sillas.
En tanto, en una manta en Reforma e Insurgentes se lee: "En estas avenidas está garantizado el derecho al libre tránsito a cualquier persona; los que no pueden pasar son los autos, que no tienen derechos humanos".
Etiquetas: Notas
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home