Discurso de Andres Manuel López Obrador (20/08/2006)
Me da mucho gusto saludarlos, una vez más. Me da gusto estar aquí con ustedes, hombres, mujeres, niños, jóvenes, gente mayor, a todos los que forman parte de este noble movimiento, de esta lucha en defensa de la democracia, la libertad y de la justicia.
Muchas gracias a todas y a todos los presentes. Estamos reunidas personas de distintas regiones del país, de diversas clases sociales y de la más amplia diversidad étnica y cultural, gente del campo y de la ciudad. Todos, hombres y mujeres libres y concientes, comprometidos a construir un México más justo y más democrático. Particularmente agradezco la compañía, el apoyo, de la gente humilde y de la gente pobre, que siempre ha sido la base y el propósito fundamental de nuestro movimiento.
Hemos cumplido, como aquí se ha dicho, 22 días desde que nos declaramos en asamblea permanente y desde que instalamos nuestros campamentos de la dignidad para demostrar nuestra firme defensa de uno de los derechos más elevados de nuestro pueblo: el derecho al sufragio efectivo y a la democracia.
Estamos aquí porque, como en otros momentos de la historia, un grupo de privilegiados se ha adueñado del poder y pretende anular la voluntad popular.
Es verdad que estamos molestos, indignados, por el atropello que esta minoría privilegiada intenta cometer, pero también nos llena de orgullo saber que somos millones los que defendemos esta causa democrática. Nos llena de alegría el tener la convicción de que ya empezamos a cambiar a México con nuestra lucha, con nuestra firme decisión de defender los derechos del pueblo, los derechos de todos los mexicanos.
Estamos haciendo uso pleno de nuestros derechos constitucionales y estamos resistiendo de manera pacífica y sin violencia.
Vicente Fox traicionó el anhelo de cambio democrático de los ciudadanos que lo eligieron pensando que cumpliría su promesa de terminar con el viejo régimen priísta. En lugar de proponerse transformar el país por la vía democrática, se dedicó en esencia a restaurar el sistema político caduco y negoció con las mafias y caciques que hoy detentan el poder en las regiones de nuestro país.
La más reciente prueba del contubernio en las elites del poder se está dando precisamente en Chiapas, donde los del PRIAN, sin recato alguno y de manera inmoral, se han unido para tratar de evitar que se instaure un gobierno emanado de la voluntad popular.
Pero aquí quiero decir hoy, día de las elecciones en Chiapas, que a pesar de esa unión de los mafiosos se va a imponer la mayoría del pueblo de Chiapas y vamos a ganar el día de hoy.
Hoy es un día de mucha actividad política y cultural. Estamos en esta asamblea. Luego, a las 4 de la tarde, en un acto cultural se va a presentar un Coro Monumental, precisamente en el Monumento a la Revolución, y a las 8 de la noche, de nueva cuenta, dirigentes de los partidos de la Coalición van a dar un informe sobre lo sucedido en Chiapas este día de elecciones, a las 8 de la noche en esta plaza.
Fox es un traidor a la democracia porque primero la utilizó como bandera para llegar al poder y luego la pisoteó para que una minoría reaccionaria continúe en el gobierno a cualquier costo, echando mano de los peores métodos políticos y de la guerra sucia.
A lo largo de su gobierno, Fox se dedicó a contrarrestar nuestro movimiento, se dedicó a atacarnos y a tratar por todos los medios de bloquear el Proyecto Alternativo de Nación que postulamos y defendemos millones de mexicanos.
Cuando llegó Fox a la Presidencia, no sólo en el país sino en muchos países del mundo, en el extranjero, se pensó que ya México había dejado atrás la antidemocracia y que se inauguraba una etapa nueva donde se iba a respetar la voluntad de los ciudadanos.
Todo eso se quedó en una promesa, en un sueño, como un deseo de mucha gente, porque Fox, en vez de afianzar la democracia como forma de vida, como sistema político, se dedicó a atacarnos y a querer mantener, perpetuar, el sistema antidemocrático.
Qué triste es todo esto. Lo que escuchamos ayer, por ejemplo, en una grabación precisamente de Chiapas, en donde el delegado del PRI de Chiapas le habla por teléfono al presidente del PAN y le dice, entre otras cosas: Jefe, ¿ya nos mandó lo que nos hace falta? Seguramente dinero para comprar voluntades, para comprar los votos, y le contesta el presidente del PAN: ya lo estoy viendo con amigos mutuos, lo estoy viendo con el gobernador de Durango, que llegó siendo postulado por el PRI, y lo estoy viendo con el de Puebla.
¡Imagínense! Ahora se explica el por qué de la impunidad al gobernador de Puebla, y lo estoy viendo también con Enrique, que a lo mejor es el gobernador del Estado de México.
Ayer decía yo que si Manuel Gómez Morín, fundador del PAN, o Manuel Clouthier estuviesen escuchando esa conversación, se volverían a morir de vergüenza.
Esto nosotros lo pronosticamos desde hace mucho tiempo. Dijimos que no había que confundirse, que no había diferencia entre el PAN y el PRI en las cúpulas, que siempre se ponían de acuerdo. Yo respeto a priistas y a panistas de abajo, pero los de arriba forman parte de un grupo compacto que tiene como único propósito defender privilegios y para eso no quieren que cambien las cosas verdaderamente en nuestro país, quieren mantener la misma política antipopular y entreguista y no les importa el destino de México y mucho menos el sufrimiento de todo un pueblo que cada vez está más necesitado de que haya un cambio para que se haga realidad la justicia social.
Esto es lo que estamos viviendo en estos momentos. Por eso no es exagerado hablar de que vivimos tiempos de definiciones, tiempos históricos. Todos estos reacomodos son parte de una etapa nueva y por eso, así como ellos se están reagrupando, están cerrando filas los que apoyan ese proyecto antipopular, ese proyecto de la derecha, así también nosotros estamos aquí, estamos unidos para consolidar este frente y defender un proyecto alternativo, un proyecto donde la gente de nuestro país, sobre todo los más humildes, los más pobres, sean los protagonistas fundamentales, ya no queremos que en México haya ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, ya no queremos que México sea un país de privilegiados, queremos que la patria sea de todos. Por eso es muy trascendente este momento.
A lo largo, decía yo, de su gobierno, Fox se dedicó a atacarnos y a tratar de frenar el Proyecto Alternativo de Nación que defendemos millones de mexicanos. Lo que debe de entenderse es que no es un asunto personal, no es que les caiga yo mal, que me vean con malos ojos, lo que no les gusta es lo que represento, junto con muchos mexicanos, junto con ustedes, no les gusta el proyecto que estamos defendiendo, que estamos postulando.
Esta semana se dio a conocer un video sobre la conspiración política urdida en mi contra, por el mismo grupo que ahora quiere robarnos la Presidencia de la República.
Puedo decir a ustedes que, cuando menos, hay tres momentos en los que Fox ha querido destruirnos políticamente.
Primero fue en el 2004, precisamente con los llamados videoescándalos. ¿Qué fue lo que plantearon entonces, o qué tramaron? Porque los perversos no piensan, traman. Plantearon de que si echaban a andar este escándalo de los videos yo iba a derrumbarme por completo, que iba yo a perder el apoyo de la gente, el respaldo de la gente.
¿Qué pasó con el paso del tiempo? Se demostró que para mí fue como la prueba del ácido, se demostró que yo no establezco relaciones de complicidad con nadie, se demostró que no pudieron, por más que lo intentaron, involucrarme en actos de corrupción.
En esa ocasión se pusieron de acuerdo los mismos que ahora, repito, quieren robarnos la Presidencia de la República. Se pusieron de acuerdo y ahora ya ha quedado bastante claro. No creo que los defensores oficiosos del régimen no acepten que sí hubo un compló, porque cuando lo denuncié, en su momento, se burlaban de mí, decían que alucinaba, que no tenia yo pruebas de lo que sostenía. Yo creo que ahora ya van a tener que reconocer que estaba yo diciendo la verdad.
En su momento dije: van a tener que ofrecerme disculpas. No creo que lo hagan pero sí me da mucha satisfacción el poder demostrar que sí se trata de una confabulación para afectarme políticamente.
Ahora ya sabemos que se trató de una conspiración avalada por Vicente Fox y que no me diga que no sabía. Si fuese un hombre de convicciones, incluso si fuese un hombre que hablara con la verdad, que no mintiera, si no fuese un falsario, estaría reconociendo que desde entonces quería hacerme a un lado. De nada le sirve ir hipócritamente a la iglesia y confesarse si una vez que sale de la misa empieza a actuar contrario a la verdad.
Se pusieron de acuerdo, en ese entonces, Vicente Fox, Carlos Salinas, Diego Fernández de Cevallos. Y miren, pueden decir que así es la política y se valen los ataques y las confrontaciones, pero aquí lo que se cuestiona no es nada más que se pongan de acuerdo para tratar de destruirme políticamente sino el uso faccioso de las instituciones del Estado. Eso es lo que no está permitido. No es nada más un asunto moral, es que también se viola tenazmente la ley.
En ese entonces utilizaron a la Secretaría de Gobernación, al CISEN, al sistema de espionaje del gobierno e incluso pagó el salón donde se recibió la denuncia a Carlos Ahumada. Llevaron hasta el Hotel Presidente, recordemos, al Ministerio Público a hacer una diligencia especial. ¿Cuándo en nuestro país el Ministerio Público se traslada para tomar la declaración de una persona en particular? Todo esto porque había la consigna, desde lo mas alto del poder, y utilizaron todo el aparato del Estado.
Como les falló su maniobra, inmediatamente después vino el asunto del desafuero. Esto ya en 2005. Estos mismos personajes, con la complicidad del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Azuela, que de pura casualidad ahora está diciendo que hay un articulo en la Constitución, el que tiene que ver con la defensa de la voluntad popular, dice que es anacrónico. ¡Imagínense al presidente de la Corte situándose por encima de la Constitución, que él está obligado a respetar!
En ese entonces, con la complicidad del presidente de la Corte, trataron de destituirme como Jefe de Gobierno y quitarme mis derechos políticos para impedir que mi nombre apareciera en las boletas de la elección presidencial de este año.
Pero como tampoco pudieron hacerme a un lado porque el pueblo me sacó a flote, porque el pueblo es mucha pieza, no pudieron con lo del desafuero pero desde entonces enfilaron sus baterías para impedir por todos los medios que yo llegara a la Presidencia de la República.
Hay constancia de sobra de que Vicente Fox se dedicó por entero a hacer el trabajo sucio en mi contra. Por ejemplo, en noviembre del año pasado, le pidió al presidente del Partido Verde Ecologista, Jorge Emilio González, que pactara con el PAN porque yo representaba un peligro para México.
Ya en plena campaña, Fox de manera permanente utilizó los medios de comunicación para atacarme. La injerencia del Ejecutivo, del titular del Poder Ejecutivo, no tuvo límites. Además de usar todo el aparato del gobierno, destinó cuantiosos recursos públicos para apuntalar al candidato de la derecha.
Descaradamente, antes y durante la elección, funcionarios de diversas dependencias federales realizaron actos políticos que tienen que ver con lo electoral y nada con su función pública. Aquí nos tocó escuchar la grabación del actual secretario de Comunicaciones hablando con el gobernador de Tamaulipas al día siguiente de la elección, al día siguiente del 2 de julio, interviniendo, en días de labores, y dedicado como delegado, como comisionado político, a favorecer al candidato de la derecha.
Utilizaron todas las dependencias federales para orientar los programas y condicionar los apoyos a que la gente votara por el candidato del PAN a la Presidencia de la República.
Inclusive, el Presidente se dedicó a presionar a los gobernadores del PRI y del PRD, de manera directa o través del secretario de Gobernación, a quienes les fijaron una cuota de votos y de dinero para apoyar al candidato de la derecha. Los que no se alinearon, los que dijeron que no estaban de acuerdo, tuvieron bloqueos y todavía les están reteniendo las participaciones federales y todavía ahora son amenazados y tratados como traidores a la Presidencia de la República.
Regresando a Chiapas, fue el Presidente del PAN a reclamarle al gobernador de Chiapas que por qué no había hecho lo que le correspondía para que ganara Felipe Calderón en Chiapas, que no se había alineado. Lo que le contestó el gobernador de Chiapas es que él no se metió y que fueron los chiapanecos los que decidieron mayoritariamente votar por nosotros. Ahí ganamos con 125 mil votos de ventaja.
En fin, son muchas las pruebas del uso que hizo Vicente Fox de la institución presidencial y de los recursos públicos para tratar de frenarnos. Es más, una semana antes de la elección, se reunió con un grupo de empresarios y dueños de medios de comunicación, y lo mismo, para decirles: hay que apoyar al candidato del PAN a la Presidencia porque por ningún motivo voy a permitir que gane el candidato de la coalición Por el Bien de Todos.
Pero me da mucho orgullo decir que, aún con toda esta actitud facciosa e ilegal del Presidente de la República, no pudieron ganarnos limpiamente el 2 de julio y tuvieron que recurrir al relleno de urnas, a quitarnos votos, a manipular el sistema de cómputo electoral y a falsificar los resultados en miles de actas de casilla.
Por eso, ante las pruebas del fraude cometido en estas elecciones, el candidato de la derecha y sus patrones, porque no olvidemos que a él lo ven como un simple gerente, como un pelele, como un títere, los que están detrás, los que lo tienen ahí y él mismo se han negado una y otra vez a aceptar nuestra propuesta de que se cuente voto por voto, casilla por casilla.
Es de sentido común. Como le dijo un maestro de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM a sus alumnos, en estos días: “Si yo voy caminando por la calle y me dicen ‘usted se robó una cartera’. Si no me robé nada, de inmediato digo que me esculquen, pero si soy culpable no dejo que me revisen y me evado”. Así actúa la derecha con el recuento de votos. El que nada debe, nada teme.
Si no se robaron nada por qué no permiten el recuento de los votos. Es más, en el recuento parcial ordenado por los magistrados del Tribunal Electoral ha quedado al descubierto que en el 65 por ciento de las casillas, de las 11 mil casillas que se abrieron, sobran o faltan alrededor de 120 mil boletas. Es decir, está plenamente comprobado que rellenaron las urnas y que, al mismo tiempo, nos quitaron votos, al grado que, y esto es muy sencillo si quieren resolver las cosas los magistrados, si sólo se anularan las casillas con boletas de más, tendrían que reconocer nuestro legal y legítimo triunfo en la Presidencia de la República.
Por eso estamos aquí en resistencia civil, esperando a que el Tribunal resuelva en definitiva sobre el resultado de la elección. Aunque también sabemos que nuestros adversarios, porque no nos estamos chupando el dedo, que nuestro adversarios tienen sometidos a fuertes presiones a los magistrados y no es aventurado decir que están a la orden del día los cañonazos de dinero o los ofrecimientos de cargos públicos para el futuro.
Los magistrados están emplazados, esa es la palabra, no por nosotros sino por la historia. Ellos tendrán que decidir si toman el camino de la traición o toman el camino de la dignidad, de la rectitud y del decoro. Ya se sabrá. Pronto vamos a saber cuál es el camino que han decidido tomar los magistrados.
Es por todo esto que reiteramos nuestra decisión: No vamos a permitir la imposición de un gobierno ilegítimo, de un gobierno espurio. Vamos a hacer valer la democracia, vamos a construir un México para todos, ya comenzamos, un México incluyente donde se respeten las diferencias, donde no haya distingos de raza, creencias, condición social o ideología.
Si los magistrados avalan el fraude y no respetan el voto ciudadano, si no se cuentan todos los sufragios, estarán terminando, ellos mismos, estarán terminando por desacreditar a las instituciones políticas y estarán quebrantando el orden constitucional.
Por eso sostenemos que si el Tribunal convalida el fraude, lucharemos por el inicio de una etapa nueva en la vida pública de México.
Todo esto lo haremos, como siempre, con el apoyo de ustedes, con el apoyo de la gente, con el apoyo del pueblo, haciendo valer la soberanía popular, impulsando las transformaciones que el mismo pueblo demanda.
¡Se va a terminar, eso sí se los puedo asegurar, se va a terminar la eterna comedia de mentiras, de hipocresías, de ridículas e irritantes farsas con que hemos vivido durante largos años!
Los principios constitucionales tendrán que ser respetados, haremos prevalecer el interés general y las instituciones dejarán de estar secuestradas por grupos de intereses creados.
Y debe entenderse que esta no es la lucha ni la decisión de una sola persona, sino la voluntad de millones de mexicanos decididos a defender sus derechos y a no permitir que siga imperando la pobreza y la desigualdad social.
Si el fraude se consuma y se rompe el orden constitucional, ya hemos convocado a todo el pueblo de México, con apego al artículo 39 de nuestra Constitución, a organizarnos y a participar en la Convención Nacional Democrática.
Esta Convención será un espacio para hacer oír la voz del pueblo y organizar la lucha democrática en todo el país. Se propone esta Convención unir a todos los mexicanos libres y decididos a cambiar, de una vez por todas, esta insoportable situación de opresión, de miseria y de injusticias que padecen nuestro pueblo.
La soberanía nacional, no olvidemos, es el poder supremo de los pueblos. Y como dice nuestra Constitución, todo poder público dimana del pueblo y se establece para su beneficio.
Según lo aclaró el Congreso Constituyente de 1917, cuando se discutió y se aprobó el artículo 39, en el Diario de Debates aparece que se sostuvo este artículo con argumentos como este, leo textualmente: “Siendo el pueblo soberano, es el que se da su gobierno, elige a sus representantes, los cambia según sus intereses; en una palabra: dispone libremente de su suerte”.
Con apoyo a este artículo es que estamos convocando a la Convención Nacional Democrática.
La decisión del Tribunal Electoral definirá la profundidad y el rumbo de nuestro movimiento. Si se convalida el fraude, repito, nuestro deber ciudadano será terminar con este sistema político basado en la farsa democrática y en las instituciones que sólo sirven para legalizar el abuso del poder.
En su lugar tendríamos que hacer valer la democracia como forma de vida. En esta tarea es y seguirá siendo nuestra principal fuerza la movilización conciente de los mexicanos, la movilización conciente de nuestro pueblo.
Esta lucha llegará hasta donde lo decida la representación de todos los pueblos, comunidades, barrios y colonias de México, que se reunirán en la Convención Nacional Democrática el próximo 16 de Septiembre.
La Convención podría, entre otras cosas, plantear el fin de la República simulada y construir las bases de un poder democrático, de un verdadero Estado social de Derecho, para llevar a cabo las transformaciones que el país necesita.
Para ello es importante promover un auténtico debate en todo el territorio nacional y necesitamos una verdadera representación de todos los pueblos, porque se trata de refundar a las instituciones para ponerlas en correspondencia con la Constitución y al servicio del pueblo.
Tenemos que prepararnos para que la Convención represente los intereses y los anhelos de la mayoría de todos los mexicanos, aquí vamos a decidir sobre el destino de la República el día 16 de Septiembre.
Amigas y amigos:
Nunca ha sido fácil la tarea de transformación nacional, nunca ha sido fácil y también aquí quiero aprovechar para decir que la democracia no se agota, no termina el día que va uno a depositar el voto. Eso es lo ideal, lo que quisiéramos, que con eso fuese más que suficiente. Porque hay quienes dicen: yo ya fui a votar y ya con eso contribuí, ya con eso participe. Pero la democracia es más que eso, es ir a votar pero también defender el voto ciudadano, sobre todo cuando quieren pisotear la voluntad del pueblo.
No estamos por gusto aquí. Estamos por necesidad, porque queremos que las cosas sean distintas en nuestro país. Y vuelvo a repetir, para que no quede la menor duda: no estoy encabezando este movimiento porque esté obcecado con llegar a la Presidencia de la República. Yo no lucho por cargos públicos, yo lucho por ideales y por principios.
Si se tratara de llegar a la Presidencia, yo les aseguro que hubiese sido relativamente fácil, era cosa nada más de negociar con los mafiosos, con los delincuentes de cuello blanco, con los privilegiados y no me hubiesen puesto tantos obstáculos, ya hubiese yo resuelto el problema de llegar con facilidad a la Presidencia.
Pero yo nunca voy a llegar a la Presidencia de la República ni voy a ocupar ningún cargo a costa de dejar trozos de dignidad en el camino.
Voy a mantener en alto mis principios. Pero además, imagínense, ¿de qué sirve llegar así, atado de pies y manos, comprometido con los que no quieren que haya un cambio verdadero, con los que quieren seguir con la misma política de sometimiento y de empobrecimiento para la mayoría de los mexicanos? Llegar nada más por la parafernalia del poder, a costa de la dignidad, es un precio que no estoy dispuesto a pagar.
Por eso que nadie se equivoque, no es la obsesión a ser Presidente de la República, estamos aquí porque lo fundamental es dejar a salvo la democracia. Por eso estamos en esa lucha.
Nunca ha sido fácil la tarea de transformación nacional, pero históricamente está demostrado que sólo así se reafirman los ideales de libertad, de justicia y de democracia.
De manera sincera sostengo que nosotros quisiéramos que fuera de otra forma, que no se molestara a nadie, que no tuviésemos la necesidad de resistir y de enfrentar las adversidades, pero también creo que si no luchamos con firmeza, nos arrasará el vendaval autoritario.
Por eso tenemos que pararnos firmes. Tengamos presente que el grupo que se cree amo y señor de nuestro país, los que detentan el poder, han demostrado más de una vez un nulo respeto por el pueblo, no tienen ningún sentimiento, ni ningún respeto hacia el pueblo.
Han exhibido, no de ahora, de siempre, una actitud de desprecio, una actitud clasista, racista, utilizan un lenguaje de odio cuando se dirigen a los de abajo, un desprecio y una prepotencia hacia la mayoría de los mexicanos, se sienten de sangre azul y eso jamás lo vamos a permitir, todos los mexicanos somos iguales
La verdad es que a esta minoría corrupta, porque eso son, rateros y hay que llamarlos por su nombre, ya estuvo bien de nada más llamar ratero al que se roba una bolsa en el mercado y seguirle dando trato de señor a los que se dedican a saquear el erario y se dedican a saquear a nuestra Nación.
Ya no podemos seguir con lo mismo de antes, de que se roban bienes nacionales y se hacen inmensamente ricos al amparo del poder público y no pierden ni siquiera su respetabilidad.
Tenemos que decir con mucha franqueza lo que representa esta minoría. A ellos les estorba la democracia y les molesta la participación de la gente en los asuntos públicos. La política, según ellos, es asunto de los políticos, el pueblo no cuenta.
Estamos iniciando una etapa nueva, la política no es asunto de los políticos, la política es un asunto de todos y eso es lo que vamos a hacer valer.
Por eso tenemos que pararnos firmes. Nuestro movimiento es pacífico, no vamos a usar la fuerza pero vamos a actuar, al mismo tiempo, con firmeza. No vamos de ninguna manera nosotros a aceptar imposiciones, no nos vamos a someter al oprobio, vamos a permanecer de pie todas y todos luchando por la justicia y por la democracia.
Amigas y amigos:
Tengamos todos la certeza de que estamos haciendo historia, de que estamos cumpliendo con nuestro deber como mexicanos. Como aquí lo expresó Marcelo Ebrard, no sólo estamos luchando por nosotros, estamos luchando por las nuevas generaciones, por los que vienen detrás de nosotros, por nuestros hijos, que no tengan nuestros hijos que reclamarnos el día de mañana que no hicimos nada porque nos dio miedo, que no hicimos nada porque actuamos con apatía, que podamos ver a nuestros hijos de frente y podamos decirles, contarles que cuando se presentó una circunstancia como la que estamos viviendo, supimos estar a la altura de los valores más elevados del ser humano.
Estamos cumpliendo con nuestro deber como mexicanos. Nuestra lucha es también el mejor homenaje a mujeres y hombres que en otras épocas nos han dado patria, que nos han dado libertad, justicia y democracia, que han forjado nuestros derechos y nuestras libertades, que han hecho de esta tierra, de este país, una cuna de hombres y mujeres dignos, que con su ejemplo han defendido y forjado el porvenir de México.
Les digo de nueva cuenta que estoy orgulloso de ser compañero de ustedes, amigo de ustedes. Estoy orgulloso porque ustedes están demostrando con decoro a muchos mexicanos y al mundo que son mujeres y hombres de buena voluntad, gente noble y decidida a defender el futuro de todos.
Aquí, en estos campamentos, no hay gente mala, no hay gente de malas entrañas, hay gente buena, aquí no hay rateros, aquí no hay ambiciosos, aquí hay gente que sólo tiene el corazón, los sentimientos para poder vivir mejor, como lo están exigiendo millones de mexicanos, por eso me siento muy orgulloso de ustedes.
Gracias de todo corazón, gracias por su entrega desinteresada. Aquí hay mujeres, hombres que desde el primer día, desde hace 22 días que hice un llamado, están aquí y no se han ido y claro que tienen problemas familiares y de ingresos, pero están aquí y esa es la nobleza que nos obliga a seguir adelante con nuestro movimiento.
Y no nos preocupemos cuando nuestros adversarios hablan del desgaste, de que nos vamos a desgastar y vienen y nos cuentan a ver si ya somos menos. No nos preocupemos por eso porque somos muchos, yo lo sé, millones, pero como dicen los abogados, aceptando sin conceder que se está menguando nuestro movimiento, tampoco nos preocupemos porque, aunque quedemos pocos, si tenemos la bandera de la justicia y la democracia en alto y si mantenemos nuestra autoridad moral, con eso es más que suficiente, con eso vamos a triunfar.
Gracias de todo corazón, gracias por su entrega desinteresada. Este país ya está cambiando por su generosidad y por la solidaridad que hace posible nuestra resistencia.
Nuestra causa es justa. Por eso estamos aquí y seguiremos todos juntos, porque todos juntos tenemos que sacar adelante los anhelos de libertad, de democracia y de justicia.
¡Que viva la resistencia civil pacífica!
¡Que viva nuestro pueblo!
¡Viva México!
Etiquetas: Memoría / olvido
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home