Los Falsificadores de la Democracia 17
DEMASIADOS FUNERALES
Cada
nuevo “escándalo” destapado por la oposición o ciertos “periodistas” ha sido,
en su momento, la “tumba del obradorismo” y lo ere incluso desde antes de las
elecciones en las que López Obrador resultara ganador.
Fue
la “tumba del obradorismo” la participación del entonces candidato presidencial
en los debates y lo fue el llamar “Riqui Riquín Canallín” a su contrincante PANista
en uno de estos, como lo fueron las “encuestas” que el Reforma publicaba
semanalmente, las únicas que ubicaban al PAN como posible ganador de la
contienda.
También
fue “la tumba del obradorismo” su toma de protesta y la frase de “me canso, ganso”
que en ella enunciara... Y así, cada semana, cada 15 días o cada mes, hay una nueva
“tumba del obradorismo”, hasta las más recientes como el montaje de los bienes
raíces texanos o el “escándalo” Collado-Scherer o el espionaje telefónico al
Fiscal Federal.
Cada
semana, cada 15 días o cada mes... Y, aún así, López Obrador mantiene una
aprobación cercana al 70% en todas las encuestas, incluso en las del Reforma y
el Universal, que cambian sus preguntas cada tanto en un desesperado intento de
modificar los resultados y todavía tienen que presentarlos de manera creativa.
Todo
lo cual deja una pregunta, ¿qué exactamente entienden ciertos “analistas
políticos” por “la tumba del obradorismo”? Porque la sentencia no parece
corresponder a ninguna realidad observable, sino a sus propios deseos.
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, Opinión, tratado sobre la necedad, virus informáticos
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