ATENCIÓN AL PÚBLICO
Fue sólo una ocurrencia espontánea.
Era
una de esas tardes más bien tendientes a aburridas, en las que por el módulo de
atención al público no se paraba ni una mosca... Veía pasar las horas y más
nada.
Ya
había terminado el libro que tenía pendiente y ahora sólo jugaba con los dedos
sobre el cristal del mostrador y así, pensando en todo y en nada, le llegó la
idea.
Lo
llamó...
No
eran precisamente pareja. Él intentaba llamar su atención algunas veces, cuando
se pasaba por el módulo de atención al público de camino a su oficina y a ella
le resultaba simpático y, a veces, hasta agradable... Pero, la verdad, la idea
nunca antes se le había cruzado por la cabeza.
Y
esa tarde aburrición, lo llamó...
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Cosas que suceden, tratado sobre la necedad
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