miércoles, noviembre 09, 2016

APLAUSOS

Aplaudamos, nos dicen, porque alguien tuvo el valor de empuñar una pistola y asesinar, a sangre fría, a cuatro asaltantes. Aplaudamos, nos dicen, porque alguien canjeó unos cuantos pesos, algunas joyas y teléfonos celulares por cuatro vidas.
            Aplaudamos, nos dicen, porque es más fácil aplaudir la acción de un pistolero solitario, que exigir que los cuerpos policiacos y las instancias de procuración de justicia cumplan con su deber y lo hagan apegados a derecho.
            Aplaudamos, nos dicen, porque los asesinos están aquí para protegernos...

Y seguirán pidiendo aplausos, seguramente, cuando los asaltantes empiecen, ellos también, a empuñar pistolas en vez de navajas...
            Y los asesinos, entonces, empezarán a cargar otras armas...
            Y seguirán pidiendo aplausos, seguramente, conforme la violencia crece...

Hasta que un día, más temprano que tarde, sucederá lo que ha sucedido siempre que los asesinos se proclaman “defensores” y los civiles desarmados deberán empezar a pagar por la “protección”... Y seguirán pidiendo aplausos.
            Hasta que un día, más temprano que tarde, sucederá lo que ha sucedido siempre que dos bandos armados, tras haber perdido hasta el mínimo rastro de las causas que dieron origen a la violencia, se enfrentan entre ellos; los civiles desarmados serán las víctimas... Sí, aquellos a quienes los “asesinos” protegen, caerán en medio del fuego cruzado.
            ¿Seguiremos aplaudiendo entonces?...


Mario Stalin Rodríguez

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