jueves, diciembre 18, 2014

UNA AMANTE COMPLACIENTE

Aquí iría una segunda reinterpretación mía sobre una tira de El Listo... Pero, al final, me pareció una mejor idea que fuera su trazo lo que diera la bienvenida a los párrafos que, finalmente, hablan de él.
De vez en cuando volvemos a la calle, a las plazas y a lo que haga falta, porque seguimos queriendo justicia. Seguimos queriendo los derechos y libertades que nos están quitando (…). No pedimos imposibles. Y no somos violentos. Sólo queremos que pare el saqueo y seguimos buscando formas para lograrlo”.
Xavier Águeda

Seguimos creyendo en la necesidad de la justicia social y del pensamiento utópico, a pesar de todo o precisamente por eso
Carlos Monsiváis.

Nunca me ha quedado muy en claro si dibujando y escribiendo podremos cambiar el mundo... Creo, en última instancia, que retratando la realidad y mostrándola en trazos y párrafos nos hacemos conscientes de qué está mal en el mundo y podemos, así, tomar acciones para cambiarlo.
                Será que, como sugerían desde Oscar Wilde hasta Vargas Llosa, desde las letras y las líneas no podemos transformar la realidad, pero sí mostrar otra realidad posible; abrir ventanas a amaneceres distintos, a horizontes mejores y empezar a caminar hacia ellos.
                Será, también, que estos horizontes tienen la cualidad de la utopía de Galeano; ser inalcanzables y hacernos caminar.
                Y será, por extraño que suene, que toda esta disertación literato-sociológica tiene algo que ver con el título de esta líneas y con ese familiar extraño que es el autor del primer epígrafe.

Queda escrito; nunca me ha quedado claro si dibujando y escribiendo podemos cambiar el mundo... Pero sé que dibujando, escribiendo y leyéndonos, vamos encontrándonos; reconociendo en el otro los fragmentos que nos hacen similares y distintos e, incluso a la distancia y sin habernos jamás visto las caras, cómplices y compañeros.
                Será, entonces, que dibujando, escribiendo y leyéndonos nos vamos encontrando y cambiándonos. No al mundo, no a la sociedad; a nosotros, uno por uno, poco a poco...
                Y será que, si Mao tenía razón y hasta el viaje de mil kilómetros empieza con el primer paso; es así, encontrándonos y cambiándonos uno a uno y poco a poco, como empezamos a cambiar el mundo.
                Será, no se dude, que todo esto tiene algo que ver con donar libros a la biblioteca de una acampada en una plaza pública y con un trago que algún día alguien me invitará, si no pago yo primero.

Y será que todo lo anterior es una forma un tanto extraña de empezar a hablar de un libro que no trata de manifestaciones ni de cómo cambiar el mundo, aunque sí habla un poco de banderas y sobre la preferencia de quemarlas a enarbolarlas... Y mucho sobre encuentros, objetivos y reinventarse a uno mismo.
                “UnaAmante Complaciente” es el tercer libro de Xavier Águeda y, creo haberlo dicho antes, soy muy fan de éste y de su personaje El Listo.
                No se trata, como pudiera pensarse, de una recopilación de sus tiraserótico-festivas, sino de una especie de memorias sobre sus experiencias en la red de redes, de cómo llegó a ella, de sus objetivos originales, de cómo estos no se han cumplido aún y de cómo esto no importa tanto.
                Trata, sobre todo, de la forma en que él y la red fueron cambiando. De los encuentros y desencuentros que hubo a lo largo de este camino... Y de cómo estos han ido cambiándolo y reafirmándolo (que, no se extrañen, no son necesariamente términos contradictorios).
                Como toda autobiografía que merezca la pena, habla de los hechos en gerundio, porque afortunadamente la historia de Águeda y el Listo en la red aún no acaba... Será que es lo que tienen los necios en su acepción de obcecados; que siguen caminando para encontrarse.

Decía al inicio de todo esto; no me queda claro si dibujando y escribiendo podemos cambiar el mundo... Pero será, tal vez y con perdón de la autocita, que algún día el anónimo hijo de un anónimo comisario toma entre sus manos un libro de Xavier Águeda y ve en él otro mundo; uno donde reír no es delito y los libros no acaban bajo las botas de los policías.
                Y será, por supuesto, que así se empieza a cambiar el mundo...

Mario Stalin Rodríguez

(“Una Amante Complaciente” puede ser adquirido en formato físico online o en alguna de las paradas de la GiraComplaciente).

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