CÓMPLICES
Se me acaban las palabras; no tengo
términos para el sinsentido que se perpetúa.
Las
imágenes siguen mostrando a niños, mujeres e inocentes desmembrados,
ensangrentados; muertos por la ambición de quien se esconde detrás de “guerra
más justa”, como si pudiera haber un rastro de justicia en el exterminio de
todo un pueblo.
Se
me acaban las palabras... Y las muertes siguen... En el fondo, somos nosotros
un poco sus asesinos.
Es nuestro silencio lo que nos hace
cómplices del criminal... Y es sólo rompiéndolo que empezaremos a detener la
ignominia...
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El Nombre de la Ignominia, tratado sobre la necedad
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