PERSISTENCIA EN FEMENINO

Me construyo en femenino.

                Hasta donde me es posible saber; la mayor parte de mi, la mejor parte de mi, ha sido edificada por las mujeres quienes me han querido y he querido. Tómense estos cariños en el sentido más amplio posible y, aún así, los puntos de contacto entre ambos universos no son tantos ni tan poco como podría suponerse.

                Si bien es cierto que de mi padre heredé no pocos algoritmos, fue de mi madre de quien apropié la visión del mundo y la forma de vivirlo, la conciencia de que la vida cobra sentido cuando la vives con otros, que la felicidad se construye, construyéndola con los otros.

                Hasta donde puedo recordar, conforme mi universo crecía, más y mayores eran los tabiques femeninos que me fueron construyendo...

                Poco a poco, me fui construyendo de ellas; de las mujeres con quienes he estado, quienes en mi han estado. Aprendí de ellas a cambiar el mundo, aprehendí de ellas las formas de cambiarme al mundo.

                Fueron y son cómplices, parejas, amigas. Tormentas de mis océanos, sales de mi mar; el desvelo y el reposo de mis noches, madrugadas y mañanas... Nuestros caminos se han cruzado y no siempre se han separado en los mejores momentos ni de la mejor de las maneras. Nuestros caminos se cruzaron y, en algunos casos, incluso distantes o paralelos, siguen juntos.

Me construyo en femenino… Y son estas líneas, entonces, un homenaje a esa parte, la mejor parte de mi; las mujeres todas que con sus presencias y ausencias me conforman.

Mario Stalin Rodríguez

8 de Marzo

Día Internacional de la Mujer.