NAVEGANDO TIERRA ADENTRO

Hace un año, días más, días menos...

-¿Entonces?

-No lo sé, también soy nuevo en esto.

-Pero alguna idea debe tener, ¿no?

-Supongo que levamos anclas y partimos...

-¿Hacia dónde?

-Allá está el frente, acá atrás... cada quien decide a dónde ir; yo, personalmente, prefiero moverme adelante y un poco a la izquierda.

-Eso no tiene sentido... Voy a hablar con el capitán.

-No tenemos uno de esos en este barco... O, bueno, tal vez lo correcto sería decir que tenemos varios; usted, la niña, yo... Cada uno es el capitán y ninguno lo es.

-¿Barco, dice? Ha notado que no estamos en el mar, ¿verdad?

-Hay mares y tormentas, es sólo que son distintos, como distinto es este barco.

-Esto no tiene sentido.

-Alguno habremos de encontrarle... Confíe en mi, llevo algún tiempo ya navegando en aguas desconocidas.

-Creí que había dicho que también era nuevo en esto.

-Y lo soy... Siempre se es nuevo en aguas desconocidas; de otra manera dejarían de ser desconocidas.

-¿Y el puerto? ¿También el puerto es desconocido?

-Adelante y a la izquierda, espero... Si no lo hayamos o no nos gusta al que lleguemos, ya inventaremos uno.

-...

-Navegar es un poco como los puentes, ¿sabe? No importan tanto los territorios que unen, como las personas que los cruzan.

-¿Usted y yo?

-¿Ve? Así es como empezamos a navegar...

Mario Stalin Rodríguez

Hoy, días más o menos, hace un año empezamos una travesia nueva, inesperada y extraña... Gracias por este tiempo y, sobre todo, gracias por lo que nos queda aún por delante.