AÑORANZAS COLONIALES
El sexenio de Calderón, que iniciara con una gran crisis de legitimidad, pareciera destinado a terminar en medio del escándalo y con aún menos credibilidad de la que tuviera al inicio (si acaso eso es posible), supeditándose no sólo a los intereses oligárquicos que le dieran la silla presidencial, sino a los dictados de la vieja metrópoli de allende los mares.
Ante todo, conviene la distinción, Repsol NO es España, ni los intereses de la petrolera son los del país ibérico. Repsol es una empresa transnacional de capital español (mayoritariamente, pero no únicamente), cuyas ganancias son, además, manejadas a través de una serie de paraísos fiscales, a fin de evadir impuestos en los países donde realiza trabajos de exploración (pocos) y explotación (mucha) y, por supuesto, los de España.
La seminacionalización de la petrolera YPF de Argentina no es, entonces, un conflicto entre España y el país sudamericano, sino entre el último y una empresa depredadora que, en aras de mayores ganancias, especulaba con la riqueza energética del suelo argentino, obligando al gobierno de la Casa Rosada a importar combustibles (que le eran vendidos, no se dude, en buena medida por Repsol y sus subsidiarias).
La reacción del Presidente de Gobierno de España era previsible, dada la naturaleza de su agenda económica y los intereses a los que nunca ha negado servir. El arrebato del anacrónico jefe de la casa Borbón era de esperarse, desesperado por ocultar bajo cualquier capa, los cuestionamientos que a la institución monárquica ha provocado su propio comportamiento.
Pero si las reacciones de la casta gobernante española, si bien ridículos y preocupantes, eran previsibles… No lo es tanto, la reacción que la decisión argentina provocó entre la clase política mexicana.
Calderón ha tachado a la administración de Kitchner de irresponsable, pues desde su óptica, defender la soberanía energética no es papel de un Jefe de Estado.
El títere de las televisoras, la marioneta del conservadurismo y el patético patiño, han dejado ver, de nuevo (y como si hiciera falta) su total ignorancia de la historia, de los funcionamientos de la economía y del mínimo respeto diplomático hacia las decisiones soberanas de países externos.
Desde la óptica que se quiera, es preocupante que, en año electoral, tres de cuatro presidenciables, además del saliente ocupante de los Pinos, adopten posiciones mucho más beligerantes que, por ejemplo, las de la Secretaria de Estado del gobierno estadounidense.
La seminacionalización de la petrolera YPF de Argentina no es, entonces, un conflicto entre España y el país sudamericano, sino entre el último y una empresa depredadora que, en aras de mayores ganancias, especulaba con la riqueza energética del suelo argentino, obligando al gobierno de la Casa Rosada a importar combustibles (que le eran vendidos, no se dude, en buena medida por Repsol y sus subsidiarias).
La reacción del Presidente de Gobierno de España era previsible, dada la naturaleza de su agenda económica y los intereses a los que nunca ha negado servir. El arrebato del anacrónico jefe de la casa Borbón era de esperarse, desesperado por ocultar bajo cualquier capa, los cuestionamientos que a la institución monárquica ha provocado su propio comportamiento.
Pero si las reacciones de la casta gobernante española, si bien ridículos y preocupantes, eran previsibles… No lo es tanto, la reacción que la decisión argentina provocó entre la clase política mexicana.
Calderón ha tachado a la administración de Kitchner de irresponsable, pues desde su óptica, defender la soberanía energética no es papel de un Jefe de Estado.
El títere de las televisoras, la marioneta del conservadurismo y el patético patiño, han dejado ver, de nuevo (y como si hiciera falta) su total ignorancia de la historia, de los funcionamientos de la economía y del mínimo respeto diplomático hacia las decisiones soberanas de países externos.
Desde la óptica que se quiera, es preocupante que, en año electoral, tres de cuatro presidenciables, además del saliente ocupante de los Pinos, adopten posiciones mucho más beligerantes que, por ejemplo, las de la Secretaria de Estado del gobierno estadounidense.
Mario Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El patético usurpador, Opinión, tratado sobre la necedad
3 Comments:
500 entradas (501, para ser precisos) ya y más de 50,000 visitas... Números tyan redondos, merecen, supongo, una celebración...
Ha expuesto el caso con gran claridad, cosa que los medios locales aun no han logrado y no creo que lo hagan.
Saludos.
"El artista antes conocido como el Jardinero del Kaos"
Como siempre, pones el puntito sobre alas "ies". Nos está tocando vivir una época un poco extraña y pretenden además hacernos creer que somos tontos.
Llevo mucho sin comentar, estoy hasta arriba de trabajo y no tengo tiempo para nada, pero no olvido a los amigos.
Besicos muchos.
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