INDIGNOS E INDIGNADOS plus
El asalto al cielo
Son pocos, acaso sólo algunos cientos instalados en la ahora llamada Plaza Libertad, soportando la intemperie del Otoño neoyorkino… Son pocos, sin aparatos de sonido pero con muchas ganas de hacer ruido… Son pocos, acaso algunos cientos; así empieza el sitio de la capital del imperio.
No hay, ni se busque, en el parágrafo anterior incorrección geopolítica alguna; se habla de Nueva York y de la capital del imperio y se entienden ambas como una misma localización… Y es que de eso se trata en buena medida, de empezar a entender que los centros del Poder se encuentran, sobre todo, en los centros financieros.
Las decisiones que afectan a millones de personas a lo largo del mundo, sumiendo la economía global en un estado de pauperización constante son tomadas por el capital, por el mercado al que los gobernantes parecen dedicarle nuestro sacrificio; por el mercado al que los gobernantes dedican nuestros sacrificios.
De esto se trata, en alguna medida, la ocupa de Wall Street; de ubicar al enemigo como el sistema económico y por sus personeros en administraciones políticas, llámense estos Zapatero, Calderón, Obama, Piñera o cualquiera que sea el nombre del representante local de la camada de asesinos.
Comparativamente, el valor numérico de los campistas de Nueva York es significativamente menor al de quienes en otras latitudes se rebelaron contra el mismo sistema… Hay, sin embargo, en ellos y con ellos un valor simbólico que poco tiene que ver con su número.
Han ido y permanecido a las puertas del centro financiero por excelencia.
Su organización es espontánea y no pocas veces caótica… Y, sin embargo, se mueve…
No hay, ni se busque, en el parágrafo anterior incorrección geopolítica alguna; se habla de Nueva York y de la capital del imperio y se entienden ambas como una misma localización… Y es que de eso se trata en buena medida, de empezar a entender que los centros del Poder se encuentran, sobre todo, en los centros financieros.
Las decisiones que afectan a millones de personas a lo largo del mundo, sumiendo la economía global en un estado de pauperización constante son tomadas por el capital, por el mercado al que los gobernantes parecen dedicarle nuestro sacrificio; por el mercado al que los gobernantes dedican nuestros sacrificios.
De esto se trata, en alguna medida, la ocupa de Wall Street; de ubicar al enemigo como el sistema económico y por sus personeros en administraciones políticas, llámense estos Zapatero, Calderón, Obama, Piñera o cualquiera que sea el nombre del representante local de la camada de asesinos.
Comparativamente, el valor numérico de los campistas de Nueva York es significativamente menor al de quienes en otras latitudes se rebelaron contra el mismo sistema… Hay, sin embargo, en ellos y con ellos un valor simbólico que poco tiene que ver con su número.
Han ido y permanecido a las puertas del centro financiero por excelencia.
Su organización es espontánea y no pocas veces caótica… Y, sin embargo, se mueve…
Mario Stalin Rodríguez
Etiquetas: Opinión, tratado sobre la necedad
4 Comments:
Y en estas latitudes se sigue
Buenas noches
he paseado un rato por tus letras,
permite que te felicite,
un saludo
Y ojalá se siga moviendo, porque el mundo necesita esa movida. Los políticos nos llevan al caos y necesitamos reaccionar.
Besicos muchos.
Lo importante es que vayan, sean 10, 100 o 100000. Siempre que haya 1 persona indignada, habrá 100 más que estén de acuerdo y que, quizás, se animen a alzar su voz también.
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