SOBRE LOS HOMBROS DE GIGANTES
“Si he mirado más lejos es porque he caminado sobre los hombros de gigantes”Sir Isaac Newton
"Y me bajé”Teresa Azucena Rodríguez
Esto no es un homenaje, no espere, padre, el listado exagerado de sus virtudes reales o inventadas. Tanto más, es una arenga, una exigencia; una forma de decir gracias.
Porque no puede irse, padre, no puede dejarnos así; sin sus luces, sus sombras y sus contradicciones; no puede dejarnos sin nosotros... Porque, bien que nos pese, padre; somos usted.
Somos las ausencias con o sin justificación, somos las decepciones, somos el favoritismo a ratos hacia uno o hacia otro, somos los enojos, la frustración... Bien que nos pese, padre, de todo ello aprendimos y fuimos construyéndonos.
Y también aprendimos a sentir con las tripas, padre, cada injusticia, cada caída, cada muerte... A indignarnos del mundo, a querer cambiarlo... Aprendimos también, padre, la ira.
Y aprendimos a pensar el mundo, a entenderlo para cambiarlo, a navegar conociendo el origen, pero sólo intuyendo el destino... Aprendimos a construirnos puertos, a inventarnos mañanas... Aprendimos, padre, la esperanza.
No puede irse, padre, porque necesitamos su ira y sus contradicciones... Porque aún hay caminos por inventar y porque el puerto aún debe ser construido.
No puede irse, padre, porque aún necesito su ira, sus contradicciones... Y su esperanza.
Porque no puede irse, padre, no puede dejarnos así; sin sus luces, sus sombras y sus contradicciones; no puede dejarnos sin nosotros... Porque, bien que nos pese, padre; somos usted.
Somos las ausencias con o sin justificación, somos las decepciones, somos el favoritismo a ratos hacia uno o hacia otro, somos los enojos, la frustración... Bien que nos pese, padre, de todo ello aprendimos y fuimos construyéndonos.
Y también aprendimos a sentir con las tripas, padre, cada injusticia, cada caída, cada muerte... A indignarnos del mundo, a querer cambiarlo... Aprendimos también, padre, la ira.
Y aprendimos a pensar el mundo, a entenderlo para cambiarlo, a navegar conociendo el origen, pero sólo intuyendo el destino... Aprendimos a construirnos puertos, a inventarnos mañanas... Aprendimos, padre, la esperanza.
No puede irse, padre, porque necesitamos su ira y sus contradicciones... Porque aún hay caminos por inventar y porque el puerto aún debe ser construido.
No puede irse, padre, porque aún necesito su ira, sus contradicciones... Y su esperanza.
Mario Stalin Rodríguez
Febrero de 2011
Febrero de 2011
Etiquetas: tratado sobre la necedad
7 Comments:
¡Joder, Mario! Me has hecho emocionarme... No tengo muchas palabras para expresar, ahora que estoy en el trabajo y tengo que contener la emoción...pero... en fin... ¡ánimo! seguro que aún quedan contradicciones que analizar y serán analizadas... Un beso enorme (MARÍA)
Mario, es muy bonito y emocionante lo que escribes. Estará siempre en esas contradicciones, en esas iras, en esas enseñanzas que recibiste y que tú impartes al mismo tiempo. Estará siempre en tí y tú en él. Un beso grande y cuídate para estar. Aquí me tienes.
Un texto muy hermoso, querido. Espero que todo se solucione y vivan mas momentos juntos. Yo quisiera tener esa oportunidad otra vez, supongo que hay que arreglar el asunto de la distancia (no solo fisica).
Toda la fuerza del mundo, te quiero mucho mucho, H!
Besitos y abrazos!
Bye!
PS: Tambien me sacaste una sonrisa :)
La palabra padre y lo que nos han inculcado sobre ella está sobrebalorado, al padre y al no padre se le quiere porque se hace querer. Tu que dices las cosas sin decirlas... no es bueno echar en falta la ira, lo se de buena tinta
me encanta el dibujo
Fuerza y sepa que cuenta con un servidor para lo que necesite.
un saludo
Yo me he quedado sin palabras ante estas tuyas tan intensas y hermosas, así que ya callo...
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