miércoles, enero 19, 2011

LA MITIFICACIÓN DEL MONSTRUO

Advertencia, en el siguiente post dejo salir todas mis tendencias meapilas, comecuras no, que me indigesto... Si es usted una de esas personas que están más que contentas por la obvia beatificación del anterior sumo pontífice o, incluso, llegó a tomarse fotos ante pinturas monumentales del mismo, tal vez no debería leer las próximas líneas... Mejor dicho, debería leerlas.


“Con la Iglesia hemos topado”

Karol Wojtyla, quien fuera internacionalmente conocido por el alias de Juan Pablo II, ha sido beatificado y, nos dicen quienes opinan sólo por tener quien reproduce sus no demasiado coherentes palabras, debemos congratularnos por ello.
Al margen de las creencias personales sobre la existencia o imposibilidad de un dios todopoderosos creador del universo y del derecho de todo grupo humano a perpetuar sus propios mitos, la muy previsible beatificación (y posterior santificación) del extinto papa polaco debe ser entendida en un contexto mucho mayor.

La primer imagen que llega a la mente ante la mención del difunto portador del gorro de san Pedro, tal vez es la de sus últimos días, títere funesto que, aquejado por el parkinson, balbuceaba entre sueño y sueño, no el fruto de su mente (ida, probablemente, mucho tiempo antes que su vida), sino las palabras que es su boca ponía el consejo de cardenales.
Puede ser que más que al asco y la repulsión, esta imagen llame a la compasión por este triste personaje, mantenido en el trono de Roma mucho más allá de su tiempo y fuerzas. Y puede ser, también, que esta imagen nos borre la verdad histórica del personaje.
Mucho más allá del patético muppet de los últimos tiempos, Juan Pablo II fue el papa que, mientas hablaba de piedad y asistencia a los menos afortunados, se sentaba a la mesa del poderoso y compartía el pan y el vino con los tiranos. EL papa que nunca condenó a los dictadores latinoamericanos, pero que recibió personalmente en sus aposentos a más de uno de estos usurpadores.
El papa que promovió una agenda social no basada en las reivindicaciones de un reparto más equitativo de la riqueza, sino en la perpetuación y acrecentamiento de la desigualdad, a fin de asegurar la continuidad de la caridad.
La apresurada (aunque previsible) beatificación del polaco no es otra cosa que un certificado de perpetuidad para la impunidad. Impunidad a quienes bajo su tutela y con perfecto conocimiento, hicieron del abuso a los inocentes el sello de la iglesia católica.
Es entonces, también una declaración de continuidad. De una iglesia que cierra los ojos ante la pandemia de SIDA que carcome África, ante la violencia de género, ante la desigualdad social, ante los abusos del poderoso...

Congratulémonos, dicen las voces de siempre, porque la beatificación de Karol Wojtyla es signo de que todo sigue igual...

Mario Stalin Rodríguez
Ya está, puede que no haya gustado, pero tenía que decirse... La próxima semana, toca fauna informática.

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6 Comments:

Blogger BENHUMEA said...

irrefutable tu razon, pero tambien respetable la de los otros no?, joo si te leo me sale lo comecuras y meapilas jajaja

Un besito enorme¡¡¡

7:55 a.m.  
Anonymous Miss G said...

Jajajaja, para serte sincera, no tenia idea de esto, siempre lo mostraron como alguien muy... puro? (y eso que ni soy catolica ni religiosa), pero no me extrania. Toda la gente se corrompe o contradice sus ideas en algun momento. TODOS.

En fin, corto pero al grano. Me gusto mucho.

Besitos y abrazos muchos!

12:32 p.m.  
Blogger Jardinero del Kaos said...

Carol Godzilla beatificado, mire usted
y bueno añadiran otra carta al mazo de los santos y lucraran con estatuas, y demas porquerias con la cara del tipo.

lo que si, será un producto con un nombre muy poco comercial.

San Juan Pablo??? como que es muy largo

San Carol??? se presta a la confusion de sexo

saludos

6:57 p.m.  
Blogger Isabel said...

Muy bien!! ¿y por que no me iba a gustar? Si es verdad, pura verdad lo que escribes...
Los hombres de esa iglesia hace cientos de años que viven en la corrupción, ya está yo también lo dije

11:04 a.m.  
Blogger Zafferano said...

Pues a mí me ha encantado. No habría sabido expresarlo mejor. has hecho justicia a mis propios sentimientos.
El pobre papa casi se merece esa beatificación por las torturas a las que fue sometido en sus últimos y largos días... Total, ellos se lo guisan y ellos se lo comen.

Muy muy bueno.

Un besote!

2:39 p.m.  
Blogger Goblinoide said...

Pues sí, hijo, sí, la Iglesia es una mierda creada por el hombre que poco tiene que ver con quien sea que haya allá arriba. Sin embargo, tengo que romper una lanza a favor de Juan Pablo II: era mucho mejor que el neonazi que tenemos ahora ahí sentado, cual Emperador de Star Wars.
Que Thor (¡ups!) nos pille confesados

5:04 a.m.  

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