SAPIOFILIA
El tacto le resulta extraño; sus apéndices
van recorriendo la tersa exodermis de la criatura y, para su sorpresa, se
encuentra disfrutándolo...
De
acuerdo a lo que siente, la especie de la criatura debió tener, hace mucho
tiempo, el cuerpo cubierto por un fino vello. En la actualidad son lampiños,
pero conservan poros capilares vestigiales en algunas zonas del cuerpo, sobre
todo alrededor de los órganos genitales.
Conoce
la anatomía de la criatura perfectamente, los suyos llevan mucho tiempo estudiando
a la especie... Recorre a lo largo de las vértebras torácicas, hasta las
lumbares... Lo hace una y otra vez, el concepto de cuerpos óseos le resulta tan
extraño como fascinante.
Finalmente,
el apéndice llega hasta la el tejido adiposo... Localiza el centro y empieza a
penetrar con gentileza... La criatura emite un sonido de negación, pero el tono
no parece corresponder al sentido.
A
eso se le dificulta interpretar el lenguaje oral... Entre los suyos la
comunicación es táctil, aprovechando la capacidad de modificar la textura de su
exodermis y las glándulas excretoras de hormonas... Tal vez no interpretó bien
los deseos de la criatura, así que empieza a retirar su apéndice, pero ella le
detiene con su apéndice prensil...
Lentamente,
subiendo a través de la parte superior de los apéndices de apoyo de la criatura,
otro apéndice hidrostático llega hasta el órgano sexual... Y penetra.
Todo empezó cuando el artefacto se estrelló
contra su planeta.
Tardaron
mucho en lograr interpretar el mensaje contenido en el disco de metal que
acompañaba, sobre todo porque los conceptos les resultaban extraños... Sólo el
reconocimiento de los patrones de sonido les permitió empezar a descifrar aquello.
No
era la primera vez que se encontraban con especies autoconscientes, de hecho,
experiencias anteriores los habían vuelto desconfiados... pero algo en la
aparente fragilidad de estas criaturas despertó su curiosidad, así que
emprendieron el viaje para encontrarles.
Nunca esperó encontrarse a sí misma en esta
situación.
El
contacto con los “calamares” había sido violento... No por parte de aquellas
cosas, por supuesto; sólo habían aparecido ante la colonia espacial, emitiendo
música...
De
hecho, eso era un prisionero... Y ella la encargada de intentar comprender a su
especie... Pronto le fue evidente que la “música” que emitía no era su “idioma”
natural, sino un intento de imitar los patrones lingüísticos humanos...
El
proceso fue largo, lleno de fallos. Hasta que, finalmente, pudieron empezar a
comunicarse...
El concepto de “sexo” le resulta extraño...
Prácticamente inmortales, la reproducción entre los suyos ocurre en raras
ocasiones y ocurre por partogénesis individual.
La
idea fue de la criatura; ya que eso podía imitar los patrones de sonido que
conformaban su lenguaje, intentarían una comunicación táctil, obviamente
limitada por la incapacidad de la especie humana de variar las texturas de su exodermis.
Empezaron
probando con tacto en los apéndices prensiles y el rostro de la criatura, sin
grandes resultados... Hasta que ella llevó uno de los apéndices de eso hasta el
interior de su orificio bucal.
Las
sensaciones fueron distintas al tacto de la exodermis, aunque eso no podo descifrarlas,
lo cierto es que eran más familiares que los patrones de sonido... Así que la
criatura sugirió probar otros “caminos”, que le permitieran a eso llegar hasta
otras texturas y glándulas...
Mario
Stalin Rodríguez
Etiquetas: Cosas que suceden, Entrada programada, off topic
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