NO ESTAMOS TODOS
Ante el silencio que ha predominado entre las autoridades
del recién estrenado Gobierno del Distrito Federal, muy particularmente, por
parte del entrante Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, conviene hacer una
aproximación al por qué aún se encuentran presas 14 personas por los hechos
ocurridos en Eje Central y Juárez el pasado 1° de Diciembre.
No
es ocioso recordar que todos los testimonios y pruebas apuntan a que los actos
vandálicos registrados en ese lugar y fecha, fueron emprendidos por un reducido
grupo de provocadores que, vestidos con ropas civiles, encapuchados y, algunos,
con guantes negros, salieron de entre las filas de la Policía Federal.
Rompieron escaparates de comercios privados y mobiliario urbano, robaron
artículos como tazas y cucharas de un restaurant y se fueron, en todo momento,
arropados por las fuerzas federales.
Fue
hasta después que la policía capitalina arremetió contra los manifestantes que,
intentando alejarse de la violencia desplegada por las mismas fuerzas federales
en las inmediaciones del Palacio legislativo, se dirigían hacia el Zócalo;
realizando, con injustificada violencia, detenciones ilegales, basadas en criterios
tan absurdos como el que uno de los detenidos llevara botas negras.
Así
lo relatan todos los testimonios recabados por la defensa de los aún presos y
así lo muestran las fotos y videos que desde entonces circulan por las redes
sociales... Vamos, incluso los propios agentes involucrados en las detenciones
han reconocidos que la consigna era realizar arrestos a como diera el lugar... La
orden vino, no se dude, de la propia oficina del Jefe de Gobierno, en aquel
entonces, el saliente Marcelo Ebrad.
No es extraño, pero sí indignante, que el perredista haya
decidido seguir el juego de la Administración Federal (tanto la entrante priista,
como la panista saliente). Enfrascado en su campaña en pos de la silla
presidencia en las elecciones del 2018, Ebrad le ha comprado a Televisa la idea
de que es el favorito de las izquierdas, si (y sólo si) se presenta como una
opción moderada, ajena a la “violencia que caracteriza a López Obrador y sus
simpatizantes”.
Ya
desde Julio, la administración capitalina había demostrado su lado más
represivo, disolviendo con sus granaderos los distintos bloqueos de protesta
que se habían realizado en contra de la imposición de Enrique Peña Nieto y de
la aprobación de las reformas a la Ley Laboral... Si bien la violencia nunca
había alcanzado el grado visto el pasado 1° de Diciembre.
Por
no hablar del triste papel que jugó el GDF como sostén y aval de la patética
figura de la aún Rectora de la UACM, la falsa doctora Esther Orozco.
Queda
escrito; no es extraño, pero sí indignante, el papel que Ebrad jugó en los
hechos... Más inexplicable resulta el silencio cómplice en el que ha caído la
entrante administración de Miguel Ángel Mancera.
Por un mínimo de respeto a sus electores, el recién
nombrado Jefe de Gobierno debería dar la cara, sino para indultar a las 14
personas que aún se encuentran presas (lo que sería deseable), al menos para
explicar con transparencia, las razones por las cuales aún están cautivas.
El
caso contrario sólo reafirmaría la idea de que, finalmente, el GDF ha decidido
descararse y abandonar las prácticas y políticas democráticas que habían
caracterizado a las administraciones emanadas del PRD... Es decir, que Miguel Ángel
Mancera ha decidió seguir la tónica marcada por la dirigencia de su partido y
convertirse en uno más de los acríticos apoyadores del ilegítimo Presidente.
Mario Stalin Rodríguez
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El patético usurpador, Opinión, tratado sobre la necedad
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