LA IMAGEN ROBADA (00)
otro enfoque para la pirateria
"Pero si me dan a elegir,
de entre todas la vidas
yo escojo...
La del Pirata Cojo
con pata de palo,
con parche en ojo,
con cara de malo".Joaquín Sabina
La del Pirata Cojo
Mantengamos, en la medida de lo posible, la discusión alejada de los resquicios legales; la violación de los derechos de copyright constituye un delito innegable y no es pretensión de estas líneas el negar tal hecho. Finalmente, todo creador tiene el inalienable derecho de cobrar por su trabajo y que su autoría sea reconocida.
La piratería, toda en general y la de videogramas en particular, cuesta, anualmente, a las empresas legales una pérdida, en términos económicos, difícilmente calculable (en tanto el volumen real de reproducciones ilegales no puede ser más que escasamente inferido), pero seguramente millonaria.
Al ser una práctica clandestina, las repercusiones directas en tanto margen de ganancia o pérdida y generación de empleos pueden ser, si acaso, sugeridas, más no cuantificables (cualquier cifra será, en el mejor de los casos, un hipótesis no probable). Si bien, pese a no numerables, dichas consecuencias son innegables, al menos inferencialmente.
Todo lo anterior es cierto, pero es a penas un ángulo del asunto.
Para el presente (y de ello se hablará más ampliamente) se considera piratería únicamente a la reproducción y comercialización masiva de copias ilegales. Es decir: no interesa para estos párrafos la copia única que se realiza en un domicilio particular a través de equipo casero, por coleccionismo propio o como regalo; sino aquellas que se producen en serie para su comercialización en una intrincada red de puesto semifijos o ambulantes.
Si bien el análisis detallado de los fenómenos sociales que dan origen y sustento a esta actividad, escapa de los límites del texto; estos no pueden ser del todo omitidos. La piratería intelectual, aún analizada únicamente como proceso de comunicación, no puede ser entendida más que como producto del contexto en el se inscribe (de ello también se hablará más ampliamente).
Partimos del supuesto de la piratería como parte de un proceso de comunicación que involucra diversos actores; desde los productores legales, pasando por los piratas, hasta los consumidores de ambos productos. Respondiendo a la siguiente hipótesis:
La piratería, en tanto fenómeno de comunicación, abarata y facilita el acceso a contenidos y herramientas por parte de una amplia franja del público (que no necesariamente implica sólo a las clases populares).
Mario Stalin Rodríguez
Nota: Elaborado originalmente en 2004 con el apoyo de Leslie Farías, Miriam Montserrat Gómez, María Elena Ramírez y Tania Rinebache, se edita y actualiza por considerar que el tema aún da para más...
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, Asuntos Gremiales, Notas, Opinión
3 Comments:
Pobre pirata, si le faltan un montón de piezas.
¿copiar es piratear? ¿ no, verdad?
:) Mejor no podría exponerse este tema Mario, al que ahora ciertamente tiene aun mucha tela que cortarle.
Cariños nocturnos.
Seguiré leyendo todo lo que nos cuentas, me interesa bastante el tema, así que aunque venga tardecillo, seguré pendiente.
Besicos muchos.
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