GAJES DEL OFICIO
Dos hechos ocupan casi la totalidad del tiempo y espacio en los medios de comunicación mexicanos, hechos sin conexión entre sí, pero que revelan, cada uno por sus características, la perversión y función del periodismo en nuestra sociedad.
La cobertura mediática que la trágica desaparición y muerte de la niña Paulette Gebara Farah ha recibido, particularmente por parte de los medios electrónicos, contrasta con el silencio que privó y priva alrededor de la muerte de 43 infantes en la guardería ABC a mediados del año pasado.
Al margen de las lagunas, contradicciones, ocultamientos y perversiones varias que saltan a la vista en la mínima revisión del caso. Más allá de señalar la patente (y sospechosa) incompetencia de las autoridades ministeriales y policíacas del Estado de México, los medios electrónicos parecen más preocupados en explotar el morbo que en torno al caso se teje, si no es que directamente lo fabrican.
Toda muerte es lamentable, tanto más la de una niña con discapacidades en tan obscuras circunstancias... Y sin embargo... Los 43 niños de bajos recursos de la guardería ABC, calcinados en buena medida a causa de la negligencia de las autoridades estatales y federales, aquellos cuya muerte tiene responsables con nombre y apellido señalados, incluso, por un fallo dela Suprema Corte de Justicia (entre ellos, el entonces responsable del Instituto Mexicano del Seguro Social y actual secretario de la cartera de comunicaciones del gobierno federal, Juan Molinar Horcasistas), no recibieron nunca la atención mediática que recibe diariamente la hija de una de las pocas familias privilegiadas de este país.
Sus padres nunca fueron entrevistados mientras lloraban, tumbados en sus camas, rodeados de sus juguetes, su sepelio no fue trasmitido en directo... Sus muertes fueron anónimas; la impunidad de los culpables parece garantizada.
Por otro lado, en el marco de la ineficiente, asesina y, cuando menos, sospechosa guerra contra el narcotráfico, Julio Scherer García publica en días recientes una entrevista con Ismael el Mayo Zambada, cabeza visible de uno de los más importantes cárteles de la droga en México.
El crimen organizado no puede (no debe) combatirse desde el principio de la fuerza, sus mecanismos y estrategias se encuentran fuertemente enraizados en las circunstancias reales de las zonas en las que se mueve, de la población que emplea y de la que se nutre. Conocer a sus partícipes y la visión que de sí mismos tienen debería ser considerado, cuando menos, un ejercicio de mínima inteligencia.
Fuera de ello, la administración de Calderón y los medios que son sus voceros (lamentablemente, la mayoría en México), se ocupan en calificar al periodista de traidor por dar voz al enemigo o humanizar al monstruo.
Dos hechos aislados entre sí que muestran las caras de una profesión que se debate entre el espectáculo vergonzante de explotar el morbo del hombre que muerde al perro y la indispensable tarea de explicar por qué el hombre muerde al hombre.
La cobertura mediática que la trágica desaparición y muerte de la niña Paulette Gebara Farah ha recibido, particularmente por parte de los medios electrónicos, contrasta con el silencio que privó y priva alrededor de la muerte de 43 infantes en la guardería ABC a mediados del año pasado.
Al margen de las lagunas, contradicciones, ocultamientos y perversiones varias que saltan a la vista en la mínima revisión del caso. Más allá de señalar la patente (y sospechosa) incompetencia de las autoridades ministeriales y policíacas del Estado de México, los medios electrónicos parecen más preocupados en explotar el morbo que en torno al caso se teje, si no es que directamente lo fabrican.
Toda muerte es lamentable, tanto más la de una niña con discapacidades en tan obscuras circunstancias... Y sin embargo... Los 43 niños de bajos recursos de la guardería ABC, calcinados en buena medida a causa de la negligencia de las autoridades estatales y federales, aquellos cuya muerte tiene responsables con nombre y apellido señalados, incluso, por un fallo de
Sus padres nunca fueron entrevistados mientras lloraban, tumbados en sus camas, rodeados de sus juguetes, su sepelio no fue trasmitido en directo... Sus muertes fueron anónimas; la impunidad de los culpables parece garantizada.
Por otro lado, en el marco de la ineficiente, asesina y, cuando menos, sospechosa guerra contra el narcotráfico, Julio Scherer García publica en días recientes una entrevista con Ismael el Mayo Zambada, cabeza visible de uno de los más importantes cárteles de la droga en México.
El crimen organizado no puede (no debe) combatirse desde el principio de la fuerza, sus mecanismos y estrategias se encuentran fuertemente enraizados en las circunstancias reales de las zonas en las que se mueve, de la población que emplea y de la que se nutre. Conocer a sus partícipes y la visión que de sí mismos tienen debería ser considerado, cuando menos, un ejercicio de mínima inteligencia.
Fuera de ello, la administración de Calderón y los medios que son sus voceros (lamentablemente, la mayoría en México), se ocupan en calificar al periodista de traidor por dar voz al enemigo o humanizar al monstruo.
Dos hechos aislados entre sí que muestran las caras de una profesión que se debate entre el espectáculo vergonzante de explotar el morbo del hombre que muerde al perro y la indispensable tarea de explicar por qué el hombre muerde al hombre.
Etiquetas: Apuntes sobre periodismo, El Nombre de la Ignominia, Opinión
6 Comments:
Me gustaría ser la última entre mil que te comenta. Tocas un tema que no es exclusivo de tu país. Aquí se crean cadenas y se forman periodistas exclusivamente para enturbiar las mentes que a duras penas ya sabemos distinguir entre la realidad y la fantasmada.
Estas cosas son sólo un ejemplo donde vemos que este oficio se hace vicio y así debe ser, si no es vicio, entonces es sólo un oficio que algunos tienen el don de ejercerlo y otros no.
"Todo acto de comunicación es un acto de poder"
Extraño esa clase de disertaciones...
Abrazos varios
Que horribles realidades a nivel mundial, Mario.
Todas estas cosas son tan duras y tan poco lógicas, que se queda una sin palabras. Son de las cosas que de pura impotencia, te llenan de ira, aunque como tú siempre dices: Siempre tenemos la palabra y la elección de no conformarnos.
Muchas gracias por estar ahí y mostranos la realidad.
Besicos muchos guapo.
Lo mas triste de todo, es tal vez que cada dia que pasa las cosas nos sorprenden menos, y la verdad que eso jode...
La labor del periodista en Mexicoes fundamental para intentar evitar que este pais se nos desangre en las manos, sigue con tus virtudes..."todas las virtudes tienen algo de vicio".
Me gusto mucho tu blog, aprovecho y ye dejo una invitacion para que pases a visitar el mio.
Saludos Cordiales
Muchos dicen que el periodismo no es fácil... y es cierto, no es fácil ni justo. Siento que esta condición de periodismo es reflejo de la sociedad actual.
La gente prefiere comprar un TVyNovelas a un Proceso, o un Memín Pingüín a un Chamuco. La gente quiere lo morboso, la sangre y lo escandaloso a lo genuino e intelectual.
Aparte de la incorrecta fundamentación en la que el gobierno federal engendra esta "estrategia" del combate al crimen organizado, Calderón aún intenta legitimizar su cargo pero su ineptitud es demasiada como para esconderla tras dos bonitos discursos. "Las muertes de civiles son las menos."
Su estrategia fracasó desde la primera muerte de un civil. Cualquier experto lo podrá afirmar.
Buen post. Saludos.
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