HECHOS CONTRA EL DECORO
La desgracia que no vino sola; Carlos Monsivaís
Nuevo Catecismo para Indios Remisos Pág. 67
Nuevo Catecismo para Indios Remisos Pág. 67
Paulina toca su vientre, en el crece la futura vida. Independientemente de sus potencialidades futuras, aquello que crece en Paulina es, también y sobre todo, una injusticia.
El caso no es nuevo y tiene, lamentablemente, un desenlace que nadie con dos centímetros de frente habría deseado. Paulina fue víctima de una violación; fruto de ella, y siendo menor de edad, resultó embarazada.
La peregrinación entre doctores, juristas, ministerios públicos, ONGs y demás actores se volvió rutinaria; ella se sabia con derecho a abortar. Así tuvieron que reconocerlo (después de no pocas luchas) las instancias judiciales, pero los médicos, presionados por grupos fundamentalistas (y otro nombre publicable no pueden recibir), dejaron pasar el tiempo; hasta que la práctica abortiva era ya impensable.
Todo ello sucedió hace siete años... Hoy las cosas han empezado a cambiar, pero no lo suficiente. Además del sabor de la injusticia, la experiencia de Paulina deja no pocas dudas; una de las más trascendentes, ¿cuántas, como ella, deben soportar el doble martirio, el del crimen y el de la estigmatización de la víctima?
Atengámonos a las cifras oficiales (que, por supuesto, al tratarse de una práctica mayormente clandestina, no son del todo confiables). Según la Secretaría de Salubridad y Asistencia, millares de mujeres acuden, anualmente, a la práctica del aborto clandestino.
Siempre según la misma fuente, la mayoría de ellas (en una proporción de casi tres cuartas partes) son jóvenes, de escasa educación y recursos. No nos es dado el saber cuántos de estos embarazos interrumpidos son producto de relaciones consensuales, para el dato; crucemos referencias.
Segúnla UNESCO , en México al menos 3 de cada cuatro mujeres, entre los 15 y los 30 años, sufre algún tipo de maltrato físico en su hogar. La violencia sexual hacia las jóvenes (en cualquier grado) llega a una alarmante proporción de más del 50% de los casos.
Segúnla Secretaría de Salubridad y Asistencia, de los embarazos adolescentes (entre los 14 y 18 años) registrados en los hospitales del Sector Salud durante el último años, poco más del 40% era no deseado o producto de una relación no consensual (que es otra manera de decir violación).
Si las frías cifras no bastan, agreguemos ahora una característica cultural; no toda relación consensual es deseada. En determinados estratos sociales, según el Instituto Nacional de la Juventud , las jóvenes inician su vida sexual por presiones de la pareja o del medio social.
Sea por cuestiones de desconocimiento o por rasgo cultural, en la mayoría de estos casos la mujer no tiene capacidad de decisión sobre el uso o no de métodos anticonceptivos.
En el aspecto legal. La mayoría de los países occidentales permiten el aborto en caso de violación, malformación del producto o riesgo para la salud de la madre; México está entre ellos (pese a las airadas protestas de los grupos de la derecha más recalcitrante). Algunas legislaciones (como no pocas europeas) lo permiten también por número de hijos o por cuestiones de situación económica.
En la mayoría, queda escrito, porque existen regiones francamente retrógradas. Excluyendo las naciones islámicas de Medio Oriente y África (cuya situación es por demás compleja y merece mayor análisis), y atendiéndonos sólo a las occidentales. En Chile, hasta hace pocos años, estaba vigente una ley (herencia del régimen de Pinochet), según la cual, el violador no pisaría la cárcel si accedía a casarse con su víctima (sin importar la opinión de ésta).
En algunos estados de EUA, como Texas, la pena por violación puede ser perdonada si se comprueba que la víctima vestía provocadoramente (esta enmienda a la ley fue aprobada, por cierto, durante el periodo de George W. Bush como Gobernador del estado).
El caso no es nuevo y tiene, lamentablemente, un desenlace que nadie con dos centímetros de frente habría deseado. Paulina fue víctima de una violación; fruto de ella, y siendo menor de edad, resultó embarazada.
La peregrinación entre doctores, juristas, ministerios públicos, ONGs y demás actores se volvió rutinaria; ella se sabia con derecho a abortar. Así tuvieron que reconocerlo (después de no pocas luchas) las instancias judiciales, pero los médicos, presionados por grupos fundamentalistas (y otro nombre publicable no pueden recibir), dejaron pasar el tiempo; hasta que la práctica abortiva era ya impensable.
Todo ello sucedió hace siete años... Hoy las cosas han empezado a cambiar, pero no lo suficiente. Además del sabor de la injusticia, la experiencia de Paulina deja no pocas dudas; una de las más trascendentes, ¿cuántas, como ella, deben soportar el doble martirio, el del crimen y el de la estigmatización de la víctima?
Siempre según la misma fuente, la mayoría de ellas (en una proporción de casi tres cuartas partes) son jóvenes, de escasa educación y recursos. No nos es dado el saber cuántos de estos embarazos interrumpidos son producto de relaciones consensuales, para el dato; crucemos referencias.
Según
Según
Sea por cuestiones de desconocimiento o por rasgo cultural, en la mayoría de estos casos la mujer no tiene capacidad de decisión sobre el uso o no de métodos anticonceptivos.
En el aspecto legal. La mayoría de los países occidentales permiten el aborto en caso de violación, malformación del producto o riesgo para la salud de la madre; México está entre ellos (pese a las airadas protestas de los grupos de la derecha más recalcitrante). Algunas legislaciones (como no pocas europeas) lo permiten también por número de hijos o por cuestiones de situación económica.
En la mayoría, queda escrito, porque existen regiones francamente retrógradas. Excluyendo las naciones islámicas de Medio Oriente y África (cuya situación es por demás compleja y merece mayor análisis), y atendiéndonos sólo a las occidentales. En Chile, hasta hace pocos años, estaba vigente una ley (herencia del régimen de Pinochet), según la cual, el violador no pisaría la cárcel si accedía a casarse con su víctima (sin importar la opinión de ésta).
En algunos estados de EUA, como Texas, la pena por violación puede ser perdonada si se comprueba que la víctima vestía provocadoramente (esta enmienda a la ley fue aprobada, por cierto, durante el periodo de George W. Bush como Gobernador del estado).
Aclaremos el asunto; el aborto no es una cuestión de moral, es un problema de inteligencia y de la validez del derecho, inalienable para todo ser humano, de decidir sobre la propia vida y el propio cuerpo.
Debemos aprender a separar al aborto de la sexualidad, porque la sexualidad responsable poco o nada tiene que ver la reproducción.
No es tampoco un asunto de anticoncepción, para ella existen múltiples métodos. El aborto es, finalmente, un problema que tiene que ver con el bienestar y el libre albedrío.
Mientras existan factores que no garanticen el bienestar y la felicidad de la madre y el producto. Mientras existan causas que minen o anulen el libre albedrío de la mujer sobre su cuerpo y sexualidad, el aborto queda justificado y es deber de las leyes garantizar su práctica responsable y segura.
Debemos aprender a separar al aborto de la sexualidad, porque la sexualidad responsable poco o nada tiene que ver la reproducción.
No es tampoco un asunto de anticoncepción, para ella existen múltiples métodos. El aborto es, finalmente, un problema que tiene que ver con el bienestar y el libre albedrío.
Mientras existan factores que no garanticen el bienestar y la felicidad de la madre y el producto. Mientras existan causas que minen o anulen el libre albedrío de la mujer sobre su cuerpo y sexualidad, el aborto queda justificado y es deber de las leyes garantizar su práctica responsable y segura.
P.D. que hace un comercial
Este blog ha cumplido ya su primer año (un año algo extraño y, hasta eso hay que reconocerlo, algo esquizofrénico... Pero igual tuvo sus 365 días). Además, ha rato que sobrepaso las 2000 visitas... Así que, dentro de algún tiempo y nada más por el puro gusto de celebrarlo... Tendrá que hacerse algo fuera de lo habitual...
(ahora en widesscrem)
Etiquetas: Opinión
2 Comments:
Quien ataca el aborto no piensa que, quien lo defiende, tampoco lo quiere pero no se puede obligar a una mujer a traer un hijo producto de una violación, no se puede obligar a una chica de 15 años a tener un hijo cuando ella es aún una niña. Sencillamente no se puede traer al mundo a un ser que no va a ser querido.
El aborto siempre ha existido y siempre existirá y con su prohibición sólo se consigue que las mujeres pobres mueran en pisos de mala muerte atendidas por carniceros y que las ricas (como ocurría en España hace unos años) se vayan a otro país a abortar.
Besos y Feliz Cumpleaños Bloguero
Yo estoy totalmente a favor del aborto, sea cual sea el motivo, y más aún si es la posible solución a algo tan brutal como una violación, ¿acaso se cortaría un hombre su pene oprque le obligara una mujer? claro que no, entonces no entiendo ni entenderé jamás por qué habría una mujer de cargar con un hijo que nunca he deseado.
Me tocan las narices todos esos anti abortistas que dicen que si el crio se puede dar en adopción, que si es asesinato, etc etc, ¿adopción? Y los 9 meses que la mujer tiene que pasar por ese embarazo ¿qué? ¿Acaso los recuperará con la adopción? Qué estupidez.
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