tratado sobre la necedad (00)
Max Weber.
Intro
En esta lógica, el futuro como especulación es el argumento del conformismo; el mañana está dado ya por las condiciones presentes (tal como éstas están determinadas por los hechos pasados), en un proceso individualmente inafectable. Los actores reconocen en el presente las condiciones que les impone el mundo, de ellas infieren las tendencias en las que se inscribe un proceso y plantean los escenarios por los que éste correrá.
Todo ello siempre en el sistema. Pero, que ya lo dijo Marx; todo sistema lleva implícita su contradicción y, sobre el reconocimiento de las tendencias inamovibles, podemos edificar nuestras decisiones sobre los procesos sociales y empezar a cambiarlos.
Derivado directo del futuro como especulación, es el futuro como rutina. Toda nueva vivencia, toda nueva experiencia, es traducida a la realidad de la vida cotidiana y entendida en sus términos. Es decir; no hay nuevas experiencias, sólo datos que sumar a los ya existentes, para suscribirlos en la rutina diaria.
Si leemos el presente desde los conocimientos heredados por el pasado, lo que especulamos del futuro es también producto de la lectura que traduce todo lo nuevo al lenguaje del pasado. La regla general es, entonces, lo que ha sido válido seguirá siéndolo en adelante.
Por supuesto este proceso de simplificación oculta aspectos sustanciales de los fenómenos sociales. Porque los individuos son capaces de provocar cambios en las condiciones que les impone el mundo y en sus propias formas de conducta y de hacerlo, además, deliberadamente. Es decir; somos, en tanto actores de nuestros presentes, capaces de generar lo nuevo a pesar de lo viejo.
Intuimos al mañana, entonces, entre dos imágenes de futuro; aquella que especulamos a partir de las determinaciones que el presente nos impone y aquella que proyectamos desde nuestros deseos. Es decir, la imagen del futuro que estamos dispuesto a provocar a pesar del presente, o precisamente contra él.
El futuro como proyecto es, entonces, la semilla de Otro Mundo Posible. La capacidad de los individuos de actuar sobre las condiciones que les lego el pasado, es la capacidad de estos de proyectar futuros distintos a los que se esperan de las tendencias presentes. Nuestras utopías determinan nuestros presente en tanto nos indican una dirección de acción para cambiar el futuro.
Al final, todo se reduce a una pregunta, no tan distinta a la ya planteada; ¿qué futuro soñamos y para quien? El mañana del que somos prólogo depende de la respuesta que a ella demos, y de las acciones que en su nombre emprendamos.
Así, podemos aceptar las tendencias actuales y decir que el amanecer de la desesperanza globalizada es nuestro único futuro. Hacer caso a las voces del Poder y preocuparnos porque el Apocalipsis que habrá de llegar nos encuentre entre los pocos privilegiados.
La construcción de este futuro se inscribe, a no dudarlo, en la lógica del yo. Porque el presente nos impone el individualismo como visión y el nihilismo como vivencia: si nada contra el mundo somos capaces de cambiar, nada del mundo nos importa; sólo el yo. Es ésta, nos dicen los agoreros de siempre, la única manera de ser realistas.
Queda escrito, Otro Mundo es Posible. El amanecer del que somos prólogo puede inscribirse, también, en la lógica del nosotros. Un futuro fundado en nuestras diferencias, para convivir como iguales. Un futuro distinto, un futuro posible.
Este futuro también esta presente, no lo duden, en el presente. Pero no es futuro tan solo en función de los hechos, sino que lo es en función de aquello que aprendamos a hacer de ellos.
El mañana del que somos prólogo dependerá de las acciones que aprendamos a realizar, sin pedir permiso y en ejercicio de nuestras libertades y necedades. De cuántos pares de ojos aprendamos a sumar en dirección al futuro que soñamos, dependerá su realización. El amanecer del que somos prólogo dependerá de que aprendamos a tomar acción, desde nuestras particulares visiones, desde nuestras particulares trincheras, y no únicamente reaccionemos.
Etiquetas: tratado sobre la necedad
4 Comments:
Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
compañero te desvela
la misma suerte que a mí
prometiste y prometí
encender esta candela
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas
pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.
(Benedetti)
Intuimos al mañana, entonces, entre dos imágenes de futuro; aquella que especulamos a partir de las determinaciones que el presente nos impone y aquella que proyectamos desde nuestros deseos. <-- Y por eso mismo siempre nos la daremos de frente. Yo no sé qé me depara el futuro, ni a mi ni a nadie, me gustaria saberlo, bueno a veces no, pero a veces ¿no es el futuro lo qe mueve nuestro presente? Conozco gente qe sobrevive al día a día pensando en lo qe el futuro traerá, es otra forma de ver las cosas.
"Yo no sé qé me depara el futuro, ni a mi ni a nadie, me gustaria saberlo, bueno a veces no, pero a veces ¿no es el futuro lo qe mueve nuestro presente?"
Queda escrito, no podemos vivir en el presente (más que como conformismo), sino es construyendo en él el futuro y reconstruyendo, a partir de ambos, el pasado
hola tu...
andas un poco desaparecido ¿no te parece? pero esta bien, simepre y cuando tu estes bien -aunque sea medianamente- y a salvo
BESITOS
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