miércoles, marzo 14, 2007

LA IMPORTANCIA DE LOS SECRETO

y las hormigas

Mario Stalin Rodríguez.

Debo contarte un secreto, no es que sea importante, es sólo que nadie lo conoce. O tal vez sí, en una de esas, todo el mundo lo sabe, sólo que no le importa o actúa como si no lo supiera.

Pero de todos modos es un secreto, así que finge que te lo digo al oído, con la voz a penas de un susurro.

Debo contarte un secreto, ¿estás lista? La vida es absurda.


Ya está, no ha sido tan difícil ¿ves? Nada ha cambiado con que lo sepas, las mismas cosas de antes ocupan los mismos lugares de siempre; sólo nuestro secreto ha cambiado.

Pero debes saber algo más; el nuestro es un secreto peligroso, cuando lo sabes y te importa, puede cambiar la forma en que miras al mundo.

No me entiendes, lo sé, tal vez ayude si te platico una historia...


Imagina que te despiertas un día con dolor de cabeza (esto es importante, no te duele una muela o el estómago; lo que te fastidia es la cabeza), no es un dolor común, es uno de esos que parece tolerable al principio, uno que viene como en oleadas a través de todo el cráneo, uno de esos que empieza en la nuca y termina en la frente.

En fin, estamos en que te despiertas con dolor de cabeza, pero aún así debes ir a la escuela (o al trabajo, o a cualquier sitio a donde debas ir). Te vistes y descubres que tus pantalones favoritos, inexplicablemente, fueron movidos de su sitio (sí, en el piso, justo al lado de tu camisa amarilla).

Como sea, te pones encima cualquier cosa y desayunas algún cereal; aún te duele la cabeza.

La escuela (o la oficina, o el trabajo, o cualquier otro lugar en el que estés) no es un buen sitio para que te duela la cabeza. Las voces de los compañeros parecen amplificadas cientos de veces, las tareas cotidianas son insoportables y el simple hecho de pensar en la mínima niñería es un esfuerzo titánico.

Regresas a casa y aún te duele la cabeza, para colmo, está lloviendo.

Te encierras en tu cuarto y te acuestas, tratando de olvidarte del mundo allá afuera. De pronto, como si nada, descubres a una hormiga fugitiva trepando por tus pantalones.

Está confundida, tal vez llegó ahí por accidente, cuando descuidadamente cruzaste caminando por la fila de hormigas la que pertenecía y seguía. Trató de escalar el obstáculo y se perdió en la inmensidad de tu pierna.

Estás un buen tiempo observando a la hormiga en tu muslo y, cuando te acuerdas, descubres que no te duele ya la cabeza. Tal vez alguien te llame y te saque de tu estupor (que no se trata de pasar los días contemplando hormigas solitarias), en el arrebato del momento, en una de esas, la sacudes de tu pantalón y te olvidas de ella.

Lo curioso de todo esto es que, en unos años, cuando trates de recordar ese día; no sabrás ya que te dolía la cabeza, ni que tu pantalón preferido había desaparecido o que saliste de tu casa para ir a la escuela (o al trabajo o a cualquier otro sitio), o que llovió. No, recordarás, únicamente, a la hormiga perdida en tu muslo.


Ya está ¿ves? La vida es absurda, tan absurda como una hormiga caminado por tu pierna.

Aquí está, precisamente, el meollo de nuestro pequeño secreto, saber que la vida es absurda te ayuda a comprender que, precisamente por ello, la vida es bella y es por su absurdo que vale la pena vivirla.

P.D. que se explica
Por siete semanas los textos de este blog han hablado de ella, de quien conjuga en cinco letras soledad y esperanza... Por siete semanas este triste hutopo se ha despedido de quien ahora sólo es ausencia... Por siete semanas su rostro se ha dibujado en mis párrafos, su nombre en mis trazos... Siete es un buen número para decir adios, pues siete son las letras de mi deseo.
P.D. de presentación
Mundo te presento a un amigo que, si bien no puedo suscribir todo lo que dice, siempre interesante leer
Amigo, te presento a una pequeña parte del mundo...

Mauricio Torres

Por otra parte... Esto señores han decidido aceptar a este necio animalito fantástico entre sus filas... Siguiendo la política de Groucho Marx ('no confío en el criterio de nadie capaz de confiar en alguien como yo')...
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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me ha encantando tu post de hoy. Me ha gustado muchísimo. Tenía que decirte esto antes de confirmarte que sí, que efectivamente, la vida es absurda.

Claro que a mí me parece maravillosamente absurda.

Besos

4:37 a.m.  
Blogger Mau Torres said...

Señor:

Antes que nada, gracias por tomarse la molestia de leer mi blog y, de paso, corresponderme el comercial.

Siempre he pensado que las discrepancias son sumamente sanas; supongo que usted piensa igual. También creo que, en efecto, me hace falta conocer mucho de este mundo.

En fin, saludos.

P.D. Procuraré actualizar más seguido.

9:24 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Por siete semanas los textos de este blog han hablado de ella, de quien conjuga en cinco letras soledad y esperanza... Por siete semanas este triste hutopo se ha despedido de quien ahora sólo es ausencia... Por siete semanas su rostro se ha dibujado en mis párrafos, su nombre en mis trazos... Siete es un buen número para decir adios, pues siete son las letras de mi deseo. <--- Lo que más me ha gustado de todo el post..¿Dolor?

un saludo xoxo

4:25 p.m.  
Blogger LA CASA ENCENDIDA said...

La vida a veces es absurda, pero como t� dices, merece la pena vivirla.
Besitos muchos,
nani

3:52 p.m.  

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