Bailando por un fraude reunió a cientos de entusiastas en el Zócalo
Jesusa Rodríguez, Dolores Heredia y Daniel Giménez Cacho, los integrantes del jurado
Noemí y María Juana arrancaron los aplausos más nutridos de la noche. Esta enjuta y bella pareja de jovencitas poblanas (Noemí tiene 95 años y Dolores poco menos, aunque asegura tener 15) bailó con singular alegría y entusiasmo durante la semifinal del concurso Bailando contra un fraude de los campamentistas del mega plantón por el recuento voto por voto, instalados en el Zócalo, que provienen de las entidades.
El concurso, llevado a cabo el sábado, fue una durísima prueba de ejercicio democrático.
La enorme simpatía que despertó la pareja de Puebla fue la única certeza, en un jocoso concurso que sufrió impugnaciones y acusaciones de fraude. Pero que, en un afán de que hubiera "certeza, transparencia y legalidad", pasó por recuento tras recuento.
Miles de personas probaron, con sus aplausos, a ser jueces imparciales.
Aunque, claro, las preferencias estaban marcadas desde el principio: se escuchaban las porras para Tamaulipas, para Campeche, en fin, para alguna de las 10 parejas.
Los actores Daniel Giménez Cacho, Jesusa Rodríguez y Dolores Heredia, jueces del aplauso, actuaban como especie de tribunal electoral.
Eso sí, el entusiasmo de todos era enorme. No sólo se juzgó el arte de bailar, sino también la razón para estar ahí. Doña Noemí no se anduvo con rodeos y, puño en alto, exclamó: "Estoy por el voto por voto y casilla por casilla, por estos momentos memorables, por la historia".
En las primeras rondas ganaba quien tuviera la porra más grande. Y, conforme descartaban bailarines, la competencia se ponía más dura: los bailarines debían conquistar la simpatía de aquellos que se quedaban sin pareja que apoyar.
Jueces en aprietos
Los jueces del aplauso se vieron en aprietos en más de una ocasión, cuando era difícil distinguir por quién habían aplaudido menos: "¡Tenemos que volver a contar, palma por palma, aplauso por aplauso!", anunció Giménez Cacho.
Pero, cuando anunciaron la salida de Tamaulipas, se armó la disputa: "¡Fraude! ¡Fraude!", exclamaban los tamaulipecos.
"Están impugnando el proceso, vamos a hacer un recuento", aceptó Jesusa, guardiana de la limpieza electoral.
"¡Si no gana Guerrero nos iremos a paro!", se escuchó desde el público.
Tras sufrida y gozosa eliminatoria, todos quedaron satisfechos.
Ya encarrerados en esto de la democracia, cuando anunciaron que pasarían la película Zorba, el griego, un grupito reclamó: "¡No! ¡Queremos música!". Zorba terminó bailando en pantalla.
Por otro lado, el viernes, se realizó con singular desmadre guapachoso otro concurso de baile en el campamento de Alvaro Obregón, con el Instituto Fraudulento Elemental como juez. Al final, Ofelia Medina dijo: "La lucha electoral es muy importante, pero no por ello olvidemos Atenco". Y lanzó la consigna: "¡Las luchas unidas, jamás serán vencidas!", coreada por todos.
Por último, la gran final del concurso Bailando contra el fraude fue anoche y, al cierre de esta edición, se pronosticaba que la pareja ganadora sería la de las maravillosas jovencitas poblanas.
Siguió la mata dando
El domingo siguió la mata de la resistencia creativa dando: talleres, torneos de ajedrez (popularísimos), manualidades, exposiciones de arte, ciclos de video y cine, danza, teatro, música, payasos, y un largo etcétera.
Por mencionar algunos: en el templete de Tlalpan se presentó el cantante mariachi Román. Tras su espectáculo, Román, técnico de Telmex, contó a La Jornada que votó por López Obrador, pero que hubo un momento en que dudó: "Cuando atacaron con la publicidad negativa, de que si tenías tu casa la ibas a perder, hasta al más convencido lo hacían dudar". Ahora está dispuesto a luchar "por el recuento".
En el campamento de Magdalena Contreras montaron un ingenioso tendedero de ropa de cartón con mensajes. En un calzón: "Si lo que buscan son las Adelitas del siglo XXI, ¡estoy lista!, ¡cuenten conmigo!"
El Movimiento por la Constitución para la Ciudad de México montó una "radio comunitaria" (en realidad es un micrófono y 340 vatios de bocinas). En ella participan los que quieran y suele tener un nutrido público discutiendo los acontecimientos. Cuando el tribunal emitió su decisión, la gente analizó la situación y llegó a acuerdos, similares a los expuestos por López Obrador después, asegura Fernando Elías, locutor improvisado.
Así como estas expresiones artísticas, hay numerosas otras a lo largo de todo el plantón.
Como dijo Fernando Elías: "Lo que hace al movimiento vvir es la creatividad de la gente".
Etiquetas: Notas
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